MADRID 13 Jul. (EUROPA PRESS) -
Un nuevo estudio presentado en el Congreso Europeo sobre Obesidad (ECO) de este año en Maastricht (Países Bajos), y publicado en la revista 'Obesity Research & Clinical Practice', ha revelado que los cambios en las grasas sanguíneas y otros marcadores de la salud del corazón y la diabetes son detectables a partir de los seis años en los niños con sobrepeso.
El estudio, realizado con casi 1.000 niños daneses, también estableció que las revisiones dentales rutinarias son una buena oportunidad para medir el IMC.
"La prevalencia de la obesidad infantil es alta y las complicaciones a corto y largo plazo de la obesidad infantil son numerosas", explica la primera autora del estudio, la doctora Christine Frithioff-Bojsoe, de la Clínica de Obesidad Infantil del Centro Europeo para el Manejo de la Obesidad, del Hospital Universitario de Copenhague Holbaek, en Holbaek (Dinamarca).
"El sobrepeso en la primera infancia suele prolongarse hasta la adolescencia y la edad adulta, y se asocia a un mayor riesgo de padecer enfermedades cardíacas, hepáticas, diabetes de tipo 2 y otras afecciones metabólicas en etapas posteriores de la vida --añade--. Por ello, la identificación y el tratamiento tempranos del sobrepeso ofrecen una oportunidad crucial para mejorar la salud del niño en los años venideros".
El estudio, dirigido por la doctora Frithioff-Bojsoe, el profesor Jens-Christian Holm y sus colegas de la Clínica de la Obesidad Infantil, se propuso descubrir si es práctico utilizar los contactos existentes en el sector de la atención sanitaria primaria para detectar el sobrepeso desde una edad temprana.
Los asistentes dentales y las enfermeras de salud pública recibieron formación para medir el peso y la altura y realizaron evaluaciones del IMC durante las citas rutinarias en las clínicas dentales (los niños de Dinamarca tienen derecho a citas dentales periódicas desde el primer año de edad) y en las visitas sanitarias en las escuelas.
Los asistentes dentales reclutaron para el estudio a 335 niños en edad preescolar (de 2,5 y 5 años). Otros 657 niños en edad escolar (de 6 a 8 años) fueron reclutados por enfermeras de salud pública, con lo que el número total de participantes fue de 992 (494 niños).
Se evaluó el IMC de todos los niños al inicio del estudio. A un subgrupo de 392 niños se les midió la presión arterial y se les dio una muestra de sangre, que se analizó para una serie de marcadores de riesgo cardiometabólico. Las evaluaciones del IMC y otras pruebas se repitieron aproximadamente un año después.
Al inicio del estudio, la proporción de niños con sobrepeso era del 13,7% en ambos grupos (niños de preescolar y escolares).
Las diferencias en los marcadores de riesgo cardiometabólico entre los niños con y sin sobrepeso fueron menores en los preescolares. En los escolares, sin embargo, había claras diferencias en los resultados de los análisis de sangre entre los que tenían sobrepeso y los que estaban en el rango de peso normal.
Los escolares con sobrepeso tenían niveles significativamente más altos de glucosa en ayunas, insulina, triglicéridos y alanina aminotransferasa, que pueden indicar un mayor riesgo de diabetes de tipo 2, enfermedades cardiovasculares y hepáticas.
Los niveles de sobrepeso no habían cambiado en los niños de preescolar cuando se les volvió a medir un año después, pero habían aumentado al 17% en los escolares.
Los autores del estudio afirman que su investigación demuestra que es práctico utilizar los servicios sanitarios existentes, incluidas las clínicas dentales, para evaluar el grado de sobrepeso en una población pediátrica general.
La doctora Frithioff-Bojsoe destaca que en el estudio también superaron las barreras identificadas en otros estudios, "entre las que se encuentran la preocupación por la falta de formación adecuada, la ofensa a los pacientes y cuidadores y la estigmatización del niño".
Los investigadores afirman que, aunque los niveles de los marcadores de riesgo medidos en el estudio se encontraban en el rango normal, los aumentos siguen siendo preocupantes, sobre todo a una edad tan temprana.
La doctora explica que "a los 11 años, entre el 15 y el 20% tendrá sobrepeso y un grupo importante presentará posteriormente niveles elevados de colesterol en sangre, enfermedad del hígado graso o prediabetes, así como una calidad de vida muy afectada. Por tanto, detectar estos cambios de forma precoz sería un gran avance para prevenir el desarrollo de enfermedades".
"Encontramos aumentos en los marcadores de riesgo de enfermedades cardíacas y hepáticas y de diabetes en los escolares con sobrepeso --subraya--. Estos cambios no eran detectables unos años antes en los preescolares con sobrepeso y sugiere que la etapa preescolar (a partir de los 2,5 años de edad) podría proporcionar una ventana crítica para detectar y controlar el sobrepeso".
"Esto, a su vez, permitiría que las intervenciones de pérdida de peso se iniciaran de forma temprana, y reduciría el riesgo de que un niño con sobrepeso se convierta en un adulto, o incluso en un adolescente, con sobrepeso y otras afecciones como la diabetes tipo 2", concluyen.