MADRID 21 Feb. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos han descubierto que una proteína tóxica fabricada por el organismo denominada DUX4 puede ser la causa de dos trastornos genéticos raros muy diferentes, la distrofia muscular facioescapulohumeral (FSHD), y una malformación facial rara llamada arhinia.
Según publican los autores en la revista 'Science Advances', este descubrimiento puede conducir eventualmente a terapias que pueden ayudar a las personas con estas enfermedades raras.
La FSHD tipo 2 (FSHD2) es una forma hereditaria de distrofia muscular que causa debilidad muscular progresiva. La arhinia es un trastorno extremadamente raro pero grave que impide el desarrollo de la nariz externa y de los bulbos y tractos olfativos.
Ambas enfermedades están causadas por mutaciones en el gen SMCHD1. En los pacientes con FSHD2, existe una sobreproducción de DUX4 que mata las células musculares, lo que provoca el debilitamiento progresivo de los músculos.
"Se sabe desde hace tiempo que DUX4 daña el músculo en pacientes con FSHD2, pero lo que hemos descubierto es que en realidad también puede matar a los precursores de la nariz humana", explica Natalie Shaw, jefa del Grupo de Neuroendocrinología Pediátrica en el Instituto Nacional de Ciencias de la Salud Ambiental (NIEHS) y autor principal del estudio.
El equipo de Shaw descubrió que la combinación del gen SMCHD1 mutado y un modificador ambiental, como un virus, puede desencadenar la proteína tóxica DUX4. Esto puede ser lo que provoque la aparición de la arhinia.
Utilizando células madre creadas a partir de pacientes con las dos enfermedades, los investigadores realizaron estudios en células placódicas craneales, las células que conducen al desarrollo de los órganos sensoriales del cuerpo, como la nariz. Cuando las células placentarias empezaron a formarse, empezaron a producir la proteína DUX4, que causaba la muerte celular.
Los investigadores demostraron que DUX4 es responsable de la muerte celular en las células placentarias, al igual que lo es en las células musculares, pero aún no entienden por qué las células de la nariz no mueren en la distrofia muscular ni por qué las células musculares no mueren en la arhinia.
"Ahora lo que tenemos que hacer es intentar averiguar qué actores actúan aguas abajo de DUX4, para poder impedir que dañe las células musculares o las precursoras de la nariz y, con suerte, encontrar nuevas opciones de tratamiento para los pacientes que padecen estas enfermedades raras", afirma Shaw.