MADRID, 13 Nov. (EDIZIONES) -
La retinopatía diabética es una enfermedad ocular grave ocasionada por la diabetes. La existencia de niveles altos de azúcar en sangre daña los vasos sanguíneos de la retina, un tejido sensible a la luz y que forma la capa más interna del ojo, llegando a alterar su función.
Así lo explica en una entrevista con Infosalus el doctor Álvaro Fernández-Vega González, oftalmólogo del Instituto Oftalmológico Fernández-Vega, quien remarca que se trata de una enfermedad "crónica y progresiva" y que, inicialmente, es asintomática, aunque señala que con el tiempo puede dar lugar a graves problemas de visión, incluso llegar a la ceguera si no se trata a tiempo.
Según datos de la Sociedad Española de Retina y Vítreo (SERV), la afectación ocular está presente en un 25% aproximadamente de los pacientes con diabetes, y va a producir baja visión o incluso ceguera en un 2-4% de la población diabética.
"Esta enfermedad es tan frecuente en los pacientes con diabetes porque cuanto más tiempo ha convivido la persona con la enfermedad, mayor es el riesgo de desarrollar complicaciones. Los niveles elevados de glucosa en sangre, la hipertensión, o no llevar un control adecuado de la glucosa en sangre, son factores que influyen directamente en el desarrollo de esta enfermedad", manifiesta este oftalmólogo.
POR QUÉ PUEDE SURGIR ESTA ENFERMEDAD
Tal y como explica este especialista, se puede desarrollar ante esos elevados niveles de azúcar en la sangre de las personas que padecen diabetes, y que ocasionan el deterioro de los vasos de la retina, causando alteraciones de la pared de los vasos sanguíneos y su obstrucción.
"Dichas alteraciones vasculares pueden provocar la formación de nuevos vasos sanguíneos que, al no funcionar de manera correcta, no proveen a la retina de la circulación sanguínea necesaria, y causan en consecuencia la filtración del líquido en áreas no deseadas. Todo esto lleva a un daño progresivo de la retina y se manifiesta en la pérdida de agudeza visual", remarca el doctor.
PRINCIPALES SÍNTOMAS
Para conocer los principales síntomas de la retinopatía diabética, Álvaro Fernández-Vega González remarca que esta patología consta de dos fases: "Es importante destacar que la retinopatía diabética suele ser asintomática en su etapa más incipiente, por lo que resulta fundamental que los pacientes con diabetes mantengan sus revisiones oftalmológicas periódicas para evitar complicaciones futuras".
Ahora bien, sí subraya que la disminución de la agudeza visual, la distorsión de las imágenes, la aparición de manchas en la visión (también llamadas moscas volantes), y la ceguera, que son los síntomas más habituales, no se manifiestan hasta que la enfermedad ha evolucionado lo suficiente como para afectar a la irrigación de la retina, encontrándose ya la enfermedad en la fase avanzada.
"Parte de la complejidad de la retinopatía radica en su carácter asintomático durante su fase inicial. La identificación de los primeros signos de esta enfermedad es posible gracias a un examen médico del fondo del ojo con la pupila dilatada", añade.
Es más, recuerda el doctor Fernández-Vega que, según el consenso publicado por la SERV, en pacientes con diabetes mellitus tipo 1 debe comenzar a realizarse los controles de fondo de ojo a los 5 años del diagnóstico de la enfermedad, o bien en aquellos pacientes mayores de 10 años, y en pacientes con diabetes mellitus tipo 2 en el momento del diagnóstico.
CÓMO SE PUEDE PREVENIR
A la hora de evitar la progresión hacia la ceguera este especialista del IOFV dice que es posible gracias a un buen control metabólico y de los factores de riesgo; "puede retrasar, e incluso prevenir en algunos pacientes, la aparición de la retinopatía diabética".
Por ello, este oftalmólogo insiste en la necesidad de que los pacientes con diabetes estén atentos a sus niveles de glucosa en la sangre: "Es vital controlar el azúcar, el colesterol, y los lípidos. Además, se recomienda cultivar hábitos de vida saludable: actividad física, alimentación equilibrada, cuidar las horas de sueño, y evitar el tabaquismo. Niveles altos de presión arterial pueden aumentar el riesgo de desarrollar la retinopatía diabética y con ella la pérdida de visión. De hecho, la obesidad y el sedentarismo son los dos factores que más aumentan el riesgo de padecer esta enfermedad".
Todo ello, según destaca este experto, sin olvidar la importancia de la realización de revisiones oftalmológicas periódicas que permitan la detección precoz de cualquier cambio que se produzca en la retina.
PRINCIPALES FACTORES DE RIESGO PARA SU DESARROLLO
En este sentido, el doctor mantiene que los principales factores de riesgo para el desarrollo de esta complicación de la diabetes son: el tiempo de evolución de la diabetes y el grado de control metabólico.
De hecho, apunta que se estima que, entre un 30 y un 50% de los pacientes con más de 10 años de evolución desarrollan esta enfermedad, siendo estas cifras incluso mayores al superar los 20 años de evolución. "Otros factores de riesgo asociados son la hipertensión arterial, el colesterol alto, y el tabaquismo", apostilla.
UNA VISITA ANUAL AL OFTALMÓLOGO ES NECESARIA
El mejor tratamiento para la retinopatía diabética es la prevención, según subraya, de manera que un buen control de los niveles de glucemia y de los distintos factores de riesgo es esencial durante todo el tiempo de evolución de la enfermedad.
Además, señala que en el Instituto Oftalmológico Fernández-Vega se recomienda a los pacientes que realicen, al menos, una visita anual con su oftalmólogo con objeto de detectar a tiempo los cambios que se producen en su retina.
"Cuando el paciente presenta un encharcamiento de la retina en la zona central (área macular), el tratamiento debe instaurarse lo antes posible. Lo más habitual es el uso inyecciones intraoculares de fármacos (antiangiogénicos o corticoides) que evitan la fuga de líquido y mejoran de forma notoria el pronóstico de la enfermedad en su etapa más temprana. Si las fugas son localizadas y están alejadas del centro se recurre al uso focal del láser", detalla este especialista.
En última instancia, el doctor Álvaro Fernández-Vega González sostiene que cuando la retinopatía diabética se encuentra en una fase avanzada con la formación de neovasos, el tratamiento es la fotocoagulación con láser de la retina periférica, combinándola o no con la inyección de antiangiogénicos intraoculares. "A través de esta intervención se puede sellar y reducir la inflamación vascular. En casos más avanzados, desprendimientos de retina traccional o hemovítreo persistente, está indicada la cirugía mediante vitrectomía por parsplana", concluye este experto.