MADRID, 24 Ago. (EDIZIONES) -
"No sólo durante la época estival sino durante todo el año es conveniente utilizar gafas de sol, incluso en los días nublados", asegura en una entrevista con Infosalus Lucía Fernández-Vega Sanz, responsable de la Unidad de Oftalmología Pediátrica del Instituto Oftalmológico Fernández-Vega.
Además, no solo debemos proteger nuestros ojos de la radiación solar, sino también del agua (en el mar, ríos o piscinas), así como controlar el aire acondicionado, porque son factores que pueden afectar a nuestra vista, según advierte también esta especialista.
Asimismo, recuerda que en verano no se debe mirar directamente al sol puesto que se pueden producir daños en la retina y llegar a causar ceguera irreversible: "Aunque en un primer momento no notemos ninguna molestia al mirar el sol, la retina puede estar absorbiendo una gran cantidad de energía infrarroja y ultravioleta, y se pueden producir daños que son irreparables. No hay que observar el sol ni a simple vista ni con gafas de sol, y nunca hay que utilizar procedimientos caseros. Asimismo, se debe evitar la exposición directa a las luces láser que igualmente pueden provocar quemaduras retinianas".
Así con todo, la doctora Fernández-Vega llama la atención sobre el hecho de que si los adultos debemos tener precaución, hay que prestar aún una mayor atención a la hora de proteger los ojos de los niños: "Al igual que se les aplica crema solar para su piel, es muy importante cuidar sus ojos dentro y fuera del agua. Además, hacerlo desde los primeros meses de vida evitará futuras patologías oculares, ya que el ojo del niño es más sensible que el del adulto y también tiene memoria, como ocurre con las quemaduras solares en la piel".
Según avisa la oftalmóloga pediátrica, no protegerles de forma adecuada de los rayos de sol puede causarles importantes daños oculares: en el corto plazo, queratitis, que en el caso de los más pequeños se manifiesta con síntomas de dolor, fotofobia y enrojecimiento de los ojos; mientras que en el largo plazo podrían producirse alteraciones de la retina o cataratas precoces, entre otras patologías.
GAFAS DE SOL PARA LOS NIÑOS DESDE LOS 3 AÑOS
"Para evitarlo debemos educar al niño para que nunca mire directamente al sol", asevera la especialista del Instituto Oftalmológico Fernández-Vega. Con ello, destaca que, al igual que los adultos usamos gafas de sol, los más pequeños también deben protegerse, y por eso, desde los 3 años de edad es aconsejable el ponerles las gafas de sol.
Eso sí, cualquier gafa no vale, y la experta ve fundamental que estas estén homologadas y testadas, ya que de esta manera nos aseguramos que filtran entre el 95 y el 100% de la radiación UV.
"Si, además, la montura y la forma de la lente es ancha y envolvente, o las complementamos con una gorra o un sombrero, mejor. Para ello, las ópticas son los establecimientos más adecuados para adquirirlas. Los optometristas y también los oftalmólogos pediátricos son profesionales acostumbrados a tratar con los pequeños y saben qué tipos de lentes son las más adecuadas para cada persona", asevera la responsable de la Unidad de Oftalmología Pediátrica del Instituto Oftalmológico Fernández-Vega.
A su vez, insiste en que las gafas de un niño tienen que ser confortables y resistentes. "Dejar que el niño escoja sus gafas le motivará y le hará verlas como algo positivo y no como una molestia. Aquí, la indicación de un especialista, en la óptica, será clave para garantizar el éxito", defiende.
Como norma general, esta elección indica que se hace en función de la edad y fisionomía del paciente: "Podemos escoger entre distintos materiales: para los más pequeños (hasta los 5 años), el material ideal sería la silicona, por su flexibilidad y resistencia. A partir de esta edad, las recomendables son las de acetato, ya que son más difíciles de romper que las de plástico o las metálicas. Si tiene cordón o una cinta adaptable, les ayudará a llevarlas puestas".
TIPS PARA CUIDAR LA SALUD OCULAR DE LOS PEQUES EN VERANO
Con todo ello, subraya que a la hora de preservar la salud ocular de nuestros pequeños este verano, además de usar gafas de sol y gorras para protegerles, hay que limpiar e hidratar los ojos con frecuencia: el viento, las cremas solares, la arena o el aire acondicionado contribuyen a dañar nuestra salud ocular en verano; pueden causar irritación, picores e, incluso, resecar nuestros ojos; utilizar lágrimas artificiales ayuda a hidratar la superficie ocular y a disminuir la concentración de alérgenos y de partículas; evitar que se froten los ojos sin haberse lavado las manos previamente.
Otra recomendación para esta época del año es el evitar la exposición solar prolongada: especialmente en las horas de más radiación, entre las 12 y las 16 horas. "Si no es posible, extrema las medidas de protección para cuidar tu salud ocular", sostiene la oftalmóloga Lucía Fernández-Vega Sanz.
Reducir el uso de la visión de cerca, especialmente en el uso de pantallas y dispositivos portátiles, es otro de los tips y para ayudarnos en esta tarea señala que tenemos la regla '20-20-20': por cada 20 minutos de visión cercana, debemos descansar la vista durante 20 segundos enfocando a, al menos, 6 metros de distancia (20 pies).
"No subestimes los reflejos de luz: la arena de la playa refleja entre un 10% y un 25% la luz solar y el agua un 20%. Por eso, debes proteger los ojos cuando estés en la playa, o en la piscina con gafas de agua.Acude al oftalmólogo: no olvides acudir a un profesional que revise tus ojos con regularidad. Se recomienda acudir al menos una vez al año al oftalmólogo", sentencia Lucía Fernández-Vega Sanz, responsable de la Unidad de Oftalmología Pediátrica del Instituto Oftalmológico Fernández-Vega.