Principales síntomas de la fibromialgia, la enfermedad invisible

Archivo - Mujer en la habitación con dolor en la espalda. Fibronialgia. Dolor crónico.
Archivo - Mujer en la habitación con dolor en la espalda. Fibronialgia. Dolor crónico. - FIZKES/ ISTOCK - Archivo
Publicado: viernes, 28 enero 2022 8:34

   MADRID, 28 Ene. (EDIZIONES) -

   Hasta hace no mucho se llegó a considerar como un trastorno psicológico o un "cajón de sastre" a la fibromialgia, debido a la ausencia de hallazgos objetivos en el examen físico y a las evaluaciones complementarias habituales.

   Sin embargo, según apunta el Óscar Illera Martín, experto en fibromialgia y miembro del Servicio de Reumatología Hospital San Rafael de Madrid, durante una entrevista con Infosalus, las investigaciones básicas y clínicas han aclarado las bases neurofisiológicas de la fibromialgia y han llevado a su clasificación actual como un síndrome de sensibilidad central.

   "Es decir, se trata de un trastorno del procesamiento de la sensibilidad al dolor a nivel del sistema nervioso central, en el que el paciente presenta un problema de 'control de volumen' sensorial del dolor, y de forma crónica y generalizada. Solo el paciente lo nota y nosotros no somos capaces de diagnosticarlo con los medios que disponemos hoy en día", lamenta este experto.

   En concreto, explica que la fibromialgia es un síndrome que consiste en la aparición, sin causa aparente, de dolor o de sensibilidad generalizada y persistente, que dura más allá de tres meses, localizado en ambos lados del cuerpo, y por encima y por debajo de la cintura, incluida la columna vertebral.

   Es algo más que una enfermedad de dolor crónico, según prosigue este reumatólogo, porque con frecuencia se acompaña de otros muchos otros síntomas inexplicables, como la fatiga crónica, el dolor pélvico crónico, el dolor temporomandibular, la pérdida de concentración o de memoria, la cefalea tensional o la migraña, el intestino irritable, la sensibilidad química múltiple, la cistitis intersticial, o bien las piernas inquietas. "Secundariamente desarrollan ansiedad y/o depresión, y deterioro funcional para las actividades de la vida diaria", apostilla este especialista.

   Así, y además del dolor generalizado, el doctor Illera precisa que la fibromialgia se puede acompañar de rigidez, fatiga, sueño irregular y poco reparador, además de dificultades cognitivas. "Por lo general, se presenta en mujeres jóvenes o de mediana edad, pero puede afectar a pacientes de ambos sexos y a cualquier edad", aprecia.

   A día de hoy su causa sigue siendo desconocida, según lamenta, pese a que las investigaciones han proporcionado evidencia de alteraciones en la conectividad funcional, bioquímica, metabólica e inmunomoduladora en el sistema de procesamiento del dolor del cerebro, de tal manera que los pacientes tienen un umbral más bajo de dolor y de otros estímulos, como el calor, el ruido y los olores fuertes. "Estos hallazgos corroboran la propuesta de que la fibromialgia ya no puede considerarse una afección de dolor subjetivo. Parece que la herencia genética puede tener un papel contributivo en su aparición", añade el experto del Hospital San Rafael de Madrid.

   Según los últimos datos del estudio EPISER de la Sociedad Española de Reumatología de este 2021, en España se estima que la prevalencia de esta enfermedad se sitúa en el 2,4% de la población adulta, lo que supone cerca de 900.000 personas afectadas en nuestro país. Concretamente, la fibromialgia fue reconocida por la OMS como enfermedad en 1992.

   Desde la asociación AFIBROM remarcan que, precisamente, por la variedad de los síntomas, en muchos casos, el diagnóstico se retrasa y el paciente suele pasar por varios especialistas, algo que en el lago plazo no solo agrava su salud física sino también la emocional, aparte de que la persona sufre la incomprensión del entorno.

