MADRID 28 Feb. (EUROPA PRESS) -
El aumento de las tasas de resultados adversos del embarazo, como trastornos hipertensivos, parto prematuro y bajo peso al nacer, en los últimos 10 años es atribuible en gran medida al estado de salud de la persona antes de quedarse embarazada, más que a la edad, según un estudio presentado en la Sesión Científica Anual del Colegio Americano de Cardiología junto con el Congreso Mundial de Cardiología.
El estudio descubrió que la edad media de las embarazadas aumentó de 27,9 años en 2011 a 29,1 años en 2019, sin embargo, la edad representó solo una pequeña parte del marcado aumento de los resultados adversos del embarazo observados durante el mismo período.
Lo más llamativo es que la tasa de trastornos hipertensivos del embarazo (hipertensión arterial con o sin preeclampsia o eclampsia) aumentó en más del 50% durante la década, aunque el cambio en la distribución por edad de las que dan a luz representó menos del 2% de ese cambio.
"Aunque las madres son cada vez más mayores en el momento del parto, eso no es lo que provoca estos resultados adversos --afirma el doctor Zachary Hughes, médico internista del Northwestern Memorial Hospital de Chicago (Estados Unidos) y autor principal del estudio--. Lo que realmente lo provoca son los problemas de salud previos al embarazo, como la diabetes y la hipertensión. Es importante saberlo porque son factores que podríamos modificar", advierte.
Utilizando datos de los Archivos de Natalidad del Centro Nacional de Estadísticas de Salud, los investigadores compararon las tasas de preeclampsia y eclampsia, parto prematuro y bajo peso al nacer entre 3,9 millones de nacimientos en 2011 y 3,7 millones de nacimientos en 2019.
Los resultados mostraron aumentos moderados en el nacimiento prematuro y el bajo peso al nacer (que aumentaron alrededor del 2% y el 4%, respectivamente) y aumentos más grandes en los trastornos hipertensivos (un aumento del 52%).
Mediante el uso de métodos estadísticos para analizar el papel de la edad en estos cambios, los investigadores descubrieron que el cambio en la distribución de la edad solo representaba una pequeña parte del aumento en todos los resultados evaluados.
Los resultados adversos del embarazo tienen importantes consecuencias para la salud, como un mayor riesgo de cardiopatías tanto en el momento del embarazo como en etapas posteriores de la vida, no sólo para la mujer que da a luz, sino también para el bebé. Los investigadores afirman que la prevención de estos efectos adversos podría ayudar a reducir el riesgo cardiovascular a lo largo de toda la vida.
"Espero que estos hallazgos puedan conducir más hacia un cambio cultural de centrarse en la salud antes del embarazo --señala Hughes--. Muchas personas no establecen la atención con un médico hasta que se quedan embarazadas, pero realmente a partir de seis meses o un año antes de que usted está comenzando a planificar un embarazo, ese es el momento para maximizar su salud tanto como sea posible y minimizar el riesgo de resultados adversos del embarazo".
Según apunta, "esto también sugiere que los médicos y los responsables políticos podrían centrarse más en la salud previa al embarazo y en controlar aspectos como la hipertensión y la diabetes antes de que alguien se quede embarazada".
En todos los grupos de edad, las mujeres que daban a luz entre los últimos años de la adolescencia y los primeros de la treintena eran las que experimentaban los aumentos más pronunciados en los resultados adversos del embarazo. Según los investigadores, es necesario seguir investigando para determinar qué problemas de salud específicos --como la obesidad, la diabetes, la hipertensión u otros factores-- provocan estas complicaciones del embarazo en las mujeres más jóvenes.
Las directrices médicas actuales reconocen el embarazo con parto anticipado a los 35 años o más como un factor de riesgo de resultados adversos y recomiendan pruebas de detección y seguimiento adicionales para estos embarazos.
Basándose en los resultados de este nuevo estudio, los investigadores subrayaron la importancia de que los médicos y las personas que se plantean un embarazo, incluidas las más jóvenes, se centren en abordar otros problemas de salud para garantizar la mejor probabilidad posible de un embarazo y un niño sanos.
Además, las personas a las que se diagnostique diabetes gestacional o hipertensión durante el embarazo deben incluir estas enfermedades en su historial médico, incluso si se resuelven después del parto, ya que pueden aumentar el riesgo de cardiopatías en etapas posteriores de la vida.