MADRID, 10 Jun. (EDIZIONES) -
Tenemos muchísimas ganas todos de volver a la vida que teníamos antes de la pandemia. Estamos cansados y vamos viendo la luz porque ya poco a poco nos van vacunando. Llega el verano, con él las vacaciones, y las ganas de hacer mil planes, después de este casi año y medio con multitud de precauciones y restricciones. Pero, ¿realmente podremos disfrutar del verano como nos gustaría?
El epidemiólogo y catedrático de Salud Pública de la Universidad de Navarra y catedrático visitante de la Universidad de Harvard, el doctor Miguel Ángel Martínez-González, lo tiene bastante claro y recomienda frente a este verano de 2021 tres cosas, o una, según se mire: "Prudencia, prudencia y más prudencia".
A su juicio, es todavía "demasiado pronto" porque no se ha alcanzado la inmunidad de rebaño (o de grupo), que se logrará cuando, al menos, se haya inyectado la vacuna contra la COVID-19 en el 70% de los españoles, según reconoce en una entrevista con Infosalus.
"Ahora está inmunizada cerca del 22% de la población española con la vacuna completa, y si le sumas un 10-15% que hayan pasado enfermedad y sean inmunes, estamos todavía muy lejos del 70% para estar protegidos frente a este coronavirus. Además, hay un solapamiento en estas cifras porque hay muchos que han pasado la enfermedad y han sido vacunados; por lo que no se puede cantar victoria hasta bien entrado en el 2022", advierte.
De hecho, la primavera de 2022 es la fecha en la que el doctor Miguel Ángel Martínez-González estima que podremos más o menos volver a la vida normal, o la antigua normalidad como algunos llaman, dado que, según calcula, se habrá logrado esa ansiada inmunidad de grupo. "El verano pasado hubo un gran fallo y se cantó victoria diciendo que la pandemia la habíamos vencido entre todos cuando no fue así. Hasta que no se está seguro no se puede cantar victoria y este verano no podemos cometer el mismo error", advierte.
Es por ello por lo que, entre otros puntos, Martínez-González acaba de publicar 'La sanidad en llamas' (Planeta), junto a su hermano y médico internista Julio Martínez-González, quien vivió los peores días de la crisis sanitaria desde el Servicio de Urgencias de un hospital malagueño. Se trata de un libro donde hacen un repaso de la pandemia, tanto de su pasado, como de su previsible futuro, y en el que también critican que en estos meses tan marcados "casi siempre los intereses políticos hayan primado sobre la ciencia; de forma que, al final, la sanidad ha acabado en llamas".
El científico, insiste, por tanto, en que este verano no nos podemos confiar, dado que "este virus es muy contagioso, no está dominado y en un mundo global como en el que vivimos, con países como la India que actualmente tiene una situación muy preocupante, o con tanto contacto con Iberoamérica como tiene España, donde el virus está circulando libremente, corremos el riesgo de que se generen nuevas variantes y además peligrosas, puesto que pueden hacerse en algún momento resistentes a las vacunas actuales".
¿FUERA MASCARILLAS EN JULIO?
Preguntado por la previsión del director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), Fernando Simón, de que en el mes de julio, "o incluso antes", podría dejar de ser obligatoria la mascarilla en exteriores, impuesta por la pandemia de COVID-19, el epidemiólogo Miguel Ángel Martínez-González pide de nuevo "precaución" y cree que puede ser pronto para ello, aunque todo depende del contexto.
"Quizás las mascarillas se pueden quitar cuando una persona está al aire libre y no tiene a nadie con el que no convive a más de 2 metros de él, y en las 4 direcciones. Pero son muy peligrosas las discotecas, ya que implican movimiento y se moviliza más el aire con la respiración, son lugares donde hay que hablar alto por la música, de forma que se expulsan más gotitas y se pasan muchas horas en un local cerrado, donde también, ante la falta luz, se pueden confundir los vasos. Los coros en este sentido también son peligrosos", afirma el catedrático de Salud Pública.
Eso sí, si estás en exterior montando en bicicleta y no hay nadie alrededor dice que sí te puedes quitar la mascarilla, o si vas por el campo con tus convivientes dando un paseo también. No obstante, prescindir de la mascarilla por ejemplo en las ciudades, donde pasas a centímetros de personas en la misma acera, por el momento no lo ve viable, al menos hasta alcanzar esa inmunidad de rebaño.
