MADRID 16 Ago. (EUROPA PRESS) -
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha pedido a los países que sigan invirtiendo en investigaciones de ámbito nacional a fin de poner en marcha un sistema de cobertura sanitaria universal adaptado a la situación de cada país concreto, ya que así se podrá garantizar que los ciudadanos obtengan los servicios de salud que necesiten sin sufrir por ello problemas económicos graves a la hora de pagarlos.
Con motivo de la presentación del Informe sobre la salud en el mundo 2013, la directora general de este organismo de Naciones Unidas, Margaret Chan, ha descrito la cobertura universal como "el concepto más poderoso que la salud pública puede ofrecer", ya que a su juicio es "la mejor manera de consolidar los avances en salud de la última década".
El informe muestra cómo pueden los países, a la hora de desarrollar un sistema de cobertura sanitaria universal, servirse de la investigación para determinar los problemas de salud a afrontar, cómo debe estructurarse el sistema, y cómo han de medirse los progresos realizados en función de su situación sanitaria específica.
Además, el informe revela que, de media, la inversión nacional en investigación en los países de ingresos bajos y medios viene creciendo un 5 por ciento anual.
Esta tendencia se observa especialmente en las economías emergentes como el Brasil, China y la India, países todos ellos que han adoptado el concepto de cobertura sanitaria universal.
Los estudios de casos realizados en muchos países demuestran la importancia que para mejorar la salud revisten las investigaciones nacionales y mundiales, investigaciones que abarcan desde la prevención y el control de enfermedades específicas hasta la mejora del funcionamiento de los sistemas de salud. Los resultados de esos estudios hacen hincapié en la necesidad crucial de emprender investigaciones a nivel local, para que los investigadores puedan tener en cuenta los factores específicos más importantes en cada país.
"Las investigaciones para una cobertura sanitaria universal no son un lujo; son, ante todo, fundamentales para el descubrimiento, el desarrollo y la realización de las intervenciones que se necesitan para mantener la buena salud", señala el informe.
Por otro lado, el informe muestra también como, gracias a la colaboración internacional, está aumentando el número de publicaciones sobre investigaciones sanitarias.
LOS PAÍSES EN DESARROLLO TAMBIÉN INVESTIGAN
De hecho, científicos de países de ingresos bajos y medios participan cada vez más en esas colaboraciones, aunque los países de ingresos altos siguen predominando en la mayoría de los estudios. China brinda un ejemplo: entre 2000 y 2010, la proporción mundial de investigadores chinos como coautores de investigaciones publicadas aumentó del 5 al 13 por ciento.
Brasil, la India y otros países también han aumentado su participación en las publicaciones de investigación. Sin embargo, aunque las investigaciones están aumentando en general, lo están haciendo de forma desigual.
"Todas las naciones deben ser tanto productoras como consumidoras de investigaciones. La creatividad y la competencia de los investigadores son la piedra angular de los programas académicos y de salud pública", ha reconocido Christopher Dye, director de la Oficina de Información Sanitaria, VIH/Sida, Tuberculosis, Malaria y Enfermedades Tropicales Desatendidas, y autor principal del informe.
Además, este experto apunta que "la existencia de un amplio abanico de estudios de investigación básica y aplicada es fundamental para lograr la cobertura sanitaria universal, pero el desfase entre los conocimientos teóricos y la acción se está corrigiendo muy lentamente". "Tenemos que acelerar el proceso de acercamiento entre investigadores e instancias decisorias, a fin de mejorar la cobertura de servicios de salud", añade.
La OMS insiste en que la cobertura sanitaria universal requiere un sistema de salud robusto, eficiente y bien gestionado; un sistema de financiación de los servicios de salud; acceso a medicamentos y tecnologías esenciales; y trabajadores sanitarios suficientes, bien capacitados y motivados.
Y para responder a esos retos, alienta a los donantes internacionales y los gobiernos nacionales no solo a invertir en investigación, sino también a respaldar los mecanismos de intercambio de información y datos, fortalecer la formación en investigación y las instituciones a ello dedicadas, y cuantificar los progresos relacionados con sus compromisos en pro de la cobertura sanitaria universal