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MADRID, 7 Feb. (EUROPA PRESS) -
Las células T, la guardia de élite del sistema inmunológico en los seres humanos y otros mamíferos, ignoran el protocolo normal biológico y atacan en lo alto del engranaje cuando son atacadas por ciertas bacterias que se mueven rápidamente, como la Salmonella y la clamidia, informa un equipo de investigadores liderado por la Universidad de California-Davis, en Estados Unidos.
La descripción de esta vía inmune previamente definida, que se publica este jueves en la edición digital de 'Immunity', proporciona información vital para el diseño de vacunas y medicamentos para prevenir o tratar las enfermedades infecciosas mortales causadas por bacterias, como la Salmonella y la clamidia.
"Nuestro estudio muestra que sistema inmunológico del cuerpo funciona de manera muy diferente cuando se enfrenta a un patógeno de rápido crecimiento como la Salmonella o la clamidia", destaca el inmunólogo Stephen McSorley, profesor asociado en el Centro de Medicina Comparada de la Universidad de California en Davis, que investiga las enfermedades que afligen a los seres humanos y animales.
"Las reglas estrictas que normalmente gobiernan la activación de células T se relajan para que el animal huésped tenga la mejor oportunidad posible de dar la respuesta máxima y finalmente seguir con vida", afirma. Las células T, que pertenecen a un grupo de glóbulos blancos llamados linfocitos, normalmente responden a la defensiva ante la presencia de sustancias conocidas como antígenos, que son producidas por la invasión de bacterias y virus y es ampliamente conocido que las células T ponen en marcha una defensa inmune cuando reconocen antígenos específicos.
Sin embargo, en este estudio, los investigadores demostraron en ratones que ciertas células T no requieren la presencia de antígenos específicos para poner en marcha una respuesta inmune efectiva. Durante las infecciones por Salmonella y clamidia, que se mueven rápidamente, estas células T desencadenan una cascada de otras interacciones antimicrobianas para responder defensivamente a los ataques bacterianos, incluso sin la presencia de antígenos específicos.
Los científicos también mostraron que cuando esta vía de defensa se vio interrumpida durante la infección por Salmonella, los ratones tuvieron mayor dificultad para deshacerse de la enfermedad bacteriana. Los investigadores señalan que se necesitan más estudios para determinar si esta vía antimicrobiana que acaban de definir también puede proporcionar protección contra las coinfecciones por varios microbios que causan enfermedades.