El paro cardíaco en atletas: un problema que va más allá de la detección

Archivo - El vallista español Orlando Ortega en el Mundial de Doha - EUROPEAN ATHLETICS - ARCHIVO

MADRID 2 Dic. (EUROPA PRESS) -

Los atletas negros tienen aproximadamente cinco veces más probabilidades de sufrir un paro cardíaco súbito (PCS) y una muerte súbita cardíaca (MSC) en comparación con los atletas blancos, a pesar de algunas evidencias de una disminución en las tasas de MSC en general, según un estudio del Emory School of Medicine (Estados Unidos).

El PCS y la MSC han sido históricamente una de las principales causas de mortalidad entre los atletas, en particular entre los que participan en deportes de alta intensidad. Las disparidades en las tasas de SCA/D resaltan la necesidad de aumentar la investigación sobre los determinantes sociales de la salud en los atletas más jóvenes, un tema que sigue siendo poco estudiado, según Kim. Después de examinar un repositorio de datos nacionales e internacionales centrados en SCA/D en atletas acumulados durante los últimos 30 años, Kim y sus colegas del Hospital Universitario de Lausana (Suiza), Morristown Medical, el Hospital General de Massachusetts (ambas en Estados Unidos) y otras instituciones importantes revisaron las disparidades raciales significativas que también persisten en los exámenes de electrocardiografía (ECG) de los atletas, que se han convertido en una práctica estándar para los atletas competitivos.

Estos exámenes suelen dar más falsos positivos en los atletas negros, lo que significa que se puede identificar erróneamente a los atletas como portadores de una enfermedad cardíaca grave. Para quienes tienen un acceso limitado a pruebas de seguimiento exhaustivas, esto es especialmente problemático, ya que estas personas pueden enfrentarse a un estrés innecesario y no poder recibir atención de seguimiento para confirmar si los resultados son precisos.

Los determinantes sociales de la salud, como la estabilidad económica, la proximidad a los centros de atención médica, el acceso a la información sanitaria y las experiencias de discriminación pueden desempeñar un papel importante en las disparidades en los resultados de salud, incluso en los atletas jóvenes. Al incorporar los determinantes sociales de la salud en las investigaciones futuras, Kim dice que podemos estar mejor preparados para comprender cómo mitigar los impactos en los atletas jóvenes en particular.

"Para abordar realmente estas disparidades, no basta con detectar posibles problemas", afirma Kim. "Es necesario comprender cómo abordar los determinantes sociales subyacentes de la salud que exponen a estos atletas a un mayor riesgo".

En la revisión de 'The Lancet', Kim y su equipo destacan que el manejo adecuado del paro cardíaco repentino en deportistas comienza con una evaluación previa a la participación (EPI) adecuada, que implica una planificación cuidadosa y recursos suficientes. "Necesitamos buscar posibles afecciones de salud subyacentes. También debemos considerar todos los factores estresantes ambientales a los que tienen que enfrentarse los jóvenes y también el lugar donde crecen", dice Kim. Una historia clínica y un examen físico de EPI eficaces deben incluir un seguimiento adecuado, especialmente si se incluye un ECG y se detectan anomalías.

De cara al futuro, el creciente interés por este tema marca un cambio sustancial. "Hace apenas cinco o diez años, dudo que muchos pensaran en los determinantes sociales de la salud y sus efectos sobre los atletas jóvenes", agrega Kim. Plantear estas preguntas fundamentales es un gran paso en la dirección correcta. De cara al futuro, es esencial seguir planteando estas preguntas, pero también tomar medidas para abordarlas.

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