MADRID 1 Feb. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Universidad de Utah Health (Estados Unidos) han descubierto que algunos tumores pueden liberar una proteína que parece un virus, lo que desencadena una reacción inmune fuera de control que puede dañar las células cerebrales.
Estos hallazgos, que se publican en 'Cell', podrían explicar el posible origen de la pérdida de memoria inducida por el cáncer, una complicación rara pero grave del cáncer, en la que el propio sistema inmunológico del cuerpo puede comenzar a atacar el cerebro, provocando una pérdida de memoria y déficits cognitivos de aparición rápida.
En estos casos, la rápida escalada de los síntomas, puede incluir cambios en la memoria y el comportamiento, pérdida de coordinación e incluso convulsiones. En concreto, se le conoce como síndrome neurológico paraneoplásico anti-Ma2. La enfermedad forma parte de un grupo de síndromes neurológicos relacionados con el cáncer que ocurren en menos de una de cada 10.000 personas con cáncer. Los síntomas precisos de estas enfermedades varían, pero todas implican reacciones inmunes rápidas contra el sistema nervioso.
Estos síntomas de aparición rápida son el resultado de que el sistema inmunológico comienza repentinamente a atacar proteínas específicas que se encuentran en el cerebro. Los científicos sabían que este brote de inmunidad a menudo se dirige a una proteína llamada PNMA2. Pero nadie sabía por qué PNMA2 provoca una respuesta inmune tan fuerte, lo que dejó a los investigadores sin saber cómo prevenirla.
Para descubrir cómo PNMA2 inicia una reacción inmune, Junjie Xu, investigador graduado en neurobiología de la Universidad de Utah Health y autor principal del estudio, examinó la estructura de la proteína mediante microscopía avanzada. En la primera imagen clara de la proteína, pudo observar que múltiples proteínas PNMA2 se habían autoorganizado espontáneamente en complejos de 12 lados que tenían un parecido sorprendente con las capas proteicas geométricas de algunos virus.
De esta forma, los investigadores observaron que una de las funciones saludables del sistema inmunológico es atacar a los virus, y la estructura similar a la del virus PNMA2 lo hace particularmente propenso a ser atacado también. De hecho, en experimentos con ratones, el sistema inmunológico solo atacó a la proteína PNMA2 cuando estaba ensamblada en complejos similares a virus.
Los científicos descubrieron que la ubicación de PNMA2 en el cuerpo también es una pieza crucial del rompecabezas. "Esta proteína normalmente sólo se expresa en el cerebro, en las neuronas", dice Xu, "pero algunas células cancerosas pueden expresarla, lo que puede desencadenar una respuesta inmune".
Mientras PNMA2 permanezca en el cerebro, el sistema inmunológico no reaccionará ante él. Pero en raras ocasiones, un tumor en otra parte del cuerpo comenzará a producir proteína PNMA2. Y cuando el sistema inmunológico detecta la proteína PNMA2 fuera del cerebro, reacciona como lo haría ante cualquier invasor extraño. El sistema inmunológico produce anticuerpos que se unen a la sustancia desconocida, y esos anticuerpos dirigen a las células inmunitarias a atacar.
Pero, una vez activado, el sistema inmunológico no sólo ataca al PNMA2 producido por el cáncer. También se dirige a las partes del cerebro que normalmente producen PNMA2, incluidas las regiones involucradas en la memoria, el aprendizaje y el movimiento.
El cerebro normalmente tiene cierto grado de protección contra el sistema inmunológico, pero el cáncer debilita esa barrera, dejando al cerebro especialmente vulnerable a este ataque inmunológico.
En trabajos futuros, los investigadores pretenden descubrir qué aspecto de la respuesta inmunitaria conduce al rápido deterioro cognitivo de los pacientes: los propios anticuerpos, las células inmunitarias que se abren camino hacia el cerebro o alguna combinación de ambos.