MADRID, 14 Jul. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Universidad de Zúrich (Suiza) han evidenciado que la presencia de padres y cuidadores es suficiente para mitigar los efectos negativos de la pandemia en el desarrollo social de los bebés.
La pandemia de COVID-19 ha tenido un profundo impacto en la vida social. Casi de la noche a la mañana, la gente empezó a trabajar desde casa, a mantener las distancias y a cubrirse la mitad de la cara con mascarillas. Esto afectó a niños pequeños, adolescentes y adultos por igual. Y, sin embargo, se ha investigado muy poco sobre los efectos de los cambios relacionados con la pandemia en los niños.
Este trabajo, publicado en la revista científica 'Infancy', ha estudiado ahora si los niños nacidos durante la pandemia muestran un comportamiento social diferente al de los niños de la misma edad antes de la pandemia.
El estudio se centró en la capacidad de los niños para seguir la mirada de otra persona. "Esta capacidad es fundamental para participar en interacciones sociales, establecer relaciones y desarrollar habilidades lingüísticas", afirma Stephanie Wermelinger, una de las líderes de la investigación.
Si esta capacidad está deteriorada, puede dificultar la capacidad de una persona para interactuar con la sociedad, como es el caso de las personas con autismo.
Ochenta niños de entre 12 y 15 meses participaron en el estudio. Se les mostraron diferentes vídeos en los que una persona miraba uno de los dos objetos. Mediante el seguimiento de los movimientos oculares de los niños, los investigadores registraron la frecuencia y la rapidez con que los niños seguían la mirada de la persona. A continuación, compararon sus datos con los de los movimientos oculares de 133 niños utilizando el mismo método antes de la pandemia.
El estudio no reveló diferencias de comportamiento significativas entre los niños nacidos durante y antes de la pandemia. Los niños nacidos durante la pandemia siguieron la mirada de la persona con la misma frecuencia y rapidez que los niños del grupo anterior a la pandemia.
Aunque la pandemia supuso que los niños vieran a menos gente en general e interactuaran con más personas que llevaban mascarillas, no parece que se desarrollen de forma diferente a los niños que no experimentaron ningún cambio relacionado con la pandemia.
"Creemos que las interacciones sociales sin cambios con los padres y cuidadores en el hogar son suficientes para mitigar cualquier influencia que la pandemia de Covid-19 pudiera haber tenido en los niños", dice Wermelinger.
Por tanto, los investigadores consideran que estos contactos podrían ser suficientes para proporcionar a los bebés la información social que necesitan para desarrollar habilidades sociales y emocionales como el seguimiento de la mirada.