MADRID, 16 Abr. (EUROPA PRESS) -
Todo el mundo conoce al menos a una persona que es irritante, exasperante y, en general, desagradable. Una nueva investigación de la Universidad de Georgia (Estados Unidos) ha elaborado el perfil medio de ese tipo de personalidad: un hombre de mediana edad poco interesado en cambiar su comportamiento.
Publicado en la revista científica 'Collabra: Psychology', el estudio pidió a casi 400 participantes que pensaran en la persona que más odiaban de su vida para evaluar sus rasgos. Los investigadores descubrieron que la mayoría de los destinatarios de este 'galardón' eran vistos como manipuladores y agresivos.
Estas características, junto con otros temas comunes como la manipulación y la irresponsabilidad, no sólo caracterizan a este tipo de individuos. Son algunos de los mismos rasgos que se destacan en los perfiles de los expertos en trastornos de personalidad psicopáticos, antisociales y narcisistas. Sin embargo, los investigadores puntualizan que estas similitudes no significan necesariamente que esa personas tan odiosas tengan un trastorno de la personalidad.
"La gente no tuvo muchos problemas para averiguar quién era la persona que peor le caía de su vida. Aproximadamente la mitad eran ex parejas sentimentales de los participantes, antiguos jefes o familiares separados. De media, los participantes no pensaban que estuvieran muy unidos a estos individuos, lo que tiene sentido porque se describe a estas personas con comportamientos bastante aversivos", explica Brinkley Sharpe, autor principal del estudio.
Pero aproximadamente uno de cada tres de estas personas actualmente formaban parte de la vida de los participantes, incluyendo compañeros de trabajo, amigos e incluso parejas románticas actuales.
Después de identificar a la persona que menos soportan en sus vidas, se pidió a los participantes que describieran lo cerca que estaban de esa persona, el tipo de relación que tenían con ella y hasta qué punto el término se ajustaba a esa persona. A continuación, se pidió a los encuestados que describieran los tres principales comportamientos que convertían a esa persona en una "estúpida".
Para cada uno de esos comportamientos, los participantes tuvieron que contestar a esta serie de preguntas: "¿Crees que esa persona sabe que su comportamiento molesta a la gente? ¿Crees que a esa persona le importa que su comportamiento moleste a la gente? ¿Y crees que esa persona podría cambiar su comportamiento si realmente lo quisiera?"
La mayoría de los participantes creían que estas personas eran conscientes de que su comportamiento molestaba a la gente, pero no les importaba lo suficiente como para cambiar.
"Me parece interesante que los comportamientos en los que se centraba la gente eran de todo tipo. Cuando hablamos de personalidad, esa persona odiosa fue descrita como alguien que no es agradable y está enfadada. Cuando hablamos de comportamientos, no es necesariamente antagónico con la gente, sino que simplemente no se preocupa por lo que piensan los demás o por cómo les perciben", detalla Sharpe.
Estas personas parecían tener dificultades para regular su ira, eran irresponsables y tenían opiniones intolerantes. Las respuestas iban desde quejas aparentemente triviales, como que guardaba mal los adornos de la casa, hasta otras más graves. "Algunas de las respuestas eran bastante violentas. Tuvimos un par de ellas en las que el individuo había hecho algo que era francamente criminal", apunta el investigador.
Otras eran más un indicativo de los tiempos que estamos viviendo, ya que algunos participantes se quejaban de que la persona no llevaba mascarilla o que votaba al ex presidente estadounidense Donald Trump.