MADRID 24 Ene. (EUROPA PRESS) -
Profesionales del Colegio Oficial de Podólogos de Galicia (COPOGA) han aconsejado a las personas que sufran síndrome de Raynaud que sumerjan sus pies en agua tibia para paliar los síntomas, pero han advertido que se aseguren de que no esté caliente y de evitar cualquier otra fuente de calor directo.
El síndrome de Raynaud es una de las enfermedades circulatorias que afectan a los pies más desconocidas, y el frío agrava sus síntomas. En concreto, se trata de un ataque isquémico transitorio, es decir, que se detiene el flujo de sangre a los pies por una vasoconstricción de las arterias, lo que genera sensación de frío en los miembros inferiores.
Desde el COPOGA han sugerido a los pacientes que realicen ejercicios con los pies o caminen, a fin de favorecer el riego sanguíneo continuo. También han aconsejado el uso de un calzado apropiado con suela y forro con capacidad de aislamiento del frío y han apuntado a los beneficios demostrados de evitar el tabaco y la nicotina.
Además, han recordado que los pacientes diabéticos que sufren la enfermedad de Raynaud son considerados como de alto riesgo. En estos casos la entidad ha indicado que es muy importante alejarse de fuentes de calor directo como son las estufas o braseros, ya que la pérdida de sensibilidad causada por la diabetes puede provocar que se quemen sin darse cuenta y tener una lesión grave.
MÁS HABITUAL ENTRE MUJERES
La patología se caracteriza por un cambio en la coloración de la piel, que puede volverse más blanquecina o azulada. También produce dolor y además de afectar a los pies, pueden producirse los mismos síntomas en las manos, nariz, labios u orejas. El hecho de tener siempre los pies fríos es uno de los síntomas más habituales, según ha afirmado la entidad, que puntualiza que es importante distinguir entre un frío momentáneo y una sensación persistente.
"Hablamos de una afección que puede padecer cualquier persona, aunque es más habitual entre las mujeres de entre 15 y 30 años", ha señalado la presidenta del Colegio, Ana Requeijo. Su causa es desconocida, aunque sí se sabe que el frío, el estrés y el tabaquismo interfieren en la enfermedad.
Si se detectan síntomas, los profesionales han recomendado visitar una clínica de podología para someterse a una valoración y recibir el diagnóstico oportuno para poder tratar la afección de forma adecuada.