El ruido urbano anula los efectos relajantes del canto de los pájaros

Archivo - Pájaro en la ciudad, nido, Robin - VKTR/ ISTOCK - ARCHIVO

    MADRID, 29 Nov. (EDIZIONES) -

   Los ruidos provocados por el hombre, como el tráfico de vehículos, pueden enmascarar el impacto positivo de los paisajes sonoros de la naturaleza, lo que puede aumentar el estrés y la ansiedad de las personas, según un nuevo estudio de la Universidad del Oeste de Inglaterra, Reino Unido, del Bat Conservation Trust, Reino Unido.

   Publicado en la revista 'Plos OneNE', recuerda que las investigaciones existentes muestran que los sonidos naturales, como el canto de los pájaros, pueden reducir la presión arterial, la frecuencia cardíaca y respiratoria, así como el estrés y la ansiedad autodeclarados. Por el contrario, se plantea la hipótesis de que los paisajes sonoros antropogénicos, como el ruido del tráfico o de los aviones, tienen efectos negativos en la salud y el bienestar humanos de diversas maneras.

   En este nuevo estudio, 68 estudiantes voluntarios escucharon tres paisajes sonoros de 3 minutos: un paisaje sonoro de la naturaleza grabado al amanecer en West Sussex, Reino Unido, el mismo paisaje sonoro combinado con sonidos de tráfico a 20 millas por hora, y el mismo paisaje sonoro con sonidos de tráfico a 40 millas por hora. El estado de ánimo general y la ansiedad se evaluaron antes y después de los paisajes sonoros utilizando escalas autoevaluadas.

   El estudio concluyó que escuchar un paisaje sonoro natural reducía los niveles de estrés y ansiedad informados por los propios participantes y también mejoraba la recuperación del estado de ánimo después de un factor estresante. Sin embargo, los beneficios de la mejora del estado de ánimo asociados con el paisaje sonoro natural eran limitados cuando se incluían los sonidos del tráfico. El paisaje sonoro natural por sí solo se asoció con los niveles más bajos de estrés y ansiedad, y los niveles más altos se registraron después del paisaje sonoro que incluía tráfico a 65 kilómetros por hora.

   Los autores concluyen que la reducción de la velocidad del tráfico en zonas urbanas podría influir en la salud y el bienestar humanos no sólo a través de sus impactos en la seguridad, sino también a través de su efecto en los paisajes sonoros naturales.

   Los autores Lia Gilmour y Paul Lintott añaden que el "estudio demuestra que escuchar paisajes sonoros naturales puede reducir el estrés y la ansiedad, y que los sonidos antropogénicos, como el ruido del tráfico, pueden enmascarar posibles efectos positivos. Por tanto, reducir la velocidad del tráfico en las ciudades es un paso importante para que más personas experimenten los efectos positivos de la naturaleza en su salud y bienestar".