MADRID, 25 Nov. (EUROPA PRESS) -
El estrés, en especial aquel que es debido a un trauma emocional, puede causar pérdida de la memoria. En casos raros, extremos, se puede producir una condición llamada amnesia psicógena que puede llevar a alguien a pasear por perdido, incapaz de recordar su nombre o fecha de nacimiento u otra información básica.
Aprender haciendo pruebas de práctica, una estrategia conocida como práctica de recuperación, puede proteger la memoria contra los efectos negativos del estrés, según informan científicos de la Universidad de Tufts, en Somerville/Medford, Massachusetts, Estados Unidos, en un nuevo estudio publicado este viernes en la revista 'Science'.
En experimentos en los que participaron 120 estudiantes, los individuos que aprendieron una serie de palabras e imágenes mediante la práctica de recuperación no mostraron deterioro en la memoria después de experimentar estrés agudo. Los participantes que utilizaron la práctica de estudiar mediante el método convencional de leer varias veces el material para memorizarlo, recordaron menos artículos en general, particularmente después del estrés.
"Por lo general, las personas bajo estrés son menos efectivas en la recuperación de la información de la memoria. Ahora demostramos, por primera vez, que la estrategia de aprendizaje correcta, en este caso la práctica de recuperación o la realización de pruebas de práctica, lleva a la recuperación de recuerdos más fuerte que nunca incluso bajo altos niveles de estrés, de forma que los sujetos son todavía capaces de acceder a sus recuerdos", destaca la investigadora principal del estudio, Ayanna Thomas, profesora asociada y directora del Programa de Posgrado en Psicología en Tufts.
"No es necesariamente una cuestión de cuánto o cuánto tiempo estudia alguien, sino cómo estudia", añade Amy Smith, alumna de posgrado en Psicología en Tufts y también autora del estudio.
El equipo de investigación pidió a los participantes que aprendieran un conjunto de 30 palabras y 30 imágenes a través de un programa de ordenador, que exhibió un artículo cada vez durante algunos segundos cada uno. Para simular la toma de notas, a los participantes se les dieron diez segundos para escribir una oración usando el elemento inmediatamente después de verlo.
Entonces, un grupo de participantes estudió usando la práctica de recuperación y realizó pruebas de práctica cronometradas en las cuales recordó libremente tantos artículos como pudo, mientras el otro grupo empleó la práctica del estudio. Para estos participantes, se volvió a mostrar los elementos en la pantalla del ordenador, uno a por uno, durante unos segundos cada uno y tuvieron múltiples periodos de tiempo para estudiar.
UN APRENDIZAJE EN EL QUE SE FUERZA A RECUPERAR LA INFORMACIÓN
Después de un descanso de 24 horas, la mitad de cada grupo se colocó en un escenario de inducción al estrés, en el que se les requirió que dieran un discurso inesperado, improvisado y resolvieran problemas de matemáticas frente a dos jueces, tres compañeros y una cámara de vídeo. Los participantes realizaron dos pruebas de memoria, en las que recordaron las palabras o imágenes que estudiaron el día anterior, que se llevaron a cabo durante el escenario de estrés y 20 minutos después para medir la memoria en respuesta al estrés inmediato y posteriormente.
Los participantes restantes del estudio hicieron sus pruebas de memoria durante y después de una tarea no estresante en tiempo real. Las personas estresadas que aprendieron a través de la práctica de recuperación recordaron un promedio de alrededor de 11 artículos de cada conjunto de 30 palabras e imágenes, en comparación con 10 elementos para sus contrapartes no estresados. Los participantes que aprendieron a través de la práctica del estudio recordaron menos palabras en general, con un promedio de 7 ítems para individuos estresados y un promedio de un poco menos de 9 objetos para aquellos que no estaban estresados.
"A pesar de que la investigación anterior ha demostrado que la práctica de recuperación es una de las mejores estrategias de aprendizaje disponibles, todavía nos sorprendió lo eficaz que fue para las personas bajo estrés. Fue como si el estrés no tuviera ningún efecto en su memoria --subraya Smith--. Aprender realizando exámenes y verse forzado a recuperar información una y otra vez tiene un fuerte efecto en la retención de la memoria a largo plazo y parece seguir teniendo grandes beneficios en situaciones de gran riesgo y estresantes".
Mientras que un cuerpo robusto de evidencia ha demostrado previamente que el estrés deteriora la memoria, pocos estudios han examinado si esta relación puede verse afectada por estrategias de aprendizaje diferentes. Estos resultados sugieren ahora que la información aprendida de una manera eficaz, como por medio de la práctica de recuperación, puede proteger la memoria contra los efectos adversos del estrés.
Aunque el equipo de investigación utilizó un escenario inducido por el estrés comprobado experimentalmente (prueba de estrés social de Trier) y midió las respuestas ante el estrés de los participantes a través de monitores de frecuencia cardiaca y cuestionarios estandarizados autoinformados, observaron que los efectos del estrés son variables entre individuos y se necesita trabajo adicional para ampliar sus resultados.
El equipo está ahora involucrado en estudios para replicar y ampliar sus hallazgos, incluyendo si la práctica de recuperación puede beneficiar en situaciones complejas como aprender un idioma extranjero o escenarios estresantes fuera de un entorno de prueba.
"Nuestro estudio no tiene la última palabra sobre cómo la práctica de recuperación influye en la memoria bajo estrés, pero esto es aplicable a cualquier individuo que tiene que recuperar información compleja bajo altas exigencias --afirma Thomas--. Especialmente a los educadores, cuyos exámenes pueden poner una gran presión sobre los estudiantes, realmente animo a emplear pruebas más frecuentes y de bajo riesgo en el contexto de su instrucción".