MADRID, 16 Oct. (EUROPA PRESS) -
Un nuevo estudio pionero ha descubierto una conexión significativa entre el peso al nacer y la aparición de la enfermedad del hígado graso no alcohólico, ahora conocida como enfermedad hepática esteatósica asociada a disfunción metabólica (MASLD, por sus siglas en inglés), en personas jóvenes. Concretamente, se descubrió que los bebés con bajo peso al nacer tenían cuatro veces más probabilidades de desarrollar MASLD en la infancia, la adolescencia o la edad adulta temprana.
Para investigar este vínculo, un equipo de investigadores de Suecia utilizó la cohorte nacional ESPRESSO y llevó a cabo un estudio poblacional de casos y controles de todas las personas de 25 años o menos a las que se había diagnosticado MASLD mediante biopsia entre enero de 1992 y abril de 2017, con un total de 165 casos. Para minimizar los factores de confusión, cada individuo con MASLD se emparejó con hasta cinco controles de la población general en función de la edad, el sexo, el año natural y el condado de residencia.
Sorprendentemente, las personas nacidas con bajo peso al nacer (<2.500 g) tenían cuatro veces más probabilidades de desarrollar MASLD en comparación con los nacidos con peso normal al nacer. Los nacidos pequeños para la edad gestacional (PEG), por debajo del percentil 10, también tenían más de tres veces más probabilidades de desarrollar MASLD temprano en la vida en comparación con aquellos con un peso al nacer adecuado (10-90).
Además, los investigadores descubrieron que las personas con bajo peso al nacer, o los nacidos PEG, tenían un riesgo relativo hasta unas 6 veces mayor de desarrollar fases más graves de MASLD en forma de fibrosis hepática o cirrosis.
El doctor Fahim Ebrahimi, primer autor del estudio, presentado en la UEG Week 2023, organizada por Gastroenterología Europea Unida (UEG), señala que, "aunque investigaciones anteriores han establecido la relación entre el peso al nacer y enfermedades importantes, como las cardiovasculares y el síndrome metabólico, la conexión con la MASLD seguía sin estar clara. Nuestro estudio aporta ahora pruebas convincentes de que los factores de desarrollo fetal desempeñan un papel importante en el desarrollo de la MASLD y la enfermedad hepática progresiva", destaca.
En medio de la escalada de las tasas de obesidad, la MASLD se ha convertido en la causa más común de enfermedad hepática crónica en todo el mundo.3 Sólo en Europa, se estima que afecta a más del 25% de los adultos, y su prevalencia está aumentando entre los jóvenes obesos o con sobrepeso. También ha surgido como una de las causas de más rápido crecimiento de enfermedad hepática terminal, cáncer primario de hígado y trasplante de hígado. Sin embargo, sólo unos pocos experimentarán la progresión de la enfermedad.
"Es necesario seguir investigando para comprender plenamente los mecanismos inmunológicos y metabólicos subyacentes --añade Ebrahimi--. Varios estudios sugieren que tanto la sobrealimentación como la desnutrición durante el embarazo pueden provocar cambios epigenéticos duraderos que pueden afectar al metabolismo de un individuo durante toda su vida".
"Al vincular varios registros de ámbito nacional, como el Registro Médico Sueco de Nacimientos, pudimos recopilar datos detallados sobre factores maternos y características perinatales, así como ajustar múltiples factores de confusión", afirma Jonas F Ludvigsson, supervisor del estudio y pediatra del Hospital Universitario de rebro y profesor del Departamento de Epidemiología Médica y Bioestadística del Instituto Karolinska.
"Es muy preocupante que las personas nacidas con bajo peso tengan un mayor riesgo relativo de padecer esta enfermedad a una edad temprana, ya que la MASLD precoz suele persistir en la edad adulta y se ha asociado a un mayor riesgo de desarrollar cirrosis y enfermedad hepática terminal. De cara al futuro, es importante que desarrollemos estrategias proactivas y eficaces, como el cribado precoz y selectivo, para identificar a las personas de riesgo y ayudar a reducir la carga de esta enfermedad", concluye Ebrahimi.