MADRID 22 Ene. (EUROPA PRESS) -
El oftalmólogo cofundador de Clínica Baviera, el doctor Fernando Llovet, hace hincapié en la importancia de prestar atención "a los síntomas como hinchazón, enrojecimiento o picor en los ojos de forma persistente y acudir cuanto antes a un oftalmólogo especialista para valorar la causa y buscar la solución más idónea", ya que un diagnóstico y tratamiento precoz ayudará a evitar consecuencias y complicaciones asociadas.
En este sentido, los oftalmólogos de Clínica Baviera recomiendan extremar los cuidados para evitar los contagios en los meses invernales: sobre todo el lavado de manos, evitar restregarse los ojos, no compartir en la medida de lo posible objetos personales (toallas, almohadas, maquillajes), usar humificadores o lágrimas artificiales y limpiar bien las lentes y el estuche de lentillas para los usuarios de estas.
Asimismo, informan sobre cuales son las patologías oculares más comunes durante la época de fío. Destacan la conjuntivitis, orzuelo, queratitis y blefaritis.
La conjuntivitis es una de las infecciones oculares más comunes. Sus síntomas principales son el enrojecimiento, irritación, picor, fotofobia o sensibilidad a la luz, lagrimeo abundante, secreción o sensación de cuerpo extraño. Puede durar entre una o varias semanas y, dependiendo del agente causante, se aplicará un tratamiento u otro.
En el caso del orzuelo, los expertos explican que se trata de una infección también muy común que se manifiesta como inflamación y molestia en el párpado del ojo, ya sea en el párpado superior o en el inferior, similar a un absceso. Entre sus síntomas figuran la hinchazón de párpados, sensibilidad o dolor en los mismos, lagrimeo excesivo, legañas, sensación de arenilla o cuerpo extraño, sensibilidad a la luz o picor y escozor.
La queratitis o úlcera corneal es una erosión o lesión que habitualmente se produce en la capa externa de la córnea. El frío y las calefacciones disminuyen la humedad en la superficie ocular con lo que se debilita la película lagrimal (que es la primera línea de defensa del ojo contra infecciones) y esto puede facilitar la irritación de la córnea y aumentar el riesgo de queratitis.
Asimismo, según indican, la queratitis surge con motivo de alguna infección bacteriana, viral, fúngica o parasitaria y a menudo se asocian a un mal uso e higiene de las lentes de contacto. En función de la causa y la localización pueden ocasionar diferentes síntomas, predominando el dolor, enrojecimiento, sensibilidad a la luz y disminución de la agudeza visual. El tratamiento, la duración y el pronóstico de la queratitis dependerá de la causa haya provocado la inflamación de la córnea.
Por último, es una patología de origen bacteriano y que puede dificultar de forma considerable la vida de la persona que la sufre ya que provoca enrojecimiento, secreciones, grasa y caspa en las pestañas. Sus molestias se pueden mitigar con remedios como la aplicación de calor local o un masaje. Además, el oftalmólogo puede recetar medicamentos en forma de colirios o pomadas.