MADRID, 5 Nov. (EDIZIONES) -
Hay cosas de las que los padres muchas veces no nos damos cuenta y la hipersexualización de nuestros hijos puede ser una de ellas. El problema con esto es que si los adultos no hacemos nada ante ello estamos aceptando y normalizando este fenómeno, que en el largo plazo puede ser peligroso.
"Genera en los menores una idea equivocada de la valía personal, entre otras consecuencias. Puede dar lugar a frustración, a problemas de autoestima, a trastornos depresivos y de ansiedad, trastornos de conducta alimentaria, de conducta, así como a la acentuación de los estereotipos y de roles de género", advierte en una entrevista con Infosalus Roberto Sanz, miembro del Colegio de Psicólogos de Madrid, psicólogo y sexólogo en la Fundación Sexpol.
¿Pero qué es realmente? Este experto señala que la hipersexualización de los menores significa "la erotización temprana en la infancia a través de conductas, actitudes y modelos que son adultos (...) ; los niños aprenden que esa sexualidad es aceptable en este sentido y les da un valor extra que no se corresponde y puede dar lugar a estos problemas".
Se trata, según prosigue, de proyectar en la infancia una erótica adulta que es vista desde los adultos, no desde la infancia. "El uso de ropa más erótica, actitudes que no se corresponden con la sexualidad de estos niños a estas edades. A un niño de 8-10 años le da igual la dimensión erótica de su forma de expresarse, sobre todo se centra en la imagen visual. Estamos en una sociedad muy visual y todo lo que es imagen, redes sociales, o publicidad, atribuye estos aspectos en unas edades en las que no corresponde una sexualidad", advierte.
Dice que el problema no está en que una niña de 3-6 años se ponga tacones, se pinte los labios o las uñas: "Aquí no se está sexualizando. Es un juego de hacerse adultos. Pero el problema es si hace posturas e intenta darle imagen de valor erótico, tipo bailes. No es tanto la conducta en sí, sino lo que hay detrás de la conducta. Si esa niña se pinta, por ejemplo, para estar más guapa. Ella ya lo está sin necesidad de pintarse. No es tanto si se maquilla, sino el porqué lo hace. La idea final es mostrarse sensual, y en estas edades no hay personalidad sensual, no hay la erótica".
LOS NIÑOS TAMBIÉN ESTÁN HIPERSEXUALIZADOS
Otro ejemplo muy claro en estos casos es el preguntarle a un menor si ya tiene novio, cuando a esas edades no los tienen. "Al preguntárselo proyectamos en los menores una sexualidad que no tienen. Muchas veces son juegos que no van más allá, pero si vas a hacer una foto familiar y la niña de 5 años se pone posando de maneras eróticas o con poses no es bueno", afirma.
A juicio de este especialista del Colegio de Psicólogos, la sociedad es muy sexista y el modelo erótico por excelencia es el de la mujer, a quien se le exigen más estándares que a los chicos, en quienes se ve el incremento del valor del cuerpo, el uso del gimnasio, la preponderancia de lo físico. "En los chicos pequeños también existe la hipersexualización, pero es minoritaria frente a la de las chicas", subraya Roberto Sanz.
Incide en que, principalmente, los medios de comunicación o la publicidad, junto con las redes sociales son los culpables porque, por ejemplo, "al intentar vender ropa a esas edades, con una imagen erótica crean una figura que es una hipersexualización y cuando sacan modelos de 5 años con poses no naturales a esa edad ese es el modelo de hipersexualización y aquí es lo que los niños van a intentar parecerse a eso".
HERRAMIENTAS PARA PREVENIR LA HIPERSEXUALIZACIÓN
Con todo ello, el psicólogo y sexólogo en la Fundación Sexpol defiende la importancia de la autocrítica como principal herramienta para prevenirla en nuestros menores: "Hay muchísimos estudios que relacionan la independencia personal a través de la autocritica con la inmunidad hacia ciertas actitudes y valores que no son sanos. Un niño que aprende a criticar esos estándares de belleza se puede salvar de ellos".
De ahí, según remarca, la importancia de la comunicación en casa, basada en esa crítica de esos modelos de belleza entre los estándares, 'eso que ves ahí no es real, no es necesario para tener un valor', 'la belleza es un elemento más dentro de la sociedad', intentar valorar la autoestima separada del cuerpo, al final crear una propia identidad y no dejarse llevar por las modas sino por poder crear desde uno mismo cómo quieres ser.
"El problema es que muchos menores quieren parecerse a quienes ven en redes sociales, donde se muestran estándares no saludables a ciertas edades. Una educación basada en la crítica, en el valor de uno mismo es fundamental", destaca Sanz.
Por eso, remarca en última instancia que en la hipersexualización es más importante la actitud detrás del acto que el acto en sí. "Si una niña o un niño se pinta las uñas, o utiliza ropa adulta no tiene problema cuando es un juego que hace. Ahora bien, sí podría serlo cuando utilizan esas cosas para darse valor a sí mismas. 'Me pinto las uñas porque así soy más guapa, o me maquillo porque así estoy más guapa, pero es que lo eres sin necesidad de eso'". Añade la necesidad en la educación sexual porque al final todo esto lo va creando la sociedad, también como otra herramienta para contrarrestarla.
