MADRID 6 Mar. (EUROPA PRESS) -
Las células cancerosas tienen una aleatoriedad innata en su capacidad para responder a la quimioterapia, que es otra herramienta en su arsenal de resistir el tratamiento, muestra una nueva investigación dirigida por el Instituto Garvan de Investigación Médica, en Australia, según publican en la revista 'Science Advances'.
Entender por qué algunas células tumorales se vuelven resistentes a la quimioterapia es uno de los principales retos de la investigación oncológica, ya que la quimioterapia sigue siendo un tratamiento de primera línea para la mayoría de los cánceres.
El nuevo estudio demuestra que las células tumorales del neuroblastoma --un cáncer que se desarrolla en el sistema nervioso simpático del organismo, que actúa como un sistema de "lucha o huida"-- pueden pasar de un estado a otro, respondiendo o no a la quimioterapia.
"Demostramos que hay 'ruido' en el proceso de muerte celular, que es lo que les ocurre a las células cancerosas con el tratamiento quimioterápico, y que este ruido inherente, o aleatoriedad, en el sistema de expresión génica es un aspecto importante de la quimiorresistencia", afirma el profesor asociado David Croucher, jefe del Laboratorio de Biología de Redes de Garvan.
Alrededor del 15% de las personas con neuroblastoma no responden al tratamiento quimioterápico.
"Nuestros hallazgos sugieren que la genética no lo explica todo; hay otras capas de regulación y otros mecanismos de progresión tumoral que también pueden sustentar la respuesta a los fármacos, por lo que debemos tenerlos en cuenta", explica la doctora Sharissa Latham, coautora principal del estudio.
El equipo demostró que, una vez que las células de neuroblastoma alcanzan un estado de resistencia a la quimioterapia, ya no pueden volver atrás, lo que sugiere que existe una pequeña ventana en la que el tratamiento podría actuar sobre una célula tumoral antes de que quede bloqueada.
"Combinar la quimioterapia con fármacos dirigidos contra este ruido en el interior de los tumores podría dar mejores resultados como tratamiento de primera línea tras el diagnóstico, antes de que los tumores se bloqueen en un estado de resistencia", explica el profesor Croucher. Esto da la vuelta al protocolo habitual de los ensayos clínicos contra el cáncer, en los que un nuevo tratamiento se administra a pacientes que han agotado todas las demás opciones terapéuticas.
Los investigadores utilizaron modelos matemáticos para acotar las señales de "ruido" en las vías de muerte celular de los tumores de neuroblastoma. A continuación, lo aplicaron a muestras de células de pacientes, utilizando técnicas de imagen de última generación para observar células individuales, en masa, para aislar visualmente las células que no respondían al tratamiento.
Encontraron un marcador de resistencia en un conjunto de proteínas implicadas en el proceso de muerte celular conocido como apoptosis.
"Queríamos averiguar qué subyace a esa aleatoriedad. Qué tienen esas células y qué se puede manipular para que respondan", explica el Dr. Latham.
El equipo identificó ciertas clases de fármacos aprobados que podrían combinarse con la quimioterapia para estabilizar la expresión de los genes implicados en la muerte celular, o modificando el umbral innato que puede llevar a una célula tumoral a un estado resistente. El siguiente paso será empezar a llevar el trabajo a ensayos clínicos, apuntan los investigadores.