La semaglutida no aumenta el riesgo de depresión o ni de comportamiento suicida

Archivo - Ozempic, semaglutida, - CAROLINA RUDAH/ ISTOCK - ARCHIVO

MADRID, 4 Sep. (EUROPA PRESS) -

Tomar semaglutida no aumenta el riesgo de síntomas depresivos, pensamientos suicidas o conducta suicida en personas sin trastornos mentales importantes conocidos, según un nuevo estudio dirigido por investigadores de la Facultad de Medicina Perelman de la Universidad de Pensilvania (Estados Unidos) publicado esta semana en 'JAMA Internal Medicine'.

Este estudio surge después de que tanto la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) como la Agencia Europea de Medicamentos (EMA, por sus siglas en inglés) estén monitoreando activamente la seguridad psiquiátrica de semaglutida y medicamentos similares después de los informes de vigilancia posterior a la comercialización de depresión, pensamientos suicidas (ideación) y conducta suicida en pacientes que toman los medicamentos para el tratamiento de la diabetes tipo 2 o la obesidad.

El nuevo estudio, dirigido por el doctor Thomas Wadden, profesor de Psicología en Psiquiatría y exdirector del Centro de Trastornos de la Alimentación y del Peso de Penn, analizó datos de más de 3500 participantes en cuatro ensayos clínicos importantes. Los investigadores examinaron datos de los ensayos STEP 1, 2, 3 y 5 sobre el efecto del tratamiento con semaglutida en personas con obesidad. Estos estudios fueron cruciales para obtener la aprobación de la FDA para usar semaglutida 2,4 mg para la obesidad.

"Los ensayos STEP aportan pruebas sólidas de que la semaglutida 2,4 mg reduce el peso corporal y mejora numerosas complicaciones de salud asociadas a la obesidad. Nuestros nuevos análisis proporcionan garantías de que el medicamento, cuando lo toman personas que no tienen problemas de salud mental importantes, no aumenta el riesgo de depresión, pensamientos suicidas o conducta suicida", afirma Wadden. No obstante, señaló que se necesitan más estudios sobre la seguridad psiquiátrica de la semaglutida 2,4 mg cuando la utilizan personas con trastorno depresivo mayor actual, otras enfermedades mentales graves (como la esquizofrenia) o antecedentes de intentos de suicidio. Las personas con dichas afecciones no fueron incluidas en los ensayos STEP.

El estudio examinó los cambios en los síntomas depresivos utilizando el Cuestionario de salud del paciente-9 (PHQ-9) y evaluó la ideación y el comportamiento suicidas utilizando la Escala de calificación de gravedad del suicidio de Columbia . En los ensayos STEP 1-3 de 68 semanas, los participantes tratados con semaglutida, en comparación con los que recibieron placebo, no mostraron un mayor riesgo de desarrollar síntomas moderadamente graves de depresión o pensamientos o comportamiento suicida. Se observaron hallazgos similares en el estudio STEP 5 de 104 semanas.

Al examinar los cuatro ensayos STEP, los investigadores descubrieron que el 1% o menos de los participantes informaron de ideación o comportamiento suicida durante el tratamiento, sin diferencias entre semaglutida 2,4 mg y placebo. Además, solo el 2,8% de los participantes tratados con semaglutida, frente al 4,1% de los que recibieron placebo, informaron niveles de depresión en algún momento durante el tratamiento que requirieron evaluación por parte de un profesional de la salud mental. Estas tasas son consistentes con el riesgo de depresión significativa en la población general. "Es ciertamente posible que las personas con sobrepeso u obesidad que toman semaglutida puedan experimentar síntomas depresivos o ideación o comportamiento suicida, pero los datos sugieren que las personas que no toman semaglutida -en el grupo placebo en este estudio- tienen la misma probabilidad de experimentar estas afecciones", añade Gregory Brown, coautor del estudio y director del Centro Penn para la Prevención del Suicidio en la Facultad de Medicina Perelman.

Wadden y Brown señalan que los hallazgos de su estudio sobre la semaglutida son consistentes con los resultados del análisis más reciente de la FDA de los datos de vigilancia posterior a la comercialización para esta clase de medicamentos, que no encontraron "evidencia de que el uso de estos medicamentos cause pensamientos o acciones suicidas".