MADRID, 22 Abr. (EUROPA PRESS) -
La crianza afectuosa materna durante la infancia puede tener un impacto duradero en rasgos importantes de la personalidad, influyendo potencialmente en resultados vitales como el rendimiento académico, el éxito económico, la salud y el bienestar, según un trabajo de la Universidad de Edimbugo (Reino Unido).
Los hallazgos, publicados en 'American Psychologist' sugieren que una crianza materna positiva podría fomentar rasgos importantes como la apertura, la responsabilidad y la amabilidad.
"Los rasgos de personalidad son fuertes predictores de importantes resultados en la vida, desde el éxito académico y profesional hasta la salud y el bienestar", confirma la doctora Jasmin Wertz, autora principal del estudio y profesora de psicología en la Universidad de Edimburgo.
"Nuestros hallazgos sugieren que fomentar entornos parentales positivos en la primera infancia podría tener un impacto pequeño, pero significativo y duradero, en el desarrollo de estos rasgos cruciales de la personalidad", añade.
Wertz y su equipo examinaron cómo el afecto materno durante la infancia, específicamente entre los 5 y los 10 años, predijo los cinco grandes rasgos de personalidad a los 18 años. Los psicólogos de la personalidad consideran que los cinco grandes rasgos de personalidad son las cinco dimensiones básicas de la personalidad humana: extroversión, amabilidad, apertura, responsabilidad y neuroticismo o estabilidad emocional.
Los investigadores examinaron datos de 2.232 gemelos idénticos británicos (51% mujeres) a quienes se les hizo seguimiento desde su nacimiento hasta los 18 años como parte del Estudio Longitudinal de Gemelos sobre Riesgo Ambiental. Estudiar gemelos idénticos permite a los investigadores controlar los factores genéticos y ambientales al compararlos con gemelos idénticos criados en la misma familia.
Durante el estudio, los investigadores realizaron visitas domiciliarias a las madres de los gemelos y las grabaron hablando de cada uno de sus hijos. Observadores capacitados evaluaron las respuestas de las madres en cuanto a calidez y afecto.
Los gemelos cuyas madres expresaron más calidez hacia ellos durante la infancia fueron evaluados como más abiertos, conscientes y agradables cuando eran adultos jóvenes. Los resultados ofrecen evidencia de que una crianza positiva y afectuosa puede influir en rasgos clave de la personalidad vinculados al éxito en etapas posteriores de la vida, y estas influencias podrían tener un impacto intergeneracional, destaca Wertz.
Los investigadores señalan que incluso cambios modestos en la personalidad podrían generar beneficios significativos para toda la población con el tiempo, en particular al promover la responsabilidad, que está fuertemente asociada con el éxito en la educación, el trabajo y la salud.
Los investigadores no encontraron asociaciones duraderas entre el afecto materno y la extroversión o el neuroticismo. Estos hallazgos sugieren que otros factores ambientales o genéticos, como las relaciones con los compañeros, las experiencias vitales y quizás intervenciones posteriores, podrían influir más en estos aspectos en la edad adulta.
Los hallazgos también subrayan la importancia de considerar tanto los factores genéticos como los ambientales al diseñar programas destinados a promover rasgos de personalidad positivos, según Wertz. "Esta investigación proporciona evidencia valiosa del potencial de los programas de crianza para influir en aspectos cruciales del desarrollo de la personalidad", insiste la experta. "Sin embargo, también destaca la necesidad de una comprensión más matizada de cómo diferentes factores, como la genética, la crianza y las experiencias vitales, interactúan para moldear nuestra identidad".
LA RESPONSABILIDAD SOCIAL PUEDE PREDECIR EL ÉXITO ACADÉMICO Y LABORAL
Wertz cree que la investigación aporta importantes consideraciones prácticas para los responsables políticos y profesionales que trabajan en los ámbitos de la educación, el bienestar familiar y la salud mental. Dado que la responsabilidad social puede predecir el éxito académico y laboral, las intervenciones diseñadas para fomentar la crianza afectiva podrían contribuir a mejorar los resultados educativos, la salud mental y el bienestar social a mayor escala.
"Hay muchas maneras comprobadas de apoyar a los padres, como políticas que mejoran la situación financiera de la familia; acceso a tratamiento para padres que luchan con problemas de salud mental como la depresión; y programas de crianza que ayudan a los padres a construir relaciones más sólidas con sus hijos", plantea.
La investigación también arroja luz sobre la posibilidad de desarrollar modelos de formación parental para abordar las desigualdades en el desarrollo de la personalidad. "Al enfocarnos en prácticas de crianza que promuevan rasgos positivos en la infancia, es posible reducir las disparidades en los resultados de vida asociadas con el entorno socioeconómico, la dinámica familiar y otros factores ambientales", sentencia Wertz.