MADRID 26 Sep. (EUROPA PRESS) -
Las enfermedades fúngicas en la población humana van en aumento, por lo que es importante que las autoridades sanitarias comprendan de dónde proceden estos patógenos. Un nuevo estudio, publicado en la revista 'Frontiers in Fungal Biology', ha revelado que los pequeños mamíferos podrían actuar como reservorio de estas infecciones fúngicas.
"Nuestro análisis, que se centró específicamente en los patógenos pulmonares que causan enfermedades en los seres humanos, detectó una amplia gama de hongos en los tejidos pulmonares de los pequeños mamíferos", destaca Paris Salazar-Hamm, primer autor de esta investigación, de la Universidad de Nuevo México (Estados Unidos).
"Descubrimos que muchos de los roedores de los que tomamos muestras en zonas del suroeste de Estados Unidos albergaban el tipo de hongos que pueden causar infecciones pulmonares en los seres humanos, como el hongo que provoca la Fiebre del Valle, una enfermedad que suele causar síntomas parecidos a los de la gripe y que puede poner en peligro la vida", añade.
En las últimas cuatro décadas han aumentado los informes sobre nuevos patógenos humanos. Al igual que el virus COVID-19, los saltos de huésped también han permitido que los hongos evolucionen y se diversifiquen. En algunos casos, esto podría aumentar su virulencia y, a su vez, repercutir en los seres humanos.
"Queríamos entender si las esporas de hongos de patógenos respiratorios residen en los suelos porque se alimentan de materia vegetal muerta y en descomposición, o si por el contrario viven dentro de pequeños animales y sus esporas se liberan en el suelo después de que los roedores mueran", explica Salazar-Hamm.
Utilizando la secuenciación de nueva generación, un método que permite una rápida evaluación de la amplia gama de especies de hongos, los investigadores analizaron el ADN fúngico en tejidos pulmonares de roedores procedentes de especímenes de museo.
"Detectamos el hongo 'Coccidioides', causante de la Fiebre del Valle, en los tejidos pulmonares de animales del condado de Kern, en California, y de los condados de Cochise y Maricopa, en Arizona, zonas que presentan altas tasas de esta enfermedad --señala Salazar-Hamm--. Además, detectamos secuencias de Coccidioides en animales de los condados de Catron, Sierra y Socorro, en Nuevo México, lo que supone la primera vez que se detecta este patógeno en el medio ambiente en esta región".
Destaca que "este es el primer gran estudio que utiliza la secuenciación de próxima generación para evaluar los hongos en los pulmones de los pequeños mamíferos. Nuestros resultados apoyan la hipótesis de que los roedores podrían ser un caldo de cultivo para los hongos patógenos respiratorios", subraya.
Los resultados de este estudio esperan informar a los funcionarios de sanidad sobre la posibilidad de que la enfermedad se adquiera localmente.
"Las previsiones actuales sobre la distribución de 'Coccidioides', basadas en el clima y las condiciones del suelo, predicen que la fiebre del Valle se expandirá sustancialmente hacia el norte y el este durante el próximo siglo como resultado del cambio climático que afecta a las condiciones ambientales --explica Salazar-Hamm--. Nuestros resultados contribuirán a la elaboración de estos modelos al añadir información valiosa sobre los animales como reservorios de patógenos".
En futuros estudios se espera examinar la salud de los animales hospedadores y cómo esto puede influir en la propagación o virulencia de las enfermedades. "No pudimos evaluar la salud de los mamíferos huéspedes de los que se adquirieron los tejidos pulmonares. A pesar de la presencia de patógenos, fue imposible afirmar de forma concluyente que había enfermedad", reconoce.
"Sería interesante seguir explorando el impacto de los hongos en los mamíferos --sugiere--. Ese esfuerzo requeriría información más detallada sobre la salud general del animal en cuestión".