MADRID, 16 Sep. (EUROPA PRESS) -
Una prueba ocular común podría expulsar gotas de lágrimas hasta un metro de distancia del paciente, lo que podría propagar los virus que causan el COVID-19 y otros patógenos, según una nueva investigación publicada en la revista 'Physics of Fluids'.
Científicos del Instituto Indio de Ciencias y de la Fundación Narayana Nethralaya explican cómo las lágrimas expulsadas del ojo durante un procedimiento que comprueba el glaucoma pueden, en teoría, transmitir la enfermedad.
Los oftalmólogos utilizan un tonómetro para medir la presión del ojo. Una lectura de alta presión puede indicar un riesgo de desarrollar glaucoma. El instrumento emite un soplo de aire que golpea la superficie del ojo.
Los investigadores modelaron la respuesta del ojo a este soplo y tomaron imágenes de alta velocidad de los ojos sometidos al procedimiento. En concreto, observaron el líquido del ojo y su respuesta.
Cuando el ojo era golpeado con el soplo de aire, la película de lágrimas en la superficie se expandía en una hoja que se derramaba sobre los párpados. La córnea también se desvió del aire entrante.
"La córnea es como una superficie elástica. Por eso, cuando se deforma y recupera su forma, da al ojo un impulso adicional --explica el autor Saptarshi Basu--. Es una onda capilar fusionada con esta desviación de la córnea, que da lugar a una onda consolidada, y eso es lo que hace que el líquido lagrimal se expanda y salga".
Las ondas que se mueven dentro del ojo y el líquido lagrimal acaban por volverse inestables, y las lágrimas se rompen en gotas. El equipo hizo un seguimiento de la velocidad de esas gotitas al salir del ojo y predijo que podían viajar hasta un metro de distancia del paciente. La distancia depende del flujo de aire dentro de la habitación.
Los ojos con más lágrimas crearon más gotas que los ojos secos. Los científicos recomiendan no utilizar gotas para los ojos antes de la prueba de glaucoma a menos que sea médicamente necesario.
"No se limita al SARS-CoV-2. Puede extrapolarse también a otros tipos de patógenos --apunta Basu--. Lo que se piensa que es un procedimiento muy seguro y sin contacto, aún así, hay que tener un poco de cuidado".
Este trabajo puede ayudar a los profesionales de la salud ocular a desarrollar y seguir protocolos de salud y seguridad, como la mejora de la ventilación de la sala y la limpieza de los instrumentos y las superficies cercanas, que quizá no se consideraban necesarios en el pasado.