MADRID, 10 Sep. (EDIZIONES) -
Actualmente unos 28.000 niños prematuros nacen en nuestro país, de los que 800 son extremos (23-28 semanas de gestación), de entre 500 y 700 gramos de peso, y cuya vida corre peligro o sufren un riesgo de mayor de vivir con secuelas como infecciosas, pulmonares, cognitivas o motoras, entre otras.
Con idea de crear un medio en el que un neonato muy prematuro pueda vivir de forma lo más natural y lo más parecida al útero posible, el doctor Eduard Gratacós, director del BCNatal, y la doctora Elisenda Eixarch Roca, del BCNatal (Hospital Sant Joan de Déu y Hospital Clínic, ambos de Barcelona) están trabajando en el primer prototipo integrado de placenta artificial.
Se trata de un complejísimo sistema que intenta replicar las condiciones fisiológicas del útero para lograr que haya menos complicaciones, y que los órganos de los prematuros extremos maduren; en definitiva, que estos bebés cuenten con una mayor esperanza de vida.
Entrevistamos en Europa Press Infosalus a la doctora Elisenda Eixarch Roca, que es experta en medicina y cirugía fetal, y coordinadora científica del proyecto desde que se iniciase la iniciativa hace unos 5 años. Esta miembro de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) nos resalta la necesidad de desarrollar un proyecto así, dado que los bebés prematuros tienen "malos resultados", y por debajo de las 28 semanas acumulan más complicaciones, más mortalidad, y más morbilidad.
Esto es, según explica, porque por debajo de las 28 semanas, y sobre todo cuanto más cerca de las 24 semanas se encuentra el pequeño, hay un proceso de maduración, que aunque hayan mejorado las técnicas médicas, la tecnología, y los medicamentos actuales, a día de hoy dice que no se puede mejorar ese grado de maduración porque es algo biológico.
ALARGAR LA VIDA FUERA DEL ÚTERO
"En los años 50 ya se planteó por qué no alargar la vida intrauterina fuera del útero. La idea es ésta, coger a un feto y que siga siéndolo fuera del útero, cuando por algún motivo deben nacer, por ejemplo, como consecuencia de parto prematuro o de enfermedad materna, el permitirles madurar como lo harían en el útero", relata esta experta.
Si se miran los datos de supervivencia de los prematuros, tal y como destaca la miembro de la SEGO, en las últimas dos décadas, prácticamente no han cambiado las cifras, a pesar de que ha habido muchas mejoras, y ahora están estabilizadas, "porque romper la barrera biológica es muy difícil", según argumenta.
Eso sí, reconoce que hay 3 o 4 grupos de investigación a nivel internacional trabajando en este campo, en Estados Unidos, por ejemplo, y que junto con este grupo de investigación español, que cuenta con el respaldo de la Fundación "La Caixa", son los más avanzados.
PASOS LOGRADOS HASTA EL MOMENTO
Hasta junio de 2023, detalla la doctora Elisenda Eixarch, se implementó la primera fase del proyecto, donde se desarrolló un primer prototipo integrado de placenta artificial que fue incrementando las horas de supervivencia de forma exponencial hasta llegar a los 12 días, y además, en buenas condiciones fetales.
"Creamos un sistema de varias partes. La bomba oxigenadora, el entorno protegido, la monitorización fetal, el cuidado, y el aporte nutricional; hay muchas cosas que deben integrarse para que funcione. Esta primera fase fue para demostrar que éramos capaces de lograr supervivencia en una placenta artificial, y se consiguió la supervivencia de 12 días, un hito muy importante", resalta.
Ahora, buscan estos investigadores españoles una supervivencia más larga, y se han puesto como meta entre las 3-4 semanas de supervivencia del feto en esta placenta artificial, y además en buenas condiciones: "Tenemos un sistema que funciona, y ahora en la fase dos mejoramos el sistema para poder alargar la supervivencia y dar la mejor calidad de vida".
UN ENTORNO PROTEGIDO
Tal y como recuerda, una placenta biológica durante el embarazo aporta no sólo oxígeno a la sangre, sino también nutrientes y hormonas al bebé, aparte de que le protege de posibles infecciones; "es un órgano muy completo".
Al hacer la transición del útero materno a la placenta artificial a este sistema, sólo se toca el cordón umbilical, prosigue esta especialista en medicina fetal, sin tocar al feto: "Se ponen unas cánulas, es el único punto de unión, no hay invasión, y esto es una característica importante, a diferencia de un bebé en la UCI que puede encontrarse con varias vías, y donde está intubado".
