MADRID, 20 Feb. (EDIZIONES) -
El mieloma múltiple (MM) es una enfermedad de la médula ósea. Concretamente, se trata de un tipo de cáncer que se inicia en las células plasmáticas (glóbulos blancos que combaten infecciones), que ahí se albergan. Además, es la segunda patología hematológica maligna más frecuente en nuestro entorno, según datos de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH).
Actualmente, se han producido grandes avances en torno a esta enfermedad, sobre el conocimiento de la misma y sus tratamientos, de manera que se ha mejorado la supervivencia de estos pacientes. Cada año en España se diagnostican en torno a 2.500-3.000 casos nuevos, según esta institución científica.
Entrevistamos en Infosalus a un experto de la SEHH en mieloma múltiple, al doctor Rafael Ríos Tamayo, que es especialista de la Unidad de Gammapatías Monoclonales del Hospital Universitario Puerta de Hierro (Majadahonda, Comunidad de Madrid).
Nos explica que en el MM encontramos que la mayor parte de células plasmáticas son clonales (patológicas), sintetizando un único tipo de anticuerpo. "Por el contrario, el porcentaje de células plasmáticas normales es muy pequeño, y este hecho conlleva una alteración denominada 'inmunoparesia', que consiste en que uno o más de los anticuerpos no implicados se encuentra por debajo del nivel normal, y esto supone un factor de riesgo para tener infecciones", detalla el experto.
SÍNTOMAS DE MIELOMA MÚLTIPLE
Dado que la enfermedad surge en la médula ósea, Rafael Ríos Tamayo dice que no es de extrañar que el dolor óseo sea el síntoma más frecuente, en relación en muchas ocasiones con fracturas patológicas, sobre todo a nivel del esqueleto axial (cabeza, cuello, y tronco).
Los síntomas de anemia son también frecuentes, tal y como prosigue este especialista, debidos por un lado a la ocupación medular que impide una hematopoyesis normal, y por otra parte a la presencia de una insuficiencia renal, que puede cursar con anemia.
"En ocasiones, se observan infecciones de repetición en la etapa previa al diagnóstico, o es la propia infección la que pone de manifiesto la enfermedad. En pacientes con alta carga tumoral puede existir el denominado síndrome constitucional (astenia, anorexia y pérdida de peso)", agrega, al tiempo que puntualiza que el diagnóstico habitual suele darse entre los 68 y los 70 años, siendo raro en menores de 50 años, aunque reconoce que, eventualmente, puede verse en adolescentes.
SUS CAUSAS SIGUEN SIENDO DESCONOCIDAS
Sobre las causas del mieloma múltiple a día de hoy se desconocen si bien sí es conocido qué factores pueden influir en su desarrollo. En este sentido, el doctor Ríos señala que, virtualmente, todo paciente con MM ha presentado previamente una gammapatía monoclonal de significado incierto (GMSI, una afección por la que hay una proteína atípica en la sangre); de ahí el interés actual de varios estudios centrados en esta entidad. En España, dice, que por ejemplo el estudio 'NoMoreMGUS', liderado por el doctor Bruno Paiva, está enfocado en estudiar 5.000 pacientes con esta alteración durante al menos 5 años consecutivos.
Con ello, eso sí, destaca este doctor del Hospital Universitario Puerta de Hierro que los dos únicos factores de riesgo reconocidos, y "susceptibles de alguna actuación potencialmente preventiva", son la obesidad (que a su vez es factor de riesgo para más de diez tipos de cáncer), y la exposición a determinados tóxicos, fundamentalmente herbicidas en el medio agrícola, o a algunos solventes industriales. "Otros factores como la edad, el sexo, o el perfil genético, no son por el momento manipulables", aclara.
EL DIAGNÓSTICO DEL MM
La primera cuestión es que tanto los médicos de Atención Primaria, como diferentes especialistas hospitalarios (internistas, nefrólogos, traumatólogos, etc) deben tener un alto índice de sospecha en pacientes que presenten un dolor óseo, insuficiencia renal, anemia, o hipercalcemia de origen no filiado (altos niveles de calcio en sangre).
