MADRID, 24 Oct. (EDIZIONES) -
La psoriasis es una enfermedad crónica inflamatoria que afecta a la piel en forma de brotes, con exacerbaciones y remisiones, y puede asociarse a alteraciones articulares (artropatía psoriásica). No es contagiosa.
Según explica la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), es una enfermedad debida a varias causas, que pueden ser de carácter genético -en un 40% de los casos--, inmunológico, medioambiental y psicológico. "Estos factores alteran el funcionamiento de las células epidérmicas, en especial de los queratinocitos y los fibroblastos", cuenta la sociedad científica.
Entre sus principales manifestaciones o síntomas, la doctora Elisa Pinto, del servicio de Dermatología del Hospital Universitario San Rafael de Madrid, remarca en una entrevista con Infosalus que el patrón más frecuente son placas eritemato-descamativas, es decir, unas lesiones cutáneas de tamaño variable y como enrojecidas y con unas escamas blanquecinas, y que afectan con frecuencia a los codos y a las rodillas, si bien indica que pueden localizarse en otras áreas como el cuero cabelludo.
LA CLÍNICA SÍ EMPEORA CON EL FRÍO
Afecta un 2 por ciento de la población, según prosigue esta especialista, y con igual invidencia en ambos sexos, aunque con preferencia en la segunda y en la tercera década de vida, tal y como puntualiza.
Ahora bien, con el frío, el invierno y la sequedad típica de estos meses fruto de las calefacciones, esta dermatóloga subraya que la clínica empeora: "La enfermedad empeora en invierno y mejora con el verano. Mejora con la radiación ultravioleta y con los baños de mar y en los climas húmedos".
Además, sostiene que en invierno lo más importante sería compensar la sequedad típica de las calefacciones de la época con cremas muy emolientes utilizadas varias veces al día. Eso sí, recuerda que lo que más le perjudica o empeora son las infecciones, el estrés y cualquier situación que altere el equilibrio de nuestro cuerpo; no solo el frío.
RECOMENDACIONES GENERALES PARA LA PSORIASIS
Desde la AEDV añaden que el tratamiento debe ser individualizado en todos los casos, y todo depende de la extensión y de la localización de las lesiones, así como de la forma clínica de presentación y de las circunstancias del paciente.
Desde Acción Psoriasis aportan los siguientes consejos para afrontar esta enfermedad en las épocas de frío:
1.- Una higiene adecuada, si puede ser con jabones poco desengrasantes mejor, para evitar que la piel sufra infecciones que podrían favorecer la aparición de nuevas lesiones o que se desencadenase un nuevo brote.
2.- Hidratación diaria de toda la superficie cutánea haciendo hincapié en las placas.
3.- No utilizar colonias ni perfumes sobre nuestra piel ya que pueden dañarla.
4.- A la hora de vestirse no hay que olvidar que ciertas prendas de lana o fibras artificiales, o el abrigo excesivo, pueden aumentar el prurito de la piel psoriásica; usar, si se puede, ropa de fibra natural: hilo, algodón, entre otras.
5.- El aumento de peso desequilibra nuestra enfermedad, y en invierno se tiende a realizar comidas con mayor número de calorías.
6.- Intentar llevar un calzado cómodo, sobre todo en pacientes con psoriasis plantar, para evitar la aparición de fisuras y de grietas.
7.- Se puede seguir con la exposición solar si es posible y si no en algún centro reconocido de UVA, en personas que mejoren con el sol; pero siempre bajo control facultativo.
8.- Consultar siempre con nuestro dermatólogo.
9.- Cuidar y tratar las infecciones tipo otitis, amigdalitis, o gripes, entre otras patologías, porque la presencia de bacterias puede desencadenar un brote de psoriasis.