El prejuicio contra las personas obesas es endémico en la sociedad y tiene consecuencias

Archivo - La depresión resistente al tratamiento está relacionada con el índice de masa corporal.
Archivo - La depresión resistente al tratamiento está relacionada con el índice de masa corporal. - MOTORTION/ISTOCK - Archivo
Publicado: miércoles, 10 julio 2024 7:19

MADRID, 10 Jul. (EUROPA PRESS) -

El prejuicio contra las personas obesas es endémico en la sociedad y las iniciativas de salud pública destinadas a reducir la obesidad sólo han empeorado el problema, según una académica estadounidense. En su nuevo libro 'Why It's OK To Be Fat' (Por qué está bien ser gordo), Rekha Nath, profesora asociada de Filosofía en la Universidad de Alabama (Estados Unidos), aboga por un cambio de paradigma en el modo en que la sociedad aborda la gordura.

Según Nath, la sociedad debe dejar de abordar la gordura como un rasgo del que deshacerse la población y, en cambio, debe abordarse a través de la lente de la igualdad social, atendiendo a las formas sistemáticas en que la sociedad penaliza a las personas gordas por su tamaño corporal.

Nath explica: "Ser gordo se considera poco atractivo, incluso asqueroso. Vemos la gordura como un signo de debilidad, de avaricia, de pereza. Y hemos convertido la búsqueda de la delgadez, que está ligada a la salud, la forma física, la belleza y la disciplina, en un esfuerzo moralizado: tomar las decisiones de estilo de vida "correctas" para evitar ser gordo se considera un deber que todos debemos cumplir.

"Nuestra aversión colectiva a la gordura se traduce en una aversión a las personas gordas. Las personas gordas sufren acoso y hostigamiento. Reciben peor atención médica, con frecuencia a manos de médicos y enfermeras que respaldan estereotipos nocivos contra la gordura. Los estudiantes obesos son ridiculizados y objeto de burlas por parte de sus compañeros de clase e incluso de sus profesores. En el lugar de trabajo, las personas gordas sufren una discriminación rampante, que es legal en la mayoría de las jurisdicciones".

Nath escribe que el prejuicio que sufren las personas obesas es evidente y afecta a sus vidas en términos tangibles. Cita estudios que revelan que niños de tan solo tres años muestran preferencia por un compañero de juegos que "no sea gordito". Y dice que una encuesta realizada a más de 800 estudiantes universitarios estadounidenses concluyó que uno de cada tres está de acuerdo con la afirmación de que volverse obeso sería "una de las peores cosas que le podrían pasar a una persona".

En el libro, Nath imagina un mundo donde las personas obesas deberían disfrutar de una atención médica equitativa, una inclusión equitativa en la fuerza laboral y la capacidad de aparecer en público sin vergüenza." Está bien estar gorda porque no hay nada malo en estar gorda. No hay nada malo en estar gorda, por supuesto, excepto por todo lo que nuestra sociedad hace para que estar gorda sea malo: oprimir a las personas gordas por su tamaño corporal imponiéndoles la gran injusticia del tamañoísmo".