MADRID 27 Mar. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de Duke Health, en Estados Unidos, han descubierto en ensayos con ratones que las reacciones de anafilaxia están relacionadas con mecanismos de control de la temperatura del sistema nervioso central, según publican en línea en la revista 'Science Immunology'.
Una característica clave de la reacción alérgica grave conocida como anafilaxia es una caída brusca de la presión arterial y la temperatura corporal, que provoca desmayos y, si no se trata, hasta la muerte. Esta reacción se ha atribuido durante mucho tiempo a una dilatación y fuga repentinas de los vasos sanguíneos. Pero el nuevo estudio ha demostrado
que esta respuesta, especialmente el descenso de la temperatura corporal, requiere un mecanismo adicional: el sistema nervioso.
El estudio podría apuntar a nuevas dianas terapéuticas para prevenir o tratar el shock anafiláctico, que se produce anualmente en hasta un 5% de la población estadounidense en respuesta a alergias alimentarias o picaduras de insectos o animales venenosos.
"Este hallazgo identifica por primera vez al sistema nervioso como un actor clave en la respuesta anafiláctica", afirma el doctor Soman Abraham, autor principal y profesor de los departamentos de Patología, Inmunología, Genética Molecular y Microbiología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Duke.
"Los nervios sensoriales implicados en la regulación térmica -especialmente los nervios que perciben las altas temperaturas ambientales- envían al cerebro una señal falsa durante la anafilaxia de que el cuerpo está expuesto a altas temperaturas aunque no sea el caso --explica Abraham--. Esto provoca un rápido descenso de la temperatura corporal, así como de la presión arterial".
Abraham y sus colegas, entre ellos la primera autora, Chunjing 'Evangeline' Bao, candidata al doctorado en el laboratorio de Abraham en Duke, siguieron la secuencia de acontecimientos cuando los alérgenos activan los mastocitos, las células inmunitarias que desencadenan las reacciones químicas que provocan hinchazón, dificultad para respirar, picor, hipotensión arterial e hipotermia.
Los investigadores descubrieron que una de las sustancias químicas que desencadenan los mastocitos cuando se activan es una enzima que interactúa con las neuronas sensoriales, sobre todo las que participan en la red neuronal termorreguladora del organismo.
Cuando se estimula como parte de una reacción alérgica, esta red neuronal recibe la señal de apagar inmediatamente los generadores de calor del cuerpo en el tejido adiposo marrón, provocando hipotermia. La activación de esta red también provoca un descenso repentino de la presión arterial.
Los investigadores validaron sus hallazgos demostrando que privar a los ratones de la enzima específica de los mastocitos los protegía contra la hipotermia, mientras que activar directamente las neuronas sensoras del calor en ratones inducía reacciones anafilácticas como hipotermia e hipotensión.
"Al demostrar que el sistema nervioso es un actor clave, no sólo las células inmunitarias, ahora tenemos posibles dianas para la prevención o la terapia --explica Bao--. Este hallazgo también podría ser importante para otras afecciones, como el shock séptico, y estamos realizando esos estudios".