MADRID, 16 May. (EDIZIONES) -
Hasta 30 años puede vivir una tenia adulta en un huésped y pueden llegar a alcanzar los 25 metros. Es algo sorprendente, aunque en la sociedad actual ya se trata de algo infrecuente, aunque a veces pasa. Eso sí, muchas personas que padecen una infección por tenia intestinal no tienen síntomas. Si la infección te provoca problemas, los síntomas dependerán del tipo de tenia que tengas y de su ubicación.
Las tasas más altas de infección se encuentran fuera de Europa, en América Latina, Asia y África, donde puede tener lugar un saneamiento inadecuado, y donde las personas comen carne de cerdo cruda o mal cocida.
Sin embargo, advierte en una entrevista con Infosalus la doctora Marta Ponce, especialista en aparato digestivo del Hospital Quirónsalud de Valencia, son más frecuentes en los últimos años en Europa debido a los viajes y a los movimientos migratorios desde países donde la tenia es endémica, y al consumo cada vez más frecuente de carne no cocinada.
"En España no existe un sistema de vigilancia para controlar la forma humana de la patología porque no es una enfermedad de declaración obligatoria, y los datos sobre animales infectados son escasos", reconoce la digestóloga.
Además, es un mito que el que tiene una solitaria no hace más que comer y no engorda. "No es cierto, la persona afectada no tiene más apetito por estar infestada pero sí puede llegar a perder peso si presenta dolor epigástrico, náuseas, diarrea. Es un mito", subraya la especialista.
Pese a la creencia popular, la tenia y la solitaria no son exactamente lo mismo, según precisa, a la vez que puntualiza que se entiende por tenia a un grupo de parásitos entre los que se encuentra la 'tenia solium' o solitaria (porcina), la 'tenia asiática' (porcina asiática) y la 'tenia saginata' (bovina).
Según advierte, el primer factor de riesgo para contraer las tenias es el consumo de carne de cerdo cruda o mal cocida. Algo que no es muy habitual en nuestra sociedad actual. Ponce indica en este sentido que los seres humanos son los únicos hospedadores de estos parásitos. "Las personas eliminan segmentos de la tenia o los huevos del parásito a través de las heces, y contaminan el suelo en los lugares donde el saneamiento es inadecuado", añade.
De esta manera, las vacas y los cerdos se infectan al alimentarse en áreas contaminadas con heces humanas, que contienen huevos de tenia. Los huevos eclosionan en el intestino del animal y migran hacia los músculos estriados para convertirse en 'cisticercos', y causar la enfermedad llamada 'cisticercosis' (derivada de la 'tenia solium'). De hecho, los 'cisticercos' pueden vivir durante varios años en el músculo del animal. De esta manera, las personas se pueden infectar por las tenias al comer carne de res o de cerdo cruda, o mal cocinada, que contenga 'cisticercos'.
Una vez dentro del cuerpo de las personas, los 'cisticercos' de tenia migran al intestino delgado y maduran para transformarse en tenias adultas, las cuales producen segmentos o huevos que luego se eliminan a través de las heces. La doctora Ponce señala, además, que puede haber más de un ejemplar de tenia en el intestino del paciente, salvo que se trate de una 'tenia solium' o solitaria, que suele ser única. (Una persona puede infectarse con varias especies de tenia).
¿CÓMO UNA PERSONA PUEDE DARSE CUENTA DE QUE TIENE TENIA?
En este contexto, la especialista en aparato digestivo del Hospital Quirónsalud de Valencia indica que la mayor parte de las personas con 'teniasis' no tienen síntomas, o estos son leves, como el dolor abdominal (epigastrio), la pérdida del apetito y de peso, la cefalea, los mareos y la urticaria.
"Los síntomas más visibles de teniasis son la eliminación de proglótidos (segmentos de la tenia) de forma intermitente a través del ano y de las heces. En casos inusuales, los segmentos de tenia se alojan en el apéndice, en las vías pancreáticas y biliares causando obstrucción.
Las infecciones por 'tenia solium' pueden ocasionar 'cirtecircosis humana', una enfermedad que puede ser muy grave y causar convulsiones epilépticas o daños en los músculos o los ojos.