MADRID 25 Jul. (EUROPA PRESS) -
Un nuevo estudio en el que han participado más de 700.000 veteranos de Estados Unidos señala que las personas que adoptan ocho hábitos de vida saludables en la mediana edad pueden esperar vivir mucho más tiempo que las que tienen pocos o ninguno de estos hábitos. Los ocho hábitos son: mantenerse físicamente activo, no tener adicción a los opiáceos, no fumar, controlar el estrés, llevar una buena dieta, no darse atracones de alcohol con regularidad, tener una buena higiene del sueño y tener relaciones sociales positivas.
Según los resultados, presentados en NUTRITION 2023, la reunión anual de la Sociedad Americana de Nutrición, se prevé que los hombres que tengan los ocho hábitos a los 40 años vivirán una media de 24 años más que los que no tengan ninguno de ellos. En el caso de las mujeres, tener los ocho factores de un estilo de vida saludable en la mediana edad se asoció con una predicción de 21 años adicionales de vida en comparación con las mujeres que no tenían ninguno de estos hábitos.
"Realmente nos sorprendió lo mucho que se podía ganar con la adopción de uno, dos, tres o los ocho factores del estilo de vida --reconoce Xuan-Mai T. Nguyen, especialista en ciencias de la salud del Departamento de Asuntos de Veteranos y estudiante de cuarto curso de medicina en Carle Illinois College of Medicine--. Los resultados de nuestra investigación sugieren que adoptar un estilo de vida saludable es importante tanto para la salud pública como para el bienestar personal. Cuanto antes mejor, pero aunque sólo se haga un pequeño cambio a los 40, 50 o 60 años, sigue siendo beneficioso".
Para el estudio, los científicos utilizaron datos de registros médicos y cuestionarios recopilados entre 2011-2019 de 719,147 personas inscritas en el Programa de Veteranos Millones de Asuntos de Veteranos, un gran estudio representativo a nivel nacional de veteranos estadounidenses. El análisis incluyó datos de adultos de entre 40 y 99 años e incluyó 33.375 muertes durante el seguimiento.
En general, los resultados mostraron que la escasa actividad física, el consumo de opiáceos y el tabaquismo eran los factores que más influían en la esperanza de vida; estos factores se asociaban a un riesgo de muerte entre un 30 y un 45% mayor durante el periodo de estudio. El estrés, el consumo excesivo de alcohol, una dieta inadecuada y una mala higiene del sueño se asociaron con un aumento del 20% del riesgo de muerte, y la falta de relaciones sociales positivas con un aumento del 5% del riesgo de muerte.
Según los investigadores, los resultados subrayan el papel de los factores relacionados con el estilo de vida en enfermedades crónicas como la diabetes de tipo 2 y las cardiopatías, que conducen a la discapacidad y la muerte prematuras. Los resultados también ayudan a cuantificar hasta qué punto la elección de un estilo de vida saludable puede ayudar a las personas a reducir el riesgo de padecer estas enfermedades y a vivir más tiempo.
"El objetivo de la medicina del estilo de vida es tratar las causas subyacentes de las enfermedades crónicas en lugar de sus síntomas --afirma Nguyen--. Proporciona una vía potencial para alterar el curso de los crecientes costes sanitarios derivados de la prescripción de medicamentos y de los procedimientos quirúrgicos".
El aumento estimado de la esperanza de vida derivado de la adopción de los ocho factores del estilo de vida saludable se redujo ligeramente con la edad, pero siguió siendo significativo, lo que significa que adoptar hábitos más saludables a una edad más avanzada puede ayudar a vivir más tiempo. "Nunca es demasiado tarde para adoptar un estilo de vida saludable", añade Nguyen.
Al tratarse de un estudio observacional, la investigación no prueba definitivamente la causalidad, precisa Nguyen. Sin embargo, los resultados concuerdan con el creciente número de investigaciones que respaldan el papel de los factores del estilo de vida en la prevención de enfermedades crónicas y la promoción de un envejecimiento saludable.