MADRID, 23 Sep. (EUROPA PRESS) -
Desde principios de 2020, la pandemia de COVID-19 ha afectado a todo el mundo, ya sea por contagio directo o por sus consecuencias sociales y económicas. Además de los conocidos signos respiratorios graves y el riesgo de complicaciones a largo plazo, los investigadores y los funcionarios de salud pública también han informado de complicaciones neurológicas centrales y periféricas.
El síndrome de Guillain-Barré es un trastorno autoinmune en el que el sistema inmunitario de una persona ataca los nervios, causando debilidad muscular y, en ocasiones, parálisis. Puede durar semanas o varios años y es una enfermedad relativamente rara, pero puede ser grave.
Se desencadena por una infección bacteriana o vírica aguda. Desde el comienzo de la pandemia, los médicos han informado de más de 90 diagnósticos de Guillain-Barré tras una posible infección por COVID-19. Sin embargo, no está claro si COVID-19 es otro posible desencadenante infeccioso o si los casos notificados son coincidentes.
Utilizando una colección internacional de pacientes con síndrome de Guillain-Barré conocida como Estudio Internacional de Resultados del SGB (o IGOS), investigadores del Centro Médico de la Universidad Erasmus (Erasmus MC), en Países Bajos, estudiaron a los pacientes desde el 30 de enero hasta el 30 de mayo de 2020. Durante este periodo se añadieron al estudio unos 49 pacientes con síndrome de Guillain-Barré procedentes de China, Dinamarca, Francia, Grecia, Italia, Países Bajos, España, Suiza y Reino Unido.
En este estudio de cohorte, el 22% de los pacientes con síndrome de Guillain-Barré incluidos durante los primeros 4 meses de la pandemia tenían una infección previa por COVID-19. Todos estos pacientes tenían más de 50 años de edad y con frecuencia (65%) presentaban parálisis facial (64%) y una forma desmielinizante del SGB.
En el momento del ingreso hospitalario, el 73% de los pacientes de Guillain-Barré con una infección por COVID-19 presentaban un aumento de los marcadores inflamatorios. Todos estos pacientes cumplían los criterios de diagnóstico tanto del síndrome de Guillain-Barré como del COVID-19.
Estos datos vienen a confirmar que una infección por COVID-19 puede provocar el síndrome de Guillain-Barré, según publican sus autores en la revista 'Brain'. Sin embargo, los investigadores destacan que no encontraron más pacientes diagnosticados con el síndrome de Guillain-Barré durante los primeros cuatro meses de la pandemia en comparación con los años anteriores. Esto sugiere que, si bien no es probable que exista una fuerte asociación entre una infección por COVID-19 y el síndrome de Guillain-Barré, una infección por COVID-19 puede llevar en ocasiones a los pacientes a desarrollar el síndrome de Guillain-Barré.
"Nuestro estudio muestra que la COVID-19 puede preceder al síndrome de Guillain-Barré en casos raros explica Bart C. Jacobs, del Departamento de Neurología e Inmunología de Erasmus MC y uno de los autores del trabajo, pero todavía hay que establecer la existencia de una verdadera asociación o relación causal".