En concreto, la placenta artificial diseñada por Gratacós y Eixarch cuenta con un 'entorno protegido', esto es que a través de un sistema aislamiento, llamado 'ambioshell', y donde el feto queda protegido de la luz y del ruido externo, y en unas condiciones de temperatura y de salinidad estables, similares a las que gozaría dentro del útero materno.
"Hemos tenido que recrear un líquido similar al líquido amniótico, que no es agua, sino que la composición tiene que ser muy similar, adaptado a las ovejas en este caso, porque es diferente al de los humanos; aparte también de enriquecerlo. Las ovejas son un modelo muy empleado en medicina fetal, al tener un desarrollo muy parecido al humano, y con la característica de que el desarrollo pulmonar es muy parecido", añade.
LA OXIGENACIÓN Y NUTRICIÓN AL FETO
Por otro lado, la oxigenación y nutrición del feto, en este caso de un feto de oveja, se realiza a través de un sistema de circulación extracorpórea con una membrana oxigenadora y una bolsa de goteo, que permiten el intercambio de oxígeno y de nutrientes, así como la eliminación de los desechos; todo ello, por supuesto, monitoreado en el tiempo. "Es un sistema muy complejo que intenta reproducir las mismas condiciones de dentro del útero materno, un entorno protegido, aislado, y sin que nadie le toque", apostilla la coordinadora de investigación de BCNatal.
"Ahora mismo pensamos que hay que desarrollar el sistema sobre todo para prematuros extremos, de aquellos de por debajo de las 28, y los primeros casos seguro que se hacen muy cerca de las 24 semanas, que son bebes que no tienen ahora mismo un buen pronóstico, y demostrar que funciona en el modelo animal, y cuando demostremos la seguridad y la efectividad del sistema hacer una primera prueba clínica", remacha.
POR QUÉ UNA PLACENTA ARTIFICIAL Y NO UNA INCUBADORA
En último lugar cuestionamos a esta especialista sobre por qué desarrollar una placenta artificial, cuando desde hace décadas se emplean las incubadoras: "Es muy diferente el concepto, una incubadora simplemente es un receptáculo donde el bebé está caliente. No hay que olvidar que el prematuro es un ser con los órganos inmaduros, como un intestino que no está preparado para comer, o unos pulmones inmaduros, y que los tiene que hacer funcionar, porque tiene que respirar, y tiene que comer y si no puede hacerlo le tienen que poner la nutrición por vía venosa".
La placenta artificial lo que hace es reproducir lo que pasa en el útero, según prosigue esta ginecóloga, y donde todo va por el cordón umbilical: "Con lo cual, a partir de este sistema sobre el que estamos trabajando, los pulmones del feto no tienen que funcionar, su intestino no tiene que funcionar, y lo único por lo que debe preocuparse es de crecer y de madurar. Con este proyecto de placenta artificial lo que hacemos es reproducir las mismas condiciones que se dan en el útero para que la maduración siga fuera; en una incubadora no pasa, se le protege al bebé del ruido, pero haces funcionar al intestino y a los pulmones, es muy diferente en realidad".
Asimismo, pone en valor que las aplicaciones de esta placenta artificial sobre la que están trabajando "pueden ser infinitas", y por ejemplo, podría permitir realizar cirugías fetales cardíacas, ahora imposibles.
PRÓXIMOS PASOS: LA PRIMERA PRUEBA CLÍNICA
Con todo ello, al final de nuestra entrevista resalta palabras del doctor Gratacós, una eminencia en el mundo de la Ginecología española, y quien dice que con este proyecto de investigación han sido capaces de construir un avión, resaltando que su objetivo ahora es "demostrar que éste siempre vuela, y funciona perfecto para todo el mundo".
El objetivo ahora es alargar la supervivencia del feto en esta placenta artificial y mejorarla; y después, tal y como apunta, en un segundo objetivo, es hacer todos los pasos preparatorios para poder hacer una primera clínica de aquí a unos años. "Hay también muchos aspectos que preparar desde el punto de vista ético, de permisos legales. Espero que a finales de 2025, o principios de 2026, poder tenerlo todo listo para una primera prueba clínica, y que por primera vez se transfiera a un feto humano a un sistema de placenta artificial", sostiene la doctora Eixarch.
Quiere dejar claro, eso sí, que no quieren ir más allá de la viabilidad fetal normal: "En España a partir de las 24 semanas se consideran los fetos viables, en algunos centros incluso a las 23 semanas, pero no queremos ir más allá de eso. Nuestro objetivo es que bebés prematuros que ahora nacen, y que se reaniman, siguen adelante, y con un resultado no óptimo, queremos mejorar esos resultados y esto también es importante".