MADRID, 11 Ago. (EUROPA PRESS) -
Un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Brigham Young (Estados Unidos), y presentado en la 125 Reunión de la Asociación Americana de Psicología, ha alertado de que la soledad y el aislamiento social aumenta el riesgo de muerte prematura, igual o incluso más que la obesidad.
Para conocer la influencia del aislamiento social y la soledad sobre el riesgo de mortalidad prematura, los científicos realizaron dos metaanálisis. El primero incluyó 148 estudios, que representaron a más de 300.000 participantes, y encontró que una mayor actividad social se asociaba a un 50 por ciento menos riesgo de muerte temprana.
Asimismo, el segundo trabajo, en el que se incluyeron 70 estudios que representaron a más de 3,4 millones de personas de América del Norte, pero Europa, Asia y Australia, examinó el papel que el aislamiento social, la soledad o el vivir solo podrían tener sobre la mortalidad. Los investigadores encontraron que las tres situaciones un efecto significativo en el riesgo de muerte prematura, igual o más que el efecto de otros factores de riesgo como la obesidad.
"Hay pruebas sólidas de que el aislamiento social y la soledad aumentan significativamente el riesgo de mortalidad prematura. Con un envejecimiento creciente de la población, sólo se prevé que el efecto sobre la salud pública aumente. De hecho, muchos países ya han alertado de que nos estamos enfrentando a la epidemia de la soledad. El reto al que nos enfrentamos ahora es lo que se puede hacer al respecto", han señalado los expertos.