MADRID, 13 Dic. (EUROPA PRESS) -
Las prohibiciones y otras políticas que restringen la venta de cigarrillos electrónicos en Estados Unidos para afrontar la crisis debida a las muertes registradas entre vapeadores podrían hacer más daño público que bien, según asegura un grupo de expertos en salud pública, políticas de tabaco y ética de Estados Unidos en un artículo publicado en línea en la revista 'Science'.
Los autores, entre ellos tres decanos de salud pública, advierten de que las políticas generales desarrolladas en una carrera por abordar dos preocupaciones diferentes conllevan desventajas peligrosas, especialmente el riesgo de retirar una herramienta para ayudar a los fumadores a dejar de fumar.
"Las enfermedades y muertes, que parecen estar relacionadas con el vapeo de aceites de THC ilícitos, han causado una alarma justificable al igual que el aumento de los jóvenes que están vapeando nicotina. Pero en nuestra respuesta no debemos agrupar estos desarrollos preocupantes y no considerar la poderosa evidencia que respalde la disponibilidad de productos legales de nicotina", explica la autora principal Amy Fairchild, decana de la Facultad de Salud Pública de la Universidad Estatal de Ohio.
Fairchild y sus colegas escriben que "restringir el acceso y el atractivo entre los productos de vapeo menos dañinos por precaución al dejar productos combustibles letales en el mercado no protege la salud pública. Amenaza con descarrilar una tendencia que podría acelerar el desaparición de cigarrillos, que están a punto de costar un billón de vidas este siglo", añade.
El documento se produce después de la aparición este año de lesiones pulmonares y muertes relacionadas con el vapeo en todos los Estados Unidos. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades han reportado 2.291 casos de lesiones pulmonares graves y 48 muertes hasta la semana pasada.
Las autoridades identificaron el acetato de vitamina E, un aditivo de productos de THC, como un "producto químico preocupante" y dijeron que muchos de los productos parecen haber sido adquiridos a través de canales alternativos y no de establecimientos minoristas que venden productos directamente de fabricantes conocidos. El THC, o tetrahidrocannabinol, es el principal componente psicoactivo de la marihuana.
Muchos formuladores de políticas y organizaciones, incluida la Asociación Médica Estadounidense, han pedido una prohibición general de vapeo, y algunos municipios y estados han decidido prohibir todos los productos de vapeo o aquellos con sabores que no sean aromatizantes de tabaco, incluido el mentol.
Fairchild señala que las discusiones y debates sobre políticas de vapeo deberían incluir un examen de la crisis inmediata en el contexto de toda la evidencia científica sobre los riesgos y beneficios.
"Hay que hacer distinciones importantes entre la nicotina y los productos de THC, entre los productos fabricados por compañías reconocidas y los que se venden en el mercado negro, y entre los riesgos y beneficios potenciales para los adolescentes y los adultos", añade.
Al hacer comparaciones con la reticencia inicial a ofrecer programas de intercambio de agujas que promuevan la seguridad al prevenir infecciones potencialmente mortales para las personas que no están listas para dejar la heroína, los autores escriben que la evidencia sobre la reducción del daño debería superar las respuestas emocionales.
"Debemos tener cuidado de estar al tanto de las consecuencias involuntarias de las medidas extremas y las lecciones importantes que la reducción de daños nos ha proporcionado en áreas como el uso de heroína, la prevención del VIH y el control del alcohol", apunta la coautora Cheryl G. Healton, decana de Colegio de Salud Pública Global de la Universidad de Nueva York.
Los autores se remiten a investigaciones que demuestran que no solo el vaporizador, sino también los productos con sabor, pueden ayudar a los fumadores adultos a dejar de fumar y proporcionar una opción más efectiva y atractiva que la terapia de reemplazo de nicotina.
Por ello, instan a que se hagan esfuerzos continuos para comprender mejor los riesgos y beneficios del vapeo y exigen medidas regulatorias que logren un equilibrio entre "poner a disposición de los fumadores productos de vapeo de nicotina regulados mientras adoptan medidas contundentes para limitar los riesgos y el uso de los jóvenes tanto como sea posible".
Entre sus sugerencias para combatir el uso de los jóvenes recomiendan implementar y aplicar de leyes que restringen las compras a los mayores de 21 años y prohibiciones contra la comercialización predatoria para niños y adolescentes.
Además, solicitan a la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FAD) que implemente un sistema de control de productos y un sistema de vigilancia para detectar daños imprevistos de manera temprana.
Las prohibiciones regulatorias contra el mentol deberían comenzar con los cigarrillos y pequeños cigarros económicos, no con productos de vapeo con nicotina, argumentan. "A pesar de dos informes derivados de la FDA que recomendaron la prohibición del mentol en los cigarrillos, ha habido una parálisis política a pesar de la evidencia aplastante", escriben, citando estadísticas que muestran que más de la mitad de los jóvenes y más del 90 por ciento de los afroamericanos comienzan a fumar con mentol.
Fairchild y sus coautores aseguran que toman en serio las enfermedades y muertes debidas al vapeo, pero enfatizan que cada día más de 2.500 adolescentes estadounidenses comienzan a fumar y alrededor de 1.300 adultos mueren debido a los cigarrillos. Argumentan que eliminar el vaporizador, incluidos los productos con sabor, como una herramienta para dejar de fumar y reducir el daño ahora equivaldrá a una perjuicio a la salud pública del país.
"Es crucial identificar la fuente de lesiones pulmonares graves y controlar y regular de cerca la industria del vapeo, incluida la forma en que comercializa sus productos a los jóvenes --precisa el coautor James Curran, decano de la Escuela de Salud Pública Rollins de la Universidad de Emory--. Pero la evidencia hasta ahora respalda continuar permitiendo el vapeo de nicotina como una alternativa de reducción de daños del tabaquismo, que sigue siendo la mayor causa prevenible de muerte y discapacidad en nuestro país".