"La presencia de un componente monoclonal (que puede ser un anticuerpo completo o solo un aumento de cadena ligera libre) en sangre y/o orina, debe desencadenar el estudio hematológico", apostilla este miembro de la SEHH.
Es por ello por lo que son necesarios un análisis de sangre completo, así como de orina, donde detectar esa proteína monoclonal, además de un estudio de la médula ósea mediante una punción.
TRATAMIENTOS DISPONIBLES A DÍA DE HOY
Este hematólogo señala que hay cuatro grandes grupos de fármacos para tratar el MM 'de novo':
Corticoides: son antiinflamatorios potentes con eficacia probada desde hace décadas.
Inhibidores del proteosoma, como bortezomib o carfilzomib.
Inmunomoduladores, como lenalidomida, pomalidomida o la nueva generación denominada CELMoDs (cereblon E3 ligase modulators) como iberdomida o mezigdomida.
Anticuerpos monoclonales anti CD38, como daratumumab o isatuximab.
Ya en pacientes considerados candidatos, generalmente con menos de 70 años, apunta a la administración de altas dosis de quimioterapia (Melfaln), seguido de trasplante autólogo de progenitores hematopoyéticos (con células madre del propio paciente); y en casos muy concretos, sostiene que el trasplante alogénico (de un donante sano) puede ser una opción en pacientes jóvenes de alto riesgo. "Otras alternativas para el MM en recaída o refractario (RRMM) incluyen nuevos avances en el terreno de la inmunoterapia, y otros grupos farmacológicos", agrega.
Aquí destaca que la inmunoterapia ha tenido un "desarrollo vertiginoso" en los últimos años, y fruto de ese esfuerzo investigador, han surgido tanto los anticuerpos biespecíficos, capaces de unir el linfocito T con la célula plasmática, en diferentes dianas; siendo la principal hasta ahora el antígeno de maduración de la célula B (BCMA). "Estos agentes consiguen muy altas tasas de respuesta global, incluyendo un importante porcentaje de enfermedad mínima residual negativa, con un perfil de seguridad aceptable", añade.
El otro gran avance de la inmunoterapia, en su opinión, ha sido la terapia de células T con receptores quiméricos de antígenos (CAR-T): "También consiguen respuestas profundas, y de forma rápida, en pacientes que han agotado todas las opciones terapéuticas disponibles".
Eso sí, considera este experto del Hospital Universitario Puerta de Hierro que el reto es escalar estas nuevas terapias a líneas más precoces, incluido el nuevo diagnóstico, pero sobre todo ver si el coste es asumible en un sistema sanitario "tan complejo y tensionado".
PRONÓSTICO DE ESTOS PACIENTES
Con todo ello, el doctor Ríos subraya que el pronóstico de los pacientes con MM "va mejorando progresivamente". "En la mayor parte de los registros de base poblacional, la mediana de supervivencia superó los 5 años en la última década. No obstante, cada vez es más frecuente ver largos supervivientes, con más de 10 e incluso con 20 años de enfermedad", celebra.
A pesar de todo, el MM sigue siendo considerado una "enfermedad crónica incurable", tal y como la califica, aunque resalta que, dependiendo de la definición de 'curación' (al menos 5 años sin tratamiento y sin ningún dato de enfermedad) se puede concluir que un porcentaje de al menos un 25% pueden considerarse potencialmente curados.
"El paciente debe saber que cada persona con MM va a ser tratada de forma personalizada por un hematólogo con experiencia en su hospital más cercano. Además, detrás de cada especialista está el Grupo Español de Mieloma, un grupo cooperativo que, desde hace muchos años, y a través de la Fundación PETHEMA, está promoviendo una investigación clínica de primer nivel a nivel internacional, ofreciendo ensayos clínicos adaptados a cada necesidad para acercar los últimos avances a todos los centros españoles", revela.
En último lugar agradece también el esfuerzo de las asociaciones de pacientes, en este caso la Comunidad Española de Pacientes con Mieloma Múltiple (CEMMp), y termina la entrevista con su lema: 'La pasión que nos une es curar el Mieloma'.