MADRID, 18 Ene. (EUROPA PRESS) -
Un nuevo estudio que ha comparado la incidencia de muertes súbitas que ocurren fuera del hospital en los vecindarios muy diversos de la ciudad de Nueva York con el porcentaje de pruebas positivas de SARS-CoV-19 encontró que el aumento de muertes súbitas durante la pandemia se correlaciona en la medida en que de infección por virus en un vecindario, según publican en la revista 'Heart Rhythm'.
"Nuestra investigación muestra la distribución regional muy diversa de la muerte súbita extrahospitalaria durante el aumento de la pandemia de COVID-19 y sigue la distribución geográfica de la seroconversión al SARS-CoV-2 en la ciudad de Nueva York", explica el investigador principal Stavros E. Mountantonakis, del Departamento de Electrofisiología Cardíaca del Northwell Health-Lenox Hill Hospital, en Estados Unidos.
Este hallazgo se suma a la asociación previamente informada entre la muerte súbita extrahospitalaria y las presuntas muertes por COVID-19 y respalda aún más una asociación entre la muerte súbita extrahospitalaria y la carga epidemiológica del SARS-COV-2", añade.
Los investigadores recopilaron los resultados de todas las pruebas de anticuerpos informadas al Departamento de Salud de la ciudad de Nueva York entre el 3 de marzo y el 20 de agosto de 2020 para todos los códigos postales de la ciudad de Nueva York, excluyendo ocho distritos comerciales. La ciudad de Nueva York requiere un informe obligatorio de todas las pruebas.
Se obtuvieron datos del 20 de marzo al 22 de abril de 2020, durante el apogeo de la pandemia, del Departamento de Bomberos de la ciudad de Nueva York sobre el número de pacientes declarados muertos en la escena por un paro cardíaco repentino, la clasificación que el Departamento usa para muerte súbita extrahospitalaria.
A modo de comparación, recopilaron datos para el mismo período en 2019. Los datos del censo se utilizaron para examinar la posible influencia de factores como la edad, la raza, el acceso al seguro médico, la educación y el estado migratorio.
Los investigadores encontraron que la muerte súbita durante la pandemia varió ampliamente entre los vecindarios y hubo una asociación positiva moderada entre la tasa de muerte súbita en un vecindario y el porcentaje de pruebas de anticuerpos positivas al SARS-CoV-2. La tasa de muerte súbita en 2019 también predijo un aumento de las muertes súbitas en un vecindario durante la primera oleada pandémica en la ciudad de Nueva York.
Los investigadores señalan que no está claro si esta asociación es causal o si existen factores que afectan la distribución geográfica de la muerte súbita y la infección por SARS-CoV-2 de manera similar.
El doctor Mountantonakis observa que "los datos epidemiológicos son un sustituto directo de la carga viral y se asocian indirectamente con personas que mueren repentinamente en el hogar. Queda por ver si esto se debe a complicaciones cardíacas relacionadas con el virus o al acceso deficiente a la atención médica en los vecindarios que sufrió más durante la primera ola de la pandemia COVID-19".
Estos hallazgos enfatizan la importancia de preservar el acceso a la atención médica, especialmente en los vecindarios que sufrieron de manera desproporcionada en la primera ola pandémica de COVID-19.
En un editorial acompañante, John R. Giudicessi, del Departamento de Medicina Cardiovascular de la Mayo Clinic, señala que independientemente del desglose final entre los efectos directos e indirectos del COVID-19 en la incidencia de muerte súbita extrahospitalaria, el vertiginoso aumento en la ciudad de Nueva York y otras áreas metropolitanas es indiscutible.
"Parece cada vez más probable que la mayoría de las áreas tengan que soportar una o más oleadas adicionales antes de que se afiancen los beneficios de los esfuerzos de vacunación --comenta--. Existe la esperanza de que mantener un acceso seguro a los servicios de salud de rutina y de emergencia, evitar estrategias de tratamiento ineficaces y mejorar la forma en que se monitorea y trata a los pacientes con COVID-19 en el entorno ambulatorio pueda ayudar a reducir la incidencia de paro cardíaco y muerte fuera del hospital".