MADRID, 9 Abr. (EUROPA PRESS) -
El primer gran estudio que muestra que la actividad física en el tiempo libre y la actividad física laboral tienen asociaciones opuestas, e independientes, con el riesgo de enfermedad cardiovascular y la longevidad se publica este jueves en 'European Heart Journal', una revista de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC).
"En nuestro análisis ajustamos múltiples factores, lo que indica que las relaciones no se explican por el estilo de vida, las condiciones de salud o el estatus socioeconómico", explica el autor del estudio, el profesor Andreas Holtermann, del Centro Nacional de Investigación del Entorno Laboral, de Copenhague, Dinamarca.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la actividad física tanto en el tiempo de ocio como en el trabajo para mejorar la salud. Estudios anteriores han sugerido que la actividad laboral está relacionada con un mayor riesgo de enfermedad cardíaca y mortalidad, pero han sido demasiado pequeños para explicar plenamente si esto se debía al trabajo manual o a que los empleados tenían estilos de vida poco saludables o un bajo nivel socioeconómico (por ejemplo, bajo nivel de educación).
Este estudio incluyó a 104.046 mujeres y hombres de entre 20 y 100 años del Estudio de la Población General de Copenhague con mediciones de referencia en 2003-2014. Los participantes completaron cuestionarios sobre la actividad durante el ocio y el empleo y fueron clasificados como de baja, moderada, alta o muy alta actividad para cada uno.
Durante una mediana de seguimiento de 10 años, se produjeron 9.846 (9,5%) muertes por todas las causas y 7.913 (7,6%) eventos cardiovasculares adversos mayores (MACE, definidos como infarto de miocardio mortal y no mortal, accidente cerebrovascular mortal y no mortal, y otras muertes coronarias).
En comparación con la baja actividad física en el tiempo libre, tras el ajuste por edad, sexo, estilo de vida, salud y educación, la actividad moderada, alta y muy alta se asoció con una reducción del 26%, 41% y 40% del riesgo de muerte, respectivamente. Por el contrario, en comparación con la actividad laboral baja, la actividad alta y muy alta se asociaron con un 13% y un 27% de aumento del riesgo de muerte, respectivamente.
Del mismo modo, después de los ajustes, en comparación con la baja actividad de ocio, los niveles moderados, altos y muy altos de actividad de ocio se asociaron con un 14%, 23% y 15% de reducción de los riesgos de MACE, respectivamente. En comparación con la baja actividad laboral, los niveles altos y muy altos se asociaron con un 15% y un 35% de aumento del riesgo de MACE, respectivamente.
El profesor Holtermann señala que "muchas personas con trabajos manuales creen que se ponen en forma y son saludables gracias a su actividad física en el trabajo y, por tanto, pueden relajarse al llegar a casa. Por desgracia --continúa--, nuestros resultados sugieren que no es así. Y aunque estos trabajadores podrían beneficiarse de la actividad física en el tiempo libre, después de caminar 10.000 pasos mientras limpian o de estar de pie siete horas en una línea de producción, la gente tiende a sentirse cansada, lo que supone un obstáculo".
Aunque el estudio no investigó las razones de las asociaciones opuestas para la actividad física laboral y de ocio, el profesor Holtermann precisa que "un paseo enérgico de 30 minutos beneficia a la salud al aumentar la frecuencia cardíaca y mejorar la aptitud cardiorrespiratoria, mientras que la actividad laboral no suele aumentar suficientemente la frecuencia cardíaca para mejorar la aptitud".
Además, insisten en que "el trabajo que implica el levantamiento de objetos durante varias horas al día aumenta la presión arterial durante muchas horas, lo que está relacionado con el riesgo de enfermedades cardíacas, mientras que las ráfagas cortas de actividad física intensa durante el ocio sólo aumentan la presión arterial brevemente".
La recomendación del profesor Holtermann es reorganizar la actividad laboral para que imite los aspectos beneficiosos del ejercicio en el tiempo libre. Se están probando varios enfoques, como la rotación entre puestos de trabajo en una línea de producción para que los empleados hagan una "mezcla saludable" de estar sentados, de pie y de levantar objetos durante un turno.
En otro estudio, los trabajadores de las guarderías juegan con los niños, en lugar de observarlos, para que ambos eleven su ritmo cardíaco y aumenten su forma física. "Intentamos variar las tareas, dar tiempo de recuperación o aumentar el ritmo cardíaco para que haya un beneficio para la salud y la forma física", explica.