MADRID 23 Dic. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Escuela de Medio Ambiente de la Universidad de Nanjing, en China, han descubierto que las personas con enfermedad inflamatoria intestinal (EII) tienen más microplásticos en sus heces, lo que sugiere que los fragmentos podrían estar relacionados con el proceso de la enfermedad, según publican en la revista 'Environmental Science & Technology', de la American Chemical Society (ACS).
Los microplásticos -pequeños trozos de plástico de menos de 5 mm de longitud- se han encontrado por todas partes, desde el agua embotellada hasta los alimentos y el aire y, según estimaciones recientes, las personas consumen decenas de miles de estas partículas cada año, con consecuencias desconocidas para la salud.
La prevalencia de la EII, que incluye la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa, está aumentando en todo el mundo. Caracterizada por la inflamación crónica del tracto digestivo, la EII puede ser desencadenada o empeorada por la dieta y los factores ambientales.
Se sabe que los microplásticos pueden causar inflamación intestinal, alteraciones del microbioma intestinal y otros problemas en modelos animales, por lo que Faming Zhang, Yan Zhang y sus colegas de la Universidad de Nanjing se preguntaron si también podrían contribuir a la EII.
Como primer paso para averiguarlo, querían comparar los niveles de microplásticos en las heces de sujetos sanos y de personas con diferentes grados de EII. Para ello obtuvieron muestras fecales de 50 personas sanas y 52 personas con EII de diferentes regiones geográficas de China.
El análisis de las muestras mostró que las heces de los pacientes con EII contenían aproximadamente 1,5 veces más partículas microplásticas por gramo que las de los sujetos sanos. Los microplásticos tenían formas similares (principalmente láminas y fibras) en los dos grupos, pero las heces de los enfermos de EII tenían más partículas pequeñas (menos de 50 micrómetros).
Los dos tipos de plástico más comunes en ambos grupos eran el tereftalato de polietileno (PET; utilizado en botellas y envases de alimentos) y la poliamida (PA; que se encuentra en los envases de alimentos y textiles).
Las personas con síntomas más graves de EII tendían a tener niveles más altos de microplásticos fecales. Mediante un cuestionario, los investigadores descubrieron que las personas de ambos grupos que bebían agua embotellada, comían comida para llevar y se exponían a menudo al polvo tenían más microplásticos en sus heces.
Estos resultados sugieren que las personas con EII pueden estar expuestas a más microplásticos en su tracto gastrointestinal. Sin embargo, todavía no está claro si esta exposición podría causar o contribuir a la EII, o si las personas con EII acumulan más microplásticos fecales como resultado de su enfermedad, dicen los investigadores.