SEUL 20 Feb. (EUROPA PRESS) -
Las plantas de interior, además de decorar nuestros hogares, pueden estar contribuyendo a nuestra salud más de lo que pensamos, hasta tal punto que pueden reducir los niveles de un gas tóxico, el formaldehydo, que está presente en materiales de decoración tan comunes como las moquetas, cortinas, tarimas y parquets y pegamentos. Las emisiones de este gas en zonas cerradas deterioran la calidad del aire hasta el punto de poder provocar "sensibilidad química múltiple" y "síndrome del edificio enfermo". dolencias con síntomas tales como alergias, asma y dolores de cabeza.
Un estudio realizado por el científico Kwang Jin Kim, del Instituto de Investigación en Horticultura de Corea del Sur, comparó el grado de absorción de dos tipos de plantas domésticas, concretamente la Ficus Benjamina y la Fatsia Japonica, en un estudio publicado en el Journal of American Society for Horticultural Science, recogido por Europa Press.
Durante el estudio, cantidades iguales de formaldehydo fueron introducidas en contenedores en los que habían sido incluidas estas plantas en tres configuraciones: al completo, podada, y con la parte más próxima al suelo cerrada, dejando sólo a la vista las hojas.
Los resultados mostraron que la suma de las absorciones en las dos porciones de la planta era similar a la cantidad neutralizada por la planta en su conjunto. Asi, las plantas completas abosrbían aproximadamente un 80 por ciento del formaldehydo en sólo cuatro horas. En otros contenedores donde se inyectó el gas pero que no tenían plantas en su interior, el nivel sólo bajó un 7,3 por ciento durante el día y un 6,9 por ciento en la noche. A partir de esa momento, el grado de abosrción se reducía, debido aparentemente a una menor concentración del gas.
La parte al aiure de la planta reduce más formaldehydo por el día que de noche. Esto apoya el papel jugado por las estomatas, pequeñas rendijas en la superficie de las hojas que sólo están abiertas durante el día. Por otra parte, la porción de gas que se reducía durante la noche era absorbida fundamentalmente por una sustancia en la superficie de la planta conocida como cutícula. Las raices del ficus eran capaces de absorber cantidades parecida de día o de noche, mientras en el caso de la Fatsia las raices actuabn mejor durante la noche.