Depresión, dolor, metro, llorar
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Actualizado: miércoles, 21 diciembre 2016 13:44

   MADRID, 10 Oct. (EDIZIONES) -

   No todo el mundo pasará por una depresión en su vida a pesar de que la tristeza y el malestar emocional estén presentes en el día a día. Toda depresión está acompañada de sentimientos de este tipo aunque no se puede decir que siempre que existen una persona padece la enfermedad.

Según explica a Infosalus el doctor Francisco Alonso-Fernández, autor de 'Depresión. Todas las respuestas para entenderla y superarla' (LoQueNoExiste, 2016), a pesar de los avances realizados en este campo, existe una gran desorientación entre profesionales y pacientes sobre qué es la depresión. El porcentaje de pacientes tratados y diagnosticados de forma adecuada es de menos del 50%.

   Se trata de un mal polimórfico pero en realidad clínico y en cada persona tiene su peculiaridad y su tratamiento por ello debe ser personalizado. Los síntomas más comunes y presentes en la mayoría de pacientes son la tristeza, la pérdida de ilusiones, el abatimiento, la soledad y los trastornos de la alimentación y el sueño.

   Esto sucede en las consideradas depresiones completas, en las parciales, que se consideran más ligeras, los síntomas suelen ser corporales como sucede en el caso de la fibromialgia, en la que la tristeza como tal pasa a un segundo plano en relación a los síntomas físicos.

DEPRESIÓN, CUESTIÓN DE GÉNERO

   Según señala el doctor Alonso-Fernández, sobre todo en el periodo reproductivo, desde la pubertad hasta los años de la postmenopausia, el riesgo de la mujer de sufrir depresión dobla al de los varones. El gran descenso de las hormonas en la época premenstrual, perimenopáusica o de posparto aumenta el riesgo.

    Para el psiquiatra, la riqueza de intuiciones y vida emocional, la mayor capacidad de empatía en las interacciones sociales y una gran preocupación por la autoimagen hacen a la mujer más vulnerable a los impactos ambientales que intervienen en el desarrollo de la enfermedad. El doctor destaca que a pesar del cambio favorable que se ha producido para el género femenino en los pasados setenta años que ha dado lugar a una auténtica revolución sexual aún existen reliquias sociales que impiden una nivelación sociolaboral en el ámbito de la mujer.

   En el caso de los hombres, caen más fácil en la depresión los viudos y cuando se trata de las mujeres y su estado civil, en el caso de separación o divorcio son ellas las que presentan más depresión.

   Situaciones que son propensas a desembocar en una depresión son la sobrecarga emocional; el duelo, entendido como la pérdida o la ruptura de relaciones con un ser querido; la soledad y el aislamiento, que generan sentimientos de desamparo; y las vidas con una organización muy anárquica. En cuanto al tipo de personalidad lo más destacado como factor de riesgo es la baja autoestima.

¿CÓMO EVITAR LA DEPRESIÓN?

   El psiquiatra señala la importancia de tener en cuenta los momentos de riesgo como la viudez o la pérdida del trabajo. Se pueden proporcionar unas medidas generales para la población adulta sobre el cuidado personal de orden general que se centran en tres ámbitos: el estilo de vida, el plan de vida y la actitud ante el estrés.

En cuanto al estilo de vida, las posibilidades son amplias pero se pueden apuntar aspectos como ser sociable y tener al menos dos personas con una relación de confidencialidad; mantener una actividad psíquica adecuada como leer o escuchar música; o cuidar la actividad física, un aspecto en el que se centran en Estados Unidos, ya que la obesidad es un factor de riesgo de la obesidad.

    "Una orientación general supone tener un adecuado descanso nocturno y acostarse a dormir antes de las 12 de la noche ya que el sueño a partir de las tres de la madrugada es menos reparador y por ello esta norma debería ser una imposición", comenta Alonso-Fernández, para quien la higiene del sueño resulta un componente clave de la prevención.

   En el caso del plan de vida, dar un sentido positivo a la vida propia y la de los demás así como tener una la actividad laboral satisfactoria, son elementos clave. En cuanto a cómo abordar el estrés agudo, los duelos deben superarse en unos meses actuando a favor de la recuperación con el estilo de vida.

    "El estrés crónico requiere afrontar la raíz del conflicto o si la solución no es accesible, saber desconectarse. Hay que cultivar los hobbies, las personas más estresadas son las que no saben desconectar", apunta el psiquiatra.

   Todas estas medidas junto a una alimentación adecuada que evite los regímenes hipocalóricos pueden llegar a reducir el riesgo de depresión en un 50%, concluye Fernández Alonso.

PREVENCIÓN DESDE LA COMUNIDAD

   En cuanto a las medidas de orden general tomadas por la comunidad para frenar el riesgo de depresión destacan las derivadas de la orientación educativa y la política sanitaria. "En cuanto a la educación, las familias y centros escolares deben asegurar que los niños sean queridos, protegidos y amparados, de no ser así, los niños no viven su infancia y quedan desnudos ante la depresión", indica el autor, que considera que además la educación debe fomentar un nivel de autoestima adecuado en los menores.

    En lo que se refiere a la política sanitaria el doctor recuerda que en el caso de los enfermos somáticos de gravedad o crónicos, cuando se presenta el dolor, más del 50% se verán afectados por un proceso depresivo y tendrán más propensión a trastornos somáticos que se compliquen con una depresión. "Hay que dar a los enfermos una calidad de vida en la que el sufrimiento sea el menor posible", resalta.

   En cuanto a los riesgos derivados de los medicamentos, se recomienda proporcionar la dosis más baja posible en el caso de las estatinas ya que los descensos en el colesterol se complican con los estados depresivos. Aumentan el riesgo de depresión y de actos impulsivos también los corticosteroides y algunos antihipertensivos por lo que en su prescripción hay que tener en cuenta los riesgos depresivos en el paciente.

   En cuanto a la política laboral, el psiquiatra indica la importancia de la satisfacción en el trabajo y en su remuneración económica. "La pérdida del trabajo es un trauma muy importante. La persona debe estar orientada hacia una actitud adecuada, debe formarse y mantener el nivel de actividad, de no ser así es más fácil ser víctima de estados depresivos o de un abuso del alcohol y las drogas", concluye.