   "No existe aún una prueba diagnóstica específica y los análisis y pruebas convencionales son normales por lo que se dice que es una enfermedad invisible y en muchos casos, la persona que la padece, la sufre en soledad toda su vida. La fibromialgia puede aparecer a cualquier edad, desde la infancia hasta la ancianidad, pero el rango de edad en la que más se diagnostica es entre los 25 y 60 años", agrega esta asociación madrileña de fibromialgia, síndrome de fatiga crónica, esclerosis múltiple, y sensibilidad química múltiple.

EL DOLOR DE LA ENFERMEDAD

   La fibromialgia no es una enfermedad potencialmente mortal, deformante o progresiva, según continúa el doctor Illera, si bien recalca que, sin un diagnóstico y un tratamiento adecuados, un paciente con fibromialgia puede tener temor a la progresión de la enfermedad. "Pero eso no ocurre como resultado de la enfermedad, sino que es causada por la privación del sueño y por el desacondicionamiento físico", sostiene.

   Se trata de una afección "crónica y recurrente", por lo que es frecuente la necesidad de visitas médicas repetidas e ingresos: "El dolor crónico y la fatiga no siempre se consiguen mitigar, por lo que el objetivo del tratamiento es mejorar el funcionamiento diario".

   En el día a día, este reumatólogo del Hospital San Rafael de Madrid indica que algunas características del paciente asociadas con mal pronóstico son: altos niveles de angustia o de estrés; fibromialgia de larga evolución; enfermedad psiquiátrica mayor o depresión y ansiedad graves que responden mal al tratamiento; un patrón arraigado de evitación del trabajo; deterioro funcional marcado a pesar de los enfoques multidisciplinarios del tratamiento; dependencia de opioides o de alcohol.

   "Afortunadamente hay diversos tratamientos que pueden paliar o mitigar los síntomas. La educación del paciente es un elemento esencial en el manejo de la fibromialgia. Comienza con una manera empática por parte del médico, que debe reafirmar el dolor del paciente, explorar variables sociales y de comportamiento (de la infancia a la actualidad que influyen en la enfermedad), y explicarle al paciente cómo el estrés y la angustia pueden amplificar la gravedad de los síntomas", detalla.

   Para ello, incide en la importancia de dedicarle tiempo y de alentar al paciente a fomentar autocuidados para disminuir la dependencia con el tiempo; por ejemplo, enseñando a identificar los desencadenantes de los brotes, para evitarlos y gestionarlos; cuidar una higiene del sueño; mantener una dieta saludable; así como recomendaciones de actividad física, incluyendo estiramientos, resistencia y actividad aeróbica.

TRATAMIENTO HABITUAL

   Con ello, este experto en fibromialgia y miembro del Servicio de Reumatología Hospital San Rafael de Madrid apunta que, si el dolor es significativo, se maneja farmacológicamente con analgésicos no opiáceos, antidepresivos, anticonvulsivos o relajantes musculares; así como con terapia psicológica y conductual, ya que pueden resultar de utilidad en los síntomas de depresión, ansiedad, estrés, y trastornos del sueño; aparte de terapia física, que ayuda a mejorar la resistencia física a la fatiga, la obesidad, las malas posturas y las actividades de sobrecarga en el trabajo y en el hogar.

   Eso sí, subraya que, aunque no se encontrará ninguna base para muchos de los múltiples síntomas de los pacientes con fibromialgia durante el examen físico o las pruebas de laboratorio, el médico debe permanecer alerta a cualquier enfermedad orgánica subyacente, como hipotiroidismo, artritis reumatoide (AR), lupus eritematoso sistémico (LES), polimialgia reumática u otro trastorno inflamatorio autoinmune. "Tales hallazgos no excluyen la fibromialgia asociada", apostilla.

   A juicio del doctor Illera es igualmente importante reconocer que el tratamiento de un trastorno autoinmune en un paciente con fibromialgia coexistente generalmente no mejorará los síntomas de la fibromialgia. "Los pacientes con fibromialgia no tienen anomalías características o consistentes en las pruebas de laboratorio. Sin embargo, los estudios rutinarios de laboratorio e imágenes son importantes para ayudar a descartar enfermedades con manifestaciones similares y para ayudar en el diagnóstico de ciertas enfermedades inflamatorias que coexisten con frecuencia con la fibromialgia", sentencia.