MADRID 12 Dic. (EUROPA PRESS) -
La quimioterapia pierde eficacia porque las células sanas empujan a las cancerosas a crecer más lentamente, según dos estudios de investigadores del University College de Londres (UCL), en Reino Unido, y la Universidad de Yale (Estados Unidos).
En los dos estudios, financiados por Cancer Research UK y publicados en la revista 'Cell', los investigadores utilizaron "minitumores" y las últimas tecnologías de análisis unicelular para empezar a resolver el enigma de por qué las células sanas en el tumor de cáncer de intestino de un paciente pueden conducir a malos resultados.
En el primer estudio, los investigadores del UCL utilizaron las últimas tecnologías de análisis unicelular para medir cómo 1.107 minitumores derivados de ratones respondían a cambios tanto en sus genes como en su entorno.
El análisis reveló que las células de cáncer de intestino pueden existir en dos estados principales, de crecimiento rápido o lento, y que las células sanas pueden empujar a las células de cáncer de intestino hacia el estado de crecimiento lento. Dado que las quimioterapias se dirigen a las células de crecimiento rápido, es más probable que estas células cancerosas de crecimiento lento sean resistentes al tratamiento.
El doctor Chris Tape, autor principal de los estudios del Instituto del Cáncer de la UCL, señala que "investigaciones recientes han demostrado que los pacientes con cáncer de intestino que tienen más células sanas en su tumor, incluidas unas células llamadas fibroblastos que intervienen en la cicatrización de heridas, suelen tener un mal pronóstico".
"Pero lo que no sabíamos hasta ahora era por qué ocurre esto --reconoce--. Nuestra investigación sugiere que, dado que las quimioterapias se dirigen a las células de crecimiento rápido, las células cancerosas cuyo crecimiento se ve frenado por células sanas dejan de ser sensibles a la quimioterapia".
En el segundo estudio, el equipo trató de confirmar sus hallazgos en células humanas, utilizando más de 2.500 minitumores cultivados a partir de tejido donado de pacientes con cáncer de intestino que habían sido operados.
Los resultados mostraron que factores como la edad del paciente y las mutaciones específicas de un tumor no afectaban a la respuesta del cáncer a la quimioterapia. El factor clave era la rapidez de crecimiento del cáncer. Y lo que es más importante, las células fibroblásticas sanas podían frenar el crecimiento del cáncer en algunos pacientes, protegiéndolo completamente de la quimioterapia.
La doctora María Ramos Zapatero, primera autora de uno de los estudios del Instituto del Cáncer de la UCL, señala que "el estado de crecimiento lento que observamos en estos cánceres de intestino es muy inusual y normalmente sólo se encuentra durante el desarrollo fetal o tras un daño en el tejido intestinal".
"La presencia de fibroblastos en el tejido sano parece estimular a las células cancerosas a entrar en un estado defensivo que las protege de la quimioterapia --prosigue--. Esto sucede muy rápidamente, a menudo en un par de horas, por lo que es fácil entender por qué el tratamiento no funciona. Las células cancerosas sufren daños, pero no mueren".
La profesora Smita Krishnaswamy, autora principal de uno de los estudios de la Universidad de Yale, recuerda que "en los últimos años se ha investigado mucho para comprender lo que ocurre en las células cancerosas y en el entorno que las rodea a nivel unicelular. Sin embargo, hasta ahora las limitaciones técnicas sólo permitían analizar un puñado de escenarios distintos a la vez".
"Esto supone un problema cuando se trabaja con miles de variables, como células cancerosas con diferentes mutaciones, diferentes terapias y la compleja interacción entre los tumores y las células que los rodean", apuntan.
Krishnaswamy explica que "el flujo de trabajo de la citometría de masas y nuestro nuevo método computacional, denominado TRELLIS, crean una forma de incrustar las muestras de la citometría de tal manera que se pueden calcular las distancias entre muestras enteras, lo que nos permite cartografiar el paisaje de los distintos cánceres en diversas condiciones de tratamiento y cultivo".
"Estos avances técnicos nos han permitido ver el panorama completo y ayudan a explicar por qué algunos cánceres son menos sensibles al tratamiento", añade.
Los autores afirman que encontrar formas de forzar a las células cancerosas a un estado de crecimiento rápido antes de que un paciente empiece un tratamiento de quimioterapia podría hacer que el tratamiento fuera más eficaz.
"Si comprendemos los procesos moleculares que impulsan este cambio, quizá podamos desarrollar formas de bloquear la comunicación entre las células cancerosas y las sanas para devolver el tumor al estado de crecimiento rápido, haciendo que el cáncer sea sensible a las quimioterapias incluso en presencia de células sanas --señala Tape--. Creo que ahora tenemos una gran oportunidad de mejorar los resultados para aquellos cuyo cáncer de intestino no es o no sería fácil de tratar".