"Falta todavía mucho por educar a la población. Se deben mantener los dos metros de distancia y deben estar los espacios cerrados muy bien ventilados para poder quitarse la mascarilla. Pero si te cruzas todo el rato con personas y de forma muy próxima no se puede prescindir de ella", reitera el experto.
En cuanto a la apertura de locales de restauración este verano manifiesta que es necesario que se mantenga la distancia prevista entre las mesas, se controle el CO2 del local constantemente, pero también se realice un buen uso de las mascarillas. Eso sí, cree que desde las autoridades se debe educar muy bien a la población porque todavía ésta no tiene asumido que en los bares o en los restaurantes solo nos podemos quitar la mascarilla para el momento justo de beber y de comer.
UNA "MALA GESTIÓN" DE LOS GOBERNANTES
Denuncia asimismo la "mala gestión" realizada por los gobernantes españoles en esta pandemia, entre otras razones por ese ritmo de vacunación tan lento" en los primeros meses del año, comparándolo con otros países como Israel, Estados Unidos o Reino Unido.
"Es para denunciar la mala gestión hecha en España y que nos ha puesto en los peores puestos del mundo, según rankings internacionales hechos por entidades independientes. España ha estado muy mal y los científicos españoles, de todo tipo de orientación política, han escrito varios artículos en The Lancet, donde en reiteradas ocasiones han solicitado una auditoria independiente para que alguien ajeno al gobierno cuente todas las barbaridades que se han cometido en esta pandemia. Realmente ha habido muchos fallos en estos meses y hay cosas que no se comprenden", resalta el doctor.
De hecho, cree que "seguro" que pronto llegarán nuevas pandemias porque de momento no se ha tomado la decisión "de acabar de una vez por todas con todos los experimentos relacionados con armas radiológicas y químicas, donde se está modificando genéticamente y haciendo quimeras en laboratorios con virus, para hacerlos más malignos, como ha sucedido en el laboratorio de Wuhan (China), y se está haciendo en otros laboratorios".
Reconoce también que cada vez tenemos más mascotas, "nunca se habían tenido tantas", al tiempo que somos personas que viajamos mucho, de forma que podemos llevar y traer virus de un país a otro con muchísima facilidad. Después el epidemiólogo cita que se encuentra el cambio climático, contra el que todavía falta mucho por hacer. "Todo esto, sin un plan preparación de pandemias en todos los países, nos augura de nuevo un mal futuro. En España no teníamos un plan sólido y dotado de salud pública para la preparación de posibles pandemias", lamenta Martínez-González.
Entre los pasos a seguir a partir de ahora, también apuesta por los conceptos de justicia social y de solidaridad, dado que vivimos en una sociedad globalizada donde "no somos un verso suelto", sino que todos estamos enlazados y somos responsables de lo que les pase a los demás en este sentido.
"Ahora en los hospitales se están viendo casos graves en personas jóvenes y esto da una idea de que muchos mayores fallecidos han sido contagiados por gente joven que no ha vivido las medidas de precaución (metros, mascarilla y lavado de manos), ni tampoco se han evitado las '3C' (sitios cercanos, concurridos y cerrados). Hay que ventilar mucho, hacer lo máximo que se pueda al aire libre, mantenernos distanciados. Estas medidas, por mucho que la vacuna vaya avanzando, debemos mantenerlas hasta la primavera de 2022, cuando previsiblemente alcancemos la inmunidad de grupo", sostiene.
LO QUE NUNCA VA A SER IGUAL
En última instancia, el catedrático de Salud Pública de la Universidad de Navarra y catedrático visitante de la Universidad de Harvard cree que nunca volverá a ser igual todo el tema del miedo que le habíamos perdido a las enfermedades infecciosas, esa precaución o despreocupación que teníamos con ellas, pensando solo que en salud pública todo eran enfermedades crónicas, el cáncer, la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, o la obesidad.
Considera Martínez-González que tampoco nunca va a ser igual la Atención Primaria en España, ni tampoco los recursos que se destinen a la salud pública. "Esto implica un esfuerzo y una dotación muy alta, y nunca puede ser igual. Nuestro libro es una llamada de atención porque se han desprestigiado nuestros gobernantes, nadie les hace caso, no puede haber este divorcio entre el amplísimo número de científicos con el gobierno, una separación tal entre el gobierno y la Ciencia española, y algo que requiere replantearse muchas cosas", sentencia.