MADRID, 6 Mar. (EDIZIONES) -
El cristalino, la lente natural que hay dentro del ojo, cuando envejece puede dar lugar a cataratas. Por este proceso el cristalino se va endureciendo (aparece la presbicia o vista cansada y no vemos bien de cerca) y se opacifica, pierde su transparencia, dificultando por tanto la visión del paciente.
Así lo explica en una entrevista con Infosalus el director médico de la Clínica oftalmológica Rementería de Madrid, el doctor Laureano Álvarez-Rementería. En este sentido, la Sociedad Española de Oftalmología recuerda aquí que su tamaño es similar al de una lenteja y su función principal es ayudar al ojo a enfocar imágenes con nitidez. "A medida que se desarrolla la catarata, el cristalino pierde transparencia y flexibilidad y se reduce hasta desaparecer su capacidad de enfoque en visión cercana", apostilla.
Eso sí, el oftalmólogo de Clínica Rementería subraya que no solo pueden formarse cataratas por el envejecimiento, aunque son la mayoría, sino que también pueden darse casos por alteraciones genéticas, pueden aparecer en bebés desde el nacimiento (cataratas congénitas), tras una electrocución, o por ejemplo por la toma de medicamento, según detalla, aunque reconoce que habría muchos tipos de cataratas.
De hecho, incide en que no es que haya personas que tengan una mayor tendencia a padecerlas, sino que todos vamos a padecerlas porque forman parte de un proceso fisiológico natural de nuestro cuerpo, son parte de nuestro envejecimiento, aunque solo algunas requerirán de tratamiento al dificultar más la visión del paciente.
La Academia Americana de Oftalmología precisa en este punto que el color de los ojos puede afectar al riesgo de desarrollar cataratas, y los estudios demuestran que las personas con ojos de color café oscuro tienen un mayor riesgo de desarrollarlas, que las personas con ojos de color más claro. "La luz UV contribuye al desarrollo de cataratas sin importar el color de sus ojos. Todos deben protegerse los ojos de los rayos solares con gafas de sol que bloqueen 100% los rayos UV y con un sombrero de ala ancha", incide la institución.
Suelen aparecer en torno a los 60 años por regla general, según puntualiza Álvarez-Rementería, aunque hay casos precoces en torno a los 40, y generalmente en los países subdesarrollados, tras situaciones de malnutrición y sobreexposición solar.
En realidad, según prosigue el experto, su edad de aparición es variable, pero generalmente el cristalino empieza a no funcionar correctamente cuando tenemos síntomas de presbicia, es decir, a partir de los 45 años, que es cuando solemos necesitar gafas de cerca. "Desde entonces se empieza a endurecer el cristalino, pero no suele ser necesaria la intervención quirúrgica hasta los 60-65, que es donde realmente se empiezan a notar, es más difícil la visión, y habría que valorar su intervención", subraya.
SÍNTOMAS DE LAS CATARATAS
Sobre los síntomas de las cataratas, desde la Sociedad Española de Oftalmología recuerdan que suelen producir una pérdida de visión progresiva e indolora: "Es habitual la sensación de visión borrosa, turbidez a modo de nebulosa, intolerancia a luz intensa (fotofobia) con posibles halos alrededor de focos de luz (faros de coches, farolas). También puede producir percepción alterada de los colores, como si hubieran perdido su intensidad".
Álvarez-Rementería, por otro lado, destaca que no se pueden prevenir las cataratas puesto que, como hemos mencionado, son consecuencia de un proceso natural de envejecimiento de nuestro organismo. Eso sí, desde la Sociedad Española de Oftalmología apuntan a una serie de factores de riesgo que aumentarían el riesgo de desarrollarlas, y que parte ya hemos mencionado:
.Algunas enfermedades generales, como la diabetes, otras enfermedades metabólicas o la distrofia miotónica.
.Exposición prolongada a radiación ultravioleta
.Tabaco
.Obesidad
.Hipertensión arterial
.Enfermedades oculares, como la uveítis (inflamación intraocular)
.Cirugías previas oculares
.Traumatismos oculares
.Uso prolongado de algunos fármacos (sobre todo corticoides, especialmente orales e inhalados)
.Tratamiento con radioterapia
¿SE REPRODUCEN UNA VEZ QUE HAN SIDO ELIMINADAS?
En este punto, el doctor Álvarez-Rementería llama la atención sobre uno de los mitos más extendidos sobre las cataratas, la creencia de que éstas se reproducen una vez que han sido intervenidas por el oftalmólogo: "Es imposible que se reproduzcan porque con la cirugía de cataratas lo que hacemos es quitar ese cristalino rígido y opaco, y se coloca una lente artificial transparente".
Ahora bien, reconoce que muchos pacientes dicen ver mal una vez operados. "Se escucha que esta lente artificial que hemos colocado en lugar de la catarata se ensucia pero no es verdad. Lo que sucede es que al quitar la catarata se quita el cristalino y hay una membrana que se deja dentro del ojo, que es donde se coloca la lente. Sí es cierto que pueden crecer células en esta membrana y opacificarla un poco; de ahí que el paciente vea mal", aclara.
No obstante, asegura que esto se soluciona en consulta con un láser, un procedimiento indoloro gracias al que el paciente hace vida normal tras la intervención. "Quizá por esto la gente cree que se reproduce la catarata", matiza Álvarez-Rementería.
Estas lentes tienen una potencia media de 20 dioptrías, según apunta el especialista de Clínica Rementería, y además una de las ventajas que ofrece la cirugía de cataratas hoy es que permite corregir otros errores de refracción de la vista como la miopía, por lo que valora que hay muchos pacientes que después de la intervención quirúrgica y la colocación de una lente artificial no tienen por qué llevar más gafas.
La Academia Americana de Oftalmología recuerda en este punto que, en ciertos casos, los oftalmólogos pueden recomendar la cirugía de cataratas para ambos ojos, incluso si la visión sigue siendo buena en uno de ellos, puesto que según defiende, "reemplazar el cristalino en ambos ojos ayuda a equilibrar la visión, una forma clave de reducir el riesgo de caída para algunas personas, mientras que para otros, sustituir el cristalino del segundo ojo puede disminuir el riesgo de desarrollar una forma grave de glaucoma".
Como curiosidad, esta institución científica recuerda que las cataratas dificultaron el trabajo del famoso artista Claude Monet, un famoso pintor francés (1840-1926) del Impresionismo, que retrata los efectos cambiantes del color y la luz a lo largo del tiempo. "Monet fue diagnosticado con cataratas, éstas empeoraron progresivamente entre el año 1912 y el año 1922. Tener cataratas relacionadas con la edad, significaba que Monet ya no podía ver los colores con la misma intensidad. Los blancos, verdes y azules de sus pinturas anteriores (imagen de arriba) fueron reemplazados gradualmente por pinceladas más grandes de colores más amarillos, marrones y morados (imagen a continuación)", apunta.