El Síndrome de Amok: ¿Qué lleva a una persona aparentemente normal a matar en masa?

VIOLENCIA, POLICÍA, ASESINO
GETTY IMAGES / RYANJLANE
Actualizado: domingo, 17 junio 2018 11:17

   MADRID, 17 Jun. (EDIZIONES) -

   ¿Por qué un individuo de apariencia normal sale un día a la calle y mata indiscriminadamente a personas elegidas al azar? Por norma general, el ser humano no comete un crimen y mata de repente, salvo si se trata de una pelea y es algo repentino.

   "En la mayor parte de casos el crimen se planifica, hay unas motivaciones que llevan al ser humano a matar. Y no todos los que lo hacen están enfermos", afirma en una entrevista con Infosalus la abogada y criminóloga Paz Velasco De la Fuente, coincidiendo con la publicación de su libro 'Criminal-mente' (Ariel), un manual en el que se explican todas las claves sobre criminología.

   Según indica la experta, las motivaciones que pueden llevar a un individuo a matar pueden ser bien porque se quiera obtener un beneficio de esa muerte, en el caso de los hombres a través del binomio sexo-sadismo, o con el objetivo de poner el control; mientras que en el caso de las mujeres la primera motivación es el lucro, y la segunda las emociones.

   En el caso del Síndrome de Amok se habla de un asesinato múltiple en un solo acto pero, aunque muchas veces se especule con lo contrario, hay mucha planificación por detrás. "Estas personas se compran las armas, la munición, una mochila para guardarlas, van a un sitio en concreto, alquilan o no una habitación como punto logístico, por ejemplo", detalla. Luego también señala que existe el factor de la impulsividad. "El día que salen a buscar una víctima, la encuentran y cometen el crimen", precisa.

   'Amok' proviene del malayo, pues fue en Malasia donde este fenómeno se observó por primera vez. En 1973 el psiquiatra Joseph Westermeyer definió el síndrome de Amok como 'una enfermedad mental que consiste en una súbita y espontánea eclosión de rabia salvaje, que hace que la persona afectada salga a la calle armada con un cuchillo o un arma de fuego, y ataque, hiera o mate indiscriminadamente a todas aquellas personas que estén a su alcance'.

   Por desgracia, lamenta Velasco, hoy somos testigos directos de este tipo de conductas, protagonizadas especialmente por hombres de entre los 18 y los 45 años. "Son muchos los profesionales que señalan que las características del asesinato múltiple en un solo acto coinciden en bastantes casos con los informes que describen dicho síndrome", aprecia.

   Es más, destaca que la mayor parte de asesinatos son repentinos, no provocados, aunque existe un detonante: muchos de quienes los cometen cuentan con antecedentes de trastorno mental. "Estos individuos sienten una profunda decepción y un gran malestar, y tienen muchas dificultades para establecer relaciones sociales con su entorno. A menudo, estos asesinatos son actos directos de venganza contra la sociedad, además de un intento para dejar de ser invisible ante el mundo", señala la especialista.

   Este síndrome parece tener su origen en diferentes circunstancias y situaciones adversas que el sujeto es incapaz de afrontar. La vivencia de una gran frustración prolongada en el tiempo, de humillaciones, 'mobbing', o el hecho de ser víctima de abusos pueden ser factores que desencadenen esta furia. Se asocia también con episodios psicóticos o con el consumo de determinadas sustancias.

   La persona afectada sufre una grave alteración anímica, por lo que posiblemente también se vea alterada su realidad. Como no estamos ante un trastorno prolongado en el tiempo, este sólo puede ser detectado en el momento en que ese sujeto comete la masacre. "No hace falta estar loco para cometer una locura, pero muchas de las mueres sin sentido que se producen pueden entenderse bajo la perspectiva de la psiquiatría o de la psicología", precisa la abogada.

FASES DEL PROCESO

   Detalla además que, tradicionalmente, se han identificado 4 fases en el proceso que conduce hacia el Amok, ese estado de locura homicida que acaba con la vida de muchos inocentes:

   1.- Se inicia habitualmente con un periodo de retraimiento e introversión, que puede pasar fácilmente inadvertido, ya que muchos de estos sujetos son muy jóvenes o adolescentes. El sujeto vive inmerso en sus preocupaciones y en su falta de incentivos. No disfruta de lo que le rodea y se refugia en su soledad, hasta que su vida adquiere un nuevo sentido: llamar la atención.

   2.- En general, idean su plan enfocando su odio hacia personas anónimas. Planean y escenifican su ataque indiscriminado contra una sociedad que les desprecia. Pensar en ese rechazo que sufren retroalimenta su odio hacia todos. En algunos casos dejan un mensaje en el que muestran su objetivo.

3.- Surge un arrebato homicida contra cualquiera que esté en ese momento en el lugar elegido por ellos. En algunos casos, ese lugar posee un valor simbólico, como cuando la masacre se lleva a cabo en un centro escolar o en el lugar de trabajo del asesino. Ése es el momento en que, hartos de ser víctimas (o de considerarse una), deciden devolverle a la sociedad su sufrimiento. Una vez han planificado su acto homicida salen a la calle a expresar su rabia y su ira de modo salvaje, asesinando indiscriminadamente a toda persona que se cruce en su camino.

   4.- El fin de 'este día de furia' se produce cuando el sujeto se suicida, es abatido por la policía o es detenido. En muy raras ocasiones dice que se entregan. Se ha observado que, por lo general, aquellos que sobreviven a la materialización de su furia asesina entran en una última fase de amnesia parcial, o completa, centrada en torno al episodio.

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