MADRID 1 Abr. (EUROPA PRESS) -
La patología de la articulación temporomandibular (ATM), la que une la mandíbula con el resto del cráneo, puede provocar contracturas en el cuello y espalda, según advierte el doctor José Ferreras, director médico de las Clínicas MAEX ubicadas en Ferrol y A Coruña.
Además, este trastorno afecta a algunas actividades funcionales primarias, como es la alimentación. Precisa, no obstante, de un diagnóstico preciso porque, en la patología de la ATM, se engloban una cantidad de entidades muy diversas que precisan "un tratamiento específico".
Como consecuencia de ser apretador o bruxista, el efecto más frecuente es que se produce una sobrecarga de todo el sistema estomatognático, que impide tener los necesarios momentos de descarga o reposo que requiere cualquier órgano del cuerpo.
En estos casos, el empleo de férulas de descarga está "muy indicado". En otros casos, el problema se produce a nivel del interior de la articulación temporomandibular con desplazamiento de menisco, "auténticos cuadros artrósicos dejados evolucionar", según el doctor. A su juicio, estos procesos precisan de una valoración por parte de cirujanos maxilofaciales.
Al hilo, el experto también ha mencionado los síndromes miofasciales, que afectan a los músculos de la masticación y que se pueden resolver con medicación, tratamientos fisioterápicos o el empleo de toxina botulínica.
"En definitiva, se trata de un problema complejo que requiere de un tratamiento muy específico para conseguir que el paciente no tenga dolor, consiga tener una correcta dinámica mandibular (que pueda abrir bien la boca) y que pueda comer bien", ha abundado.
Además, tanto debido a una maloclusión, como a la falta de piezas dentales, se obligará a los músculos de la mandíbula a trabajar de más a la hora de masticar o tragar. Dichos músculos se fatigan y eso puede provocar una contractura que genere dolor.
El chasquido en la articulación del oído se produce cuando se afecta el menisco inter-articular, y es uno de los síntomas del bruxismo, especialmente del bruxismo nocturno, ya que, "si el "apretamiento dental se realiza por la noche, se estima que la fuerza aplicada podría incrementarse en un 40 por ciento, por lo que puede sufrirse dolor de cabeza o de oídos al despertar".
PÉRDIDA DE PIEZAS DENTALES, "MUCHO MÁS QUE UN PROBLEMA ESTÉTICO"
Por otra parte, con la edad, o debido a problemas en las encías, a veces es necesario reponer piezas dentales. Si bien cada vez son menos frecuentes los casos de personas mayores sin dientes, todavía quedan personas que pierden piezas dentales y no las reponen inmediatamente --hay que hacerlo cuanto antes, porque, de lo contrario, las piezas adyacentes tenderán a moverse rellenando el espacio de la desaparecida--.
La falta de piezas dentales no solo provoca consecuencias estéticas, sino que tiene también importantes repercusiones funcionales.
"Por ello, la pérdida de un diente representa un verdadero reto terapéutico desde antes de que se pierda el diente", reconoce el doctor Ferreras. "Cuando vamos a perder un diente, debemos planificar desde el momento inicial el tratamiento mas adecuado para tener el menor compromiso estético y/o funcional", ha apuntado.
Así, tras un plan de trabajo, se puede realizar, en casos seleccionados, la extracción del o de los dientes, colocar implantes el mismo día y colocar unos dientes fijos de forma simultánea. "Esta es la mejor forma en la que vamos a disminuir el menoscabo estético. Pero siempre en casos seleccionados y que estén indicados", ha recalcado Ferreras.
Sobre todo, ha señalado que "las ausencias dentales provocan maloclusiones, pérdida del hueso de los maxilares". Si no se soluciona a tiempo, siempre se va a complicar el tratamiento rehabilitador, "con necesidades de injertos de hueso, realizando extracciones dentales que inicialmente no serían necesarias, realizando tratamientos de ortodoncia que inicialmente no hubiesen sido necesarios".
En definitiva, un plan de actuación inicial antes de realizar la extracción es "lo ideal" para conseguir el mejor resultado y disminuir todas las complicaciones y las consecuencias sobre los huesos maxilares y el resto de los dientes.
Asimismo, es "fundamental" acudir a una revisión odontológica, como mínimo una vez al año, para que el especialista pueda detectar precozmente cualquier problema y resolverlo "cuanto antes" con las menores repercusiones para la salud de los pacientes, según ha concluido el experto.