MADRID, 9 May. (EUROPA PRESS) -
Palpitaciones, mareos, dolor de pecho, falta de aire, sudoración, desmayo o pérdida del conocimiento son algunos de los síntomas de las arritmias, una alteración del ritmo cardíaco, que también puede pasar inadvertida para muchas personas y solo detectarse cuando se realizan otras pruebas diagnósticas.
"Las arritmias son problemas en el sistema eléctrico del corazón. Las células del corazón tienen una capacidad que se denomina automatismo, necesaria para la función de bombeo sanguíneo. Gracias a este sistema eléctrico cardiaco se activa la contracción celular organizada y da lugar a la contracción y relajación del corazón (sístole y diástole). Cuando se pierde la regularidad del impulso eléctrico se habla de arritmia", así lo explica en una entrevista con Infosalus la doctora Yanina Cangelosi Alba (Tu Cardióloga Vegana), una médica cardióloga y asesora nutricional.
Entre las posibles causas de la aparición de una arritmia, esta doctora apunta en una entrevista con Infosalus a las siguientes:
Congénitas: desde el momento del nacimiento hay una alteración en el circuito eléctrico del corazón.
Estructurales: secundarias a la dilatación/ hipertrofia del músculo cardiaco.
Secundarias a: trastornos inflamatorios como miocarditis, miopericarditis; miocardiopatia hipertensiva; la isquemia cardiaca (no le llega oxígeno a la célula cardíaca), en el contexto de angina de pecho, infarto agudo de miocardio, etc; trastornos de electrolitos como calcio, potasio, sodio, magnesio; trastornos de la hormona tiroidea; miocardiopatía por estrés; miocardiopatia peri-parto.
CLASIFICACIÓN DE LAS ARRITMIAS
En concreto, dice que hay varios tipos de arritmias y se pueden clasificar en primer lugar por su velocidad (rápidas, taquicardia; lentas, bradicardia), o bien por su lugar de origen (ventriculares, auriculoventriculares, supraventriculares (auriculares).
A la hora de realizar un diagnóstico se debe verificar que existe una alteración en la actividad eléctrica cardíaca, y para ello la doctora Cangelosi apunta a que suele ser necesaria una entrevista cardiológica, así como un electrocardiograma (ECG), portar un holter de 24 a 48 horas (registra la actividad eléctrica cardíaca durante un tiempo prolongado).
Menciona a su vez que, en algunos casos, es necesario complementar estos resultados con un estudio electrofisiológico, por el que se introducen unos cables en el interior del corazón para registrar la actividad eléctrica cardíaca y estimular al corazón para reproducir arritmias. "También suele ser importante averiguar si existe alguna alteración estructural del corazón asociada a la arritmia, para lo cual puede realizarse una ecocardiografía", apostilla en este sentido la Fundación Española del Corazón.
EL TRATAMIENTO
Sobre el tratamiento, la cardióloga subraya que dependerá del tipo de arritmia y de la causa primaria, en caso de que la hubiere. Pueden prescribirse en estos casos, según prosigue, fármacos antiarrítmicos, o bien anticoagulantes como en el caso de la Fibrilación auricular por su riesgo de formación de trombos; o por ejemplo un tratamiento por ablación con radiofrecuencia cardiaca para resolver la arritmia.
Desde la FEC añaden en este punto que en aquellos pacientes con riesgo de arritmias potencialmente mortales puede indicarse la implantación de un desfibrilador, similar a un marcapasos pero con la capacidad de administrar descargas eléctricas desde dentro del corazón que pueden cortar arritmias que pongan en riesgo la vida.
"Mi mensaje a la población es que ante los síntomas acuda a la consulta. Ayuda mucho tener el ECG cuando la persona está aún con síntomas, porque muchas veces las arritmias son transitorias, y no se ven en el ECG/ Holter que se hacen en la consulta de control. Que no sea fácil de encontrar no significa que no haya existido un evento arrítmico transitorio", concluye la doctora Yanina Cangelosi Alba.
