MADRID, 17 Mar. (EUROPA PRESS) -
Desde el comienzo de la COVID-19, el 70 por ciento de la población ha experimentado uno o más problemas para dormir, y al 60 por ciento la pandemia había afectado directamente a su capacidad para dormir bien, según la encuesta anual de Philips, realizada a 13.000 adultos en 13 países para recabar información sobre actitudes, percepciones y comportamientos relacionados con el sueño.
"Hemos visto una proporción muchísimo más alta de insomnio en los meses de pandemia, tanto en pacientes con patologías de sueño como en pacientes sin ningún tipo de patología, incluidos los sanitarios, y el aumento de insomnio ha sido desproporcionado", reconoce la doctora Irene Cano, neumóloga y miembro de la Unidad del Sueño del Hospital Ramón y Cajal, que también destaca el empeoramiento de los pacientes que ya padecían insomnio al estar encerrados y no poder realizar ninguna actividad física.
Siguiendo con la encuesta, hasta un 34 por ciento recurrieron a búsquedas 'on line' para obtener más información sobre tratamientos para mejorar el sueño. Con el aumento de la dependencia de la telemonitorización durante la pandemia, más de la mitad (58%) de los encuestados expresaron su predisposición a buscar en el futuro ayuda de un especialista del sueño a través de los servicios de salud digital, aunque muchos aún no han dado ese paso. La mayoría (70%) cree que actualmente sería difícil encontrar un especialista en sueño a través de un programa online o por teléfono.
"Los resultados de la encuesta de este año confirman lo que sabemos que es cierto: con las soluciones adecuadas, la atención no tiene que estar determinada por un lugar, sino por las necesidades de la persona y su estado", señala el doctor Teofilo Lee-Chiong, jefe médico de Sueño y Cuidados Respiratorios en Philips.
"Las herramientas necesarias para ofrecer telemonitorización de manera eficiente y segura ya existen, y el interés de los pacientes es evidente, particularmente en el contexto de la COVID-19. Cuando se usa correctamente, la telemonitorización en sueño tiene el potencial de mejorar la eficiencia y la calidad de la atención, mejorar los resultados de salud, facilitar que los pacientes tomen decisiones informadas y brindar atención médica equitativa para todos", añade.
La doctora Cano también insiste en el avance "abismal" que se ha producido en el ámbito de la telemedicina con motivo de la pandemia. "Puedo pautar tratamientos sin estar el paciente delante, un hecho que el mismo paciente ha valorado muy positivamente porque muchos están mejor controlados que cuando tenían acceso al hospital. El hecho de la telemedicina en los equipos de sueño, sin lugar a dudas, es un avance abismal que permite controlar todo de forma remota y modificar absolutamente todo a los pacientes, esa es la parte positiva que nos ha traído la COVID en el manejo de nuestros pacientes de sueño", explica.
LOS PACIENTES CON APNEA DEL SUEÑO
La apnea del sueño continúa afectando a la calidad del sueño en todo el mundo, con un ligero aumento reportado por quienes han sido diagnosticados con el problema desde el año pasado (12% en 2021 frente a 9% en 2020). Si bien la terapia de presión positiva continua en las vías respiratorias (CPAP) es el tratamiento más comúnmente prescrito para la afección, la encuesta de este año reveló una disminución en la proporción de pacientes con apnea del sueño que usan su terapia CPAP (18% en 2021 frente a 36% en 2020) y un aumento en la proporción que nunca ha utilizado la CPAP que se les recetó (16% en 2021 frente a 10% en 2020).
Dado que el 72% de los que interrumpieron la terapia con CPAP citaron razones relacionadas con la COVID-19, que van desde problemas económicos (55%) hasta un acceso limitado al material (44%), parece que la pandemia de la COVID-19 ha sido un factor inhibidor en el cumplimiento de la terapia CPAP. Quizás lo más preocupante, sin embargo, fue que al 57% de las personas que viven con apnea del sueño nunca se les había prescrito CPAP.
"El porcentaje de pacientes con apnea que han cumplido peor la terapia es bastante elevado. Incluso, hemos tenido problemas en cuanto a la administración y cambio de mascarillas con las empresas de terapias respiratorias domiciliarias y algunos han dejado de usarlas por este motivo, no tenían tan fácil acceso como antes. Pero luego hemos tenido un porcentaje de pacientes no desdeñable que han mejorado mucho el cumplimiento de la CPAP, porque como han dormido más horas y la gente no tenía que ir a trabajar se lo han tomado con más paciencia", reconoce la doctora Cano.