MADRID, 19 Jul. (EUROPA PRESS) -
España ha duplicado las tasas de incidencia del cáncer de piel en las últimas décadas. De hecho, en nuestro país se diagnostican alrededor de 300 pacientes con melanoma cutáneo cada mes.
Tras dos años de pandemia, esta temporada vacacional por excelencia va a estar muy marcada por la recuperación del ocio estival, las escapadas a la playa y las exposiciones solares directas propias de la época. En este contexto, la fotoprotección vuelve a ser esencial y a estar más presente que en cualquier otro periodo del año.
Tanto la radiación ultravioleta UVB como la UVA inducen daño en la piel, dando lugar a un proceso fisiopatológico que juega un papel importante en el desarrollo de cáncer de piel y en el envejecimiento prematuro. Por tanto, evitar la quemadura es crucial, ya que el riesgo de melanoma en la edad adulta se duplica si en la infancia o adolescencia se sufrieron quemaduras.
Según el director de la Fundación Piel Sana de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), Agustín Buendía, "la prevención primaria, a través de hábitos saludables ante el sol, contribuye en la reducción de la incidencia del cáncer de piel, mientras que con prevención secundaria, mediante una detección precoz, pueden reducirse las cifras de mortalidad de melanoma y de otros tipos de cáncer de piel, así como evitar casos de cáncer avanzado".
Como asegura este dermatólogo, recordarle a la población la importancia de establecer unos hábitos adecuados frente a la radiación solar para poder aprovechar sus beneficios y minimizar sus riesgos es la clave.
Para ello, los dermatólogos de la Fundación Piel Sana proponen llevar a cabo las siguientes recomendaciones para disfrutar del sol con responsabilidad:
1. Utilizar ropa de trama tupida, no elásticos, preferiblemente de algodón y color oscuro.
2. Beneficiarse de otros complementos que actúen de barrera, como pueden ser las gorras, los sombreros de ala, los pañuelos o las gafas de sol.
3. Evitar la exposición durante las horas centrales del día, es decir entre las 12 y las 16 horas con el objetivo de reducir la probabilidad de sufrir quemaduras.
4. Hacer uso de las sombras: árboles, sombrillas, toldos, etc.
5. Evitar quedarse dormido al sol.
6. Es fundamental hidratarse por dentro (bebiendo al menos 1,5 litors de agua) y por fuera (aplicando crema hidratante tras la exposición solar).
7. Aplicar un fotoprotector solar adecuado a cada tipo de piel y zona específica del cuerpo con un SPF igual o superior a 30 media hora antes de la exposición solar con la piel limpia y seca (sin olvidarse de los labios, las orejas, y el cuero cabelludo).
8. Reaplicar el protector solar en abundancia y de manera uniforme cada dos horas o después del baño.
9. Acudir al dermatólogo ante cualquier cambio percibido en la piel, se trate de una lesión nueva o antigua y con apariencia diferente a otras manchas. Además, se recomienda prestar atención a posibles cambios de forma o color, picores, escozor o dolor.