MADRID, 27 May. (EDIZIONES) -
El ser humano, a diferencia de cualquier otro ser vivo, tiene la posibilidad de ser libre, de tomar decisiones que le hacen mejor o peor, pero que de alguna manera configuran su vida. No obstante, tener esa posibilidad es algo a lo que se niegan algunas personas, mermando en consecuencia su salud mental.
"Hay personas a las que les cuesta mucho ejercer esa libertad que, de alguna manera, entran en dependencias emocionales o tienen miedo a ello. Pero evidentemente, el que sí elige la aventura de querer ser libre va a tener una vida más plena, más alegre, más madura", subraya en una entrevista con Infosalus el psiquiatra en el Hospital Clínico San Cecilio de Granada, miembro del comité ejecutivo de la sociedad española de Psiquiatría y Salud mental (SEPSM), el doctor Luis Gutiérrez Rojas.
Así, destaca que, de alguna manera, se puede hablar de las 'patologías de la libertad' y señala que algunas de las enfermedades mentales te niegan esa posibilidad, de poder ser más libres, como los trastornos de la personalidad, o de la impulsividad, por ejemplo.
"Hay personas que no tienen capacidad, ya sea mentalmente, o por que han tomado una serie de decisiones equivocadas a la hora de ejercer esa libertad. El concepto de libertad no es hacer lo que nos da la gana siempre, lo que nos gusta o nos place. Si hacemos esto todo el rato cada vez seremos menos libres. La libertad tiene más que ver con elegir el bien, lo correcto, lo que nos hace mejor persona", detalla.
Dice que con este concepto uno va a ganar cada vez más en libertad y si renunciamos a ello, porque tenemos una patología o una adicción que así nos lo impide, por ejemplo, la persona se verá más encerrada y con más dificultades a la hora de disfrutar de esa libertad.
Precisamente, el doctor Luis Gutiérrez Rojas acaba de publicar 'Vivir más libre. Vive una vida feliz' (Vergara), un manual en el que precisamente trata estos asuntos, la forma en la que la libertad puede modular o no nuestra salud mental, y cómo le afecta y nos configura como personas.
¿EL HOMBRE LIBRE NO ESTÁ TRISTE, NI ES ADICTO, NI ES VIOLENTO?
Por otro lado, apunta que difícilmente será libre una persona que presenta una tristeza patológica, donde ve todo negativo, o que es violenta o adicta, por ejemplo: "Si yo de alguna manera tengo que ejercer mi libertad con violencia, intolerancia, o agresividad hacia los demás esto me hará difícilmente más libre; igual que la adicción, que hace imposible o dificulta mucho el dominarte a ti mismo, el autocontrol de los impulsos. Luego, de alguna manera, la persona libre vence a todo esto, a la tristeza, a la adicción o a la violencia".
Sobre si es cierto que la libertad previene la ansiedad, este miembro de la SESPM reconoce que precisamente los más ansiosos, más ansiógenas, renuncian a su libertad: "Hablamos de las personas evitativas y dependientes que precisamente ponen su libertad en manos de otros. Están diseñadas más para obedecer que para tomar decisiones. Aquí vemos cómo matrimonios, empresas, realidades humanas donde hay personas que preguntan qué es lo que tienen que hacer".
Es más, resalta que hay personas que van al psiquiatra o al psicólogo para que estos les den consejos acerca de su vida, cuando lo que tiene que hacer la persona es enfrentarse al miedo o a esa ansiedad a la hora de tomar sus propias decisiones: "Cuando uno se acostumbra a tomar sus propias decisiones y no tiene miedo de equivocarse es capaz de ser libre sin ansiedad. Pero para eso debe vencer ese miedo inicial, no poner las decisiones en manos ajenas y luchar también por ser cada día más libre".
LA LIBERTAD Sí CONFIGURA NUESTRA FORMA DE SER
Aquí recuerda que la libertad configura nuestra forma de ser, el cómo somos, a pesar de que normalmente hablamos de que uno está configurado por sus genes, su cultura, su clase social o económica, así como por su educación.
"Todo esto es importante pero lo que configura nuestra personalidad, más que estos condicionantes que nos ha tocado vivir, son las decisiones. Estamos todo el día tomando decisiones, micro-decisiones, que configuran claramente nuestra forma de ser y uno acaba siendo lo que elige", remarca Gutiérrez Rojas.
Entonces, ¿hay que poner límites a la libertad desde el prisma de la salud mental? Subraya en este sentido que cualquier acción humana repercute en las acciones de los demás, estamos relacionados los unos con los otros. "Luego, ¿hay que poner límites?, sí, a quienes hacen un mal uso de libertad, como quien comete un acto delictivo. El mayor castigo de la sociedad moderna es privarle de su libertad a alguien, la cárcel", agrega.
La idea de fondo del libro, según prosigue, es analizar qué cosas te hacen menos libre, cuáles te gustaría cambiar. "Muchas veces nos centramos en cosas que no dependen de nosotros. Esto es bastante absurdo porque ponemos nuestra vida en manos de otros que harán lo que quieran. Piensa en ti mismo y qué acciones, conductas, defectos, o cosas de ti mismo que no te gustan y te hacen menos libre, porque te coartan, te hacen elegir lo malo, te dificultan crecer. Entonces piensa y empieza con micro-decisiones, da pequeños pasos porque esto te hará crecer más de lo que cree. El libro está pensando para que la persona sea consciente de dónde pierde libertad y cómo puede ser cada día más libre", concluye.