MADRID, 15 Jul. (EDIZIONES) -
Una duda muy frecuente entre los padres es cuándo los pequeños de la casa deben empezar a usar la almohada porque se venden almohadas para usar desde el nacimiento pero, ¿son convenientes para su salud y desarrollo?
Preguntamos en Infosalus por este asunto a la doctora Judith Sánchez Raya, médico especializada en Medicina Física y Rehabilitación del Hospital Universitari de la Vall d'Hebron (Barcelona) y miembro de la Sociedad Española de Columna de Vertebral.
Según concreta esta experta, en la actualidad "no hay evidencia científica" sobre cuándo introducir la almohada para el sueño en los niños. "Sí está más claro que en menores del año sí que es verdad que no conviene la almohada de cara a evitar la muerte súbita principalmente", advierte la especialista, al tiempo que recuerda en este sentido que los bebés deben dormir boca arriba, no con sus padres en la cama, ni tampoco se debe practicar el colecho, aparte de que les puede perjudicar el humo del tabaco, de cara a evitar esa muerte súbita del lactante.
"Y siempre vigilando que cambien la posición de la cabeza porque si no esto puede derivar en cabeza plana, por lo que hay que alternar posturas de lado con las de boca arriba en los menores del año, y si se pone boca abajo siempre con supervisión", aclara la miembro de la Sociedad Española de Columna Vertebral.
Aparte de esto, la doctora Sánchez Raya reconoce que no hay nada en la literatura científica que indique cuándo introducir la almohada: "Lo que sí que es verdad es que en función de la edad el hueco del cuello se debe tener descansado o relajado".
Por ello, recomienda usar almohada cuando los menores quieran, y por ejemplo indica que a partir de los dos años si lo desean, "pero que les llene el hueco del cuello, que cuando estén apoyados estén relajados, y que la almohada siempre mejor pecar de estrecha que de ancha, aunque en literatura no hay estudios al respecto".
CÓMO DEBE SER EL COLCHÓN DE LOS NIÑOS
Por otro lado, y en referencia al colchón idóneo para los menores, esta médico especializada en Medicina Física y Rehabilitación del Hospital Universitari de la Vall d'Hebron sostiene que hay estudios que dicen que tiene que tener por peso corporal una serie de densidad de muelles. "Al inicio se recomendaba más el poliuretano de espumas para los niños, y si son pequeños con densidades menores a 35 kilos por metro cúbico", agrega.
Así, señala que contra más pequeños los colchones deben contar con una menor densidad, deben ser más blanditos, pero cuanto más mayores los colchones deben ser más duritos porque los niños se mueven más y su columna es más flexible. "Sí está claro que en niños no es tan perjudicial como en los adultos el cómo sea el colchón", aclara esta experta.
Una vez que hemos parado el crecimiento (las niñas paramos de crecer a los 15,5 y los niños a partir de los 17,5), a partir de esta edad poca cosa cambiará en cuanto al crecimiento, pero a partir de ahí ya se consideran que pueden dormir en camas como en las de los adultos, subraya esta experta.
Mientras, la doctora Sánchez insiste en que lo ideal es que los colchones sean lo más blanditos posible, para después, conforme ganan años, vayan siendo más duros, firmes, para después pasar a ser como los colchones de los adultos, siendo las densidades medias lo ideal.
En cuanto a si pueden desarrollarse patologías en la columna vertebral de los menores por un mal colchón, la miembro de la Sociedad Española de Columna Vertebral recalca que en el niño, no hay evidencia de que el tipo de colchón en el que duerma y descanse pueda intervenir en este sentido, en el desarrollo de ninguna patología del niño.
"Evidentemente, como en el adulto, si el niño tiene dolor de espalda, un buen colchón puede favorecer el mejor descanso. Todo va en relación a cómo descansan los niños. Si el niño descansa bien por la noche, duerme como un lirón, el colchón se supone que es correcto. Pero si se despierta mucho, cambia mucho de posición, se despierta con dolor, habría que revisar la posibilidad de tener otro colchón", sentencia la experta en Medicina Física y Rehabilitación del Hospital Universitari de la Vall d'Hebron.