MADRID, 30 Sep. (EUROPA PRESS) -
Un grupo de investigadores internacionales liderado por la Universidad de Leicester, en Reino Unido, han detectado un interruptor genético que controla las infecciones por la bacteria 'Streptococcus pneumoniae', conocida como neumococo, lo que podría ser clave a la hora de desarrollar mejores vacunas.
Cada diez segundos muere un niño como consecuencia de esta bacteria "asesina", que es la principal causa de neumonía, sinusitis, infecciones sanguíneas, meningitis u otitis. Además, afecta en mayor medida a niños y personas mayores.
Y en este trabajo, cuyos resultados ha publicado la revista 'Nature Communications', se ha visto por primera vez cómo la bacteria puede cambiar sus características de forma aleatoria y ofrecer seis caras totalmente diferentes.
Esto explicaría la capacidad del neumococo para causar infecciones mortales en diferentes estados ya que, en cada caso, genera un sistema de metilación variable que puede dar lugar a una colonización inofensiva o, en otras ocasiones, a una enfermedad más invasiva.
"Tener enfrente a una bacteria con seis caras es como si nos estuviéramos enfrentando de forma simultánea a seis bacterias diferentes, lo que les da una ventaja a la hora de actuar", ha reconocido Marco Oggioni, uno de los autores del estudio.
Sin embargo, ha añadido, "conocer su base genética nos coloca en una posición óptima para investigar medicamentos y vacunas más eficaces".
En su trabajo se vio que hay un "interesante rompecabezas" que permite elaborar estadísticas según las posiciones relativas de los marcadores del ADN de la bacteria, para lo que utilizaron nuevas tecnologías de secuenciación.
De este modo, han visto que estas diferencias en los patrones de metilación del ADN de la bacteria están causadas por cambios epigenéticos, que alteran tanto los patrones de expresión genética como la virulencia de la enfermedad.
"Cada vez que esta bacteria se divide es como tirar un dado. Cualquiera de los seis tipos de células puede aparecer, por lo que comprender el papel que este interruptor juega en las infecciones por neumococo es clave para entender esta enfermedad y será crucial en el desarrollo de nuevas y mejores vacunas", ha añadido Michael Jennings, director Adjunto del Instituto de Glicómica en la Universidad de Griffith (Estados Unidos).