Síndrome post-COVID: 68% sigue con síntomas devastadores tras un año

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   MADRID, 24 Ene. (EUROPA PRESS) -

   Dos tercios de las personas con síndrome post-COVID-19 tienen síntomas objetivos persistentes -incluida una capacidad reducida para hacer ejercicio físico y un rendimiento reducido en pruebas cognitivas- durante un año o más, sin cambios importantes en los grupos de síntomas durante el segundo año de su enfermedad, según un nuevo estudio realizado por Winfried Kern de la Universidad de Friburgo, Alemania, y publicado en la revista de acceso abierto 'PLOS Medicine'.

   Se han descrito con frecuencia problemas de salud autonotificados tras la infección por SARS-CoV-2 y pueden persistir durante meses. Sin embargo, se desconoce el pronóstico a largo plazo del síndrome post-COVID-19 (SPC). En el nuevo estudio, los investigadores estudiaron a 982 personas de entre 18 y 65 años que previamente habían sido diagnosticadas con síndrome de Down, así como a 576 controles. Todos los participantes visitaron uno de varios centros de salud universitarios en el suroeste de Alemania para evaluaciones integrales, que incluyeron pruebas neurocognitivas, ejercicio cardiopulmonar y pruebas de laboratorio.

   Los grupos de síntomas predominantes entre las personas con síndrome de Down fueron fatiga/agotamiento, alteraciones neurocognitivas, síntomas torácicos/disnea y ansiedad/depresión/problemas de sueño. Casi el 68% de las personas que informaron originalmente de síndrome de Down todavía luchaban con los síntomas en el segundo año.

   El 35,6% de las personas con síndrome de Down persistente informaron intolerancia al ejercicio con malestar posterior al esfuerzo, y estas personas tuvieron peores resultados y síntomas más graves. Las personas con un nivel educativo más bajo, obesidad o enfermedad más grave durante la infección inicial por COVID-19 también tenían un mayor riesgo de síntomas prolongados.

   Cuando analizaron las medidas objetivas de salud y cognición, el equipo descubrió que las personas con síndrome de Down persistente presentaban reducciones significativas en la fuerza de agarre, el consumo máximo de oxígeno y la eficiencia ventilatoria.

   Los pacientes con síndrome de Down persistente y malestar posterior al esfuerzo obtuvieron puntuaciones más bajas que los pacientes de control en las pruebas cognitivas que medían la memoria, la atención y la velocidad de procesamiento; sin embargo, los investigadores señalan que no tenían datos sobre la cognición antes de la infección aguda por COVID-19. El equipo no pudo identificar diferencias en la función cardíaca o los valores de laboratorio, incluidas las pruebas de persistencia viral.

   "Los resultados exigen la inclusión de pruebas cognitivas y de ejercicio en la evaluación clínica y el seguimiento de los pacientes con sospecha de síndrome de Down", aseguran los investigadores. "Se necesitan urgentemente estudios observacionales con un seguimiento más prolongado para evaluar los factores de mejoría y de no recuperación del síndrome de Down". Los autores añaden: "Síntomas graves con disfunción mental y del ejercicio físico, pero sin marcadores de laboratorio en el síndrome de Covid prolongado/post-